(Agraria.pe) El presidente de la consultora Inform@cción, Fernando Cillóniz Benavides, participó del Agricultural Water Summit 2023, realizado en Chile, donde manifestó cómo ha sido el trabajo exportador de Perú, su liderazgo, las estrategias hídricas y el aprendizaje que ha entregado Chile en materia frutícola a América del Sur.
En relación a las condiciones agroclimáticas de Perú, Cillóniz, señaló estas se ven favorecidas por el clima de la costa peruana, el cual es muy diferente al de Chile; sin embargo, la ventaja de la contraestación es la misma para ambos países, lo que favorece el desarrollo exportador.
Agrega que la política puede echar a perder el talento y los emprendimientos cuando genera malas normativas, y, en relación al agua, precisa que tanto para Chile como para Perú, el recurso hídrico constituye el principal desafío de la agricultura y de otros sectores económicos.
"El resumen es que para Perú hay una historia de éxitos, en la cual Chile tuvo un rol protagónico, lo que hizo Chile y su Estado, las empresas, los gremios (ASOEX, FEDEFRUTA), instituciones (INIA-SAG- Fundación Chile, ProChile), la ciudadanía fue determinante y no saben lo que colaboraron con nosotros e hicieron de Perú una historia existosa".
Clima y contraestación
"Chile y Perú somos parecidos en cuanto a costa, pero nosotros estamos más cercanos a Ecuador, no tenemos el frío de Chile, pero también tenemos zonas áridas. En nuestra costa peruana no llueve, las temperaturas mínimas son superiores a las de Chile y las máximas no son tropicales. No hay frío ni heladas, con máximas de 30 grados. Puede que sea un clima muy aburrido, pero es bueno para la agricultura. Por ejemplo, podemos podar la uva cuando queremos, mayo o junio, para llegar al mercado norteamericano el 24 de diciembre, los inviernos en Perú permiten la rotación, lo que en Chile no se podría", dice Cillóniz.
Lo malo, precisa, es que también es bueno para atraer insectos, por eso existe un despliegue en el control de plagas para la fruta fresca y ciertas restricciones de productos químicos, para favorecer los cultivos orgánicos.
En cuanto a lluvias, en las zonas de los más importantes cultivos peruanos no son una mayor amenaza en temporada de cosecha, sobre todo en uva o los arándanos, si fuera así sería una gran pérdida para la industria. "Los riesgos en mi país en este sentido son prácticamente nulos", explica.
Al igual que Chile, Perú está en el lugar perfecto, en el hemisferio sur, donde se produce cuando en el norte del planeta no se hace, lo que favorece la agricultura de América del Sur. En el norte está la gran demanda y los grandes mercados donde se requiere abastecer específicamente en contraestación, es decir cuando ellos no producen y gracias al Canal de Panamá se accede de manera eficaz.
La política es determinante para avanzar
Para Fernando Cillóniz la política es muy importante ya que puede echarlo todo a perder, "nadie esperaría que los políticos cultiven algo, sin embargo en Perú esto sucedió en 1993, nos enfrentamos a una normativa que influyó mucho en el sector. El clima allá siempre ha sido parecido, pero la historia parte con una nueva Constitución, la anterior lo echó todo a perder, la tierra era de quien la trabajaba, ese tipo de demagogia política. Una Constitución ignorante, resentida, envidiosa, retrograda y nosotros la tuvimos, pero después, en el 93, cualquier persona natural o jurídica podía hacer agricultura, con esto cambió completamente el panorama de la agricultura peruana".
Hoy, señala Cillóniz, el Perú es un país abierto, que da la bienvenida a las inversiones de cualquier parte del mundo, el tratamiento comercial es igual para los nacionales y los extranjeros. Agrega que "el comercio internacional es un copiar-pegar de Chile, este país nos enseñó a abrirnos al mundo y gracias por ello, porque nos ha ido estupendamente bien, así como a Chile. En Perú la tributación es muy sencilla, 15% de Impuesto a la Renta y el Impuesto General a las Ventas (IVA de Chile) es de 18%, pero en el caso de las exportaciones se reintegra".
Además existe un régimen laboral agrario flexible, no hay estabilidad laboral absoluta, eso que pareciera ir en contra para los trabajadores los termina favoreciendo, por ejemplo en Ica hay pleno trabajo, remuneraciones crecientes, explicó.
"Cuidado con esos regímenes laborales rígidos que desincentivan la inversión y generan más desempleo, por eso a las leyes hay que juzgarlas por sus resultados, no por sus intenciones, dijo Milton Friedman, Premio Nobel de Economía, 1976", enfatizó Cillóniz.
El agua es el primer desafío
Al referirse al tema hídrico, señaló que las leyes deben permitir la constitución de reservorios, construcción de desaladoras, plantación de bosques, todo lo que signifique afianzar el agua, así hay que evaluar a las leyes de los países. Si las leyes traban ese proceso, son leyes fallidas.
"Ese Perú que siguió tan a la letra el modelo de Chile, propició proceso de inversión que en mi empresa lo medimos a través de la importación de sistemas de riego, qué quiere decir cuando importa US$ 60 millones de mangueras, goteros, válvulas y filtros. En Perú cuesta entre US$ 5 mil a US$ 6 mil por hectárea el riego tecnificado, de los cuales US$ 2500 es componente importado, el resto es local. En 2022 se importó aproximadamente una suma de US$ 50 millones en mangueras y detrás de ese número hay 25 mil hectáreas tecnificadas, destinadas en general a uva de mesa, arándanos, paltos. Perú tiene mucha agua que vierte al mar al igual que Chile y la idea es que se haga lo menos posible", dice.
En los últimos siete años, Perú ha crecido a ritmo de 25 mil hectáreas tecnificadas por año y eso explica el aumento de las exportaciones frutícolas, del orden de los US$ 1.000 a US$ 1.500 millones por año. Esto es convirtiendo agricultura precaria en super agricultura. Perú va a seguir creciendo por lo menos por 3 o 4 años más, "estamos embalados, la realidad superó al sueño", señala con orgullo Cillóniz. En 2022, se registraron US$ 8.000 millones exportados de fruta fresca y ahora proyectan entre US$ 10.000 millones y US$ 12.000 millones.
En cuanto al aumento de las exportaciones, argumentó que éstas seguirán subiendo. "En uva de mesa Perú tiene 20 mil hectáreas en plena producción, en paltas 45 mil hectáreas. En arándanos también aumentamos cada día, de ser un fruto casi desconocido hace 6 años, nos transformamos en los principales productores del mundo", explica Cillóniz.
Detrás de los grandes números que posee la producción peruana, hay también grandes inversiones chilenas en uva de mesa, arándanos, paltas y cítricos, por eso, dice Cillóniz los chilenos deben sentirse partícipes de esta historia de éxito. Ha existido mucha transferencia de conocimiento y experiencia, "yo criticaba que Chile invertía poco en el campo y hoy sucede lo contrario, cultivan en Perú, exportan e importan, por tanto es un éxito compartido".
Finalmente, dentro de los desafíos peruanos se encuentran, primero el agua (trasvases interoceánicos o entre cuencas, infiltración de acuíferos, bombeo, reservorios, riego tecnificado, reciclaje y desalinización), seguido de la tierra (recuperación de suelos ensalitrados, cauces de ríos, casa mallas, cultivo en el desierto), la sanidad (minimizar plagas y enfermedades, moscas de la fruta, Phylloxera, nemátodo, Phytophthora, hongos), la mano de obra (vencer la escasez, aumento de remuneraciones, alimentación, condiciones de trabajo, eficiencia) y los mercados (envejecimiento europeo, obesidad de Estados Unidos, países emergentes, California, Chile).
Fuente: Portal Frutícola