(Agraria.pe) Gran parte de la producción de aceite de oliva se origina en Italia y España. Por eso quizás se asocia el aceite de oliva, aceitunas y las comidas que las usan con el estilo de vida en Europa mediterránea.
En el 2018, el 64% de la producción mundial de aceitunas y derivados provino de esa región. Además de su tradición y desarrollo industrial, ambos países trabajan mucho en posicionar en los consumidores del mundo sus lugares, producción e historia.
Pero hay un problema: xylella fastidiosa (XF), una bacteria que se alimenta de los tallos de diferentes plantas, les genera enfermedades aún sin cura y daña seriamente muchos cultivos. Desde el 2013 tres subespecies de esta bacteria fueron detectadas en olivos de Apulia y Toscana en Italia, también en Córcega, Francia Portugal y en olivos de Baleares, Alicante y Madrid en España.
Los brotes están contenidos en áreas designadas por la Unión Europea pero las medidas para mitigar el riesgo son limitadas. En ninguna de las áreas afectadas la Unión Europea ha permitido por ejemplo remover árboles y replantar.
Un reciente estudio ha evaluado el riesgo y las pérdidas que Italia, España y Grecia (los mayores productores de aceituna de Europa) enfrentarían en los próximos años por esto. En diferentes escenarios, encuentra que la mayoría de los olivares de estos países (84.1% a más) están en zona climáticamente dispuesta a sufrir brotes de enfermedades por esta bacteria y que, aun asumiendo una poca expansión de las enfermedades y la posibilidad de replantar árboles, los impactos alcanzarían niveles que comprometerían la capacidad exportadora de aceituna de la Europa mediterránea.
Para los siguientes 50 años, el estudio estima que, aun cuando la Unión Europea les permitiera replantar especies -pero sin permitirles trabajar variedades de olivo resistentes a estas enfermedades- los productores de Italia perderían, al valor actual, entre € 590 y € 1.570 millones. En el caso de Grecia, en las mismas condiciones, perderían entre € 210 y € 1.940 millones y en España entre € 710 y € 16.860 millones.
En el mejor escenario para los tres países, las pérdidas acumuladas serían de € 1.510 millones, y en el peor, de € 20.370 millones en ese mismo periodo. Si se asume una reducción lineal y valores constantes, el bloque podría perder entre € 30.2 millones y € 407 millones cada año hasta el 2070. Y si se consigue la inmunidad del árbol frente a XF en otros países al mismo tiempo, estos gigantes europeos podrían simplemente perder competitividad y su posición comercial.
La rígida política agrícola común europea, que incluye subsidios a bosques y olivares, posiblemente no permite un manejo de este riesgo lo suficientemente rápido como para evitar pérdidas y desviación del comercio. Será difícil, por motivos inclusos culturales y estéticos, que la Unión Europea promueva replantar antiguos olivares.
Grecia, España e Italia, ya comprometidos con estos brotes, exportaron al mundo en 2017 más de € 34 millones en aceitunas frescas, y en conserva por más de € 1.200 millones. Y aunque no es materia de estudio lo que ocurriría comercialmente, es lógico empezar a tomar precauciones a nivel científico sobre los olivares peruanos e interés en la oportunidad que estos eventos podrían traer para los productores crecientes como Perú.
El uso de patrones naturalmente resistentes a esta bacteria o el desarrollo de patrones resistentes genéticamente mejorados o genéticamente editados, son solo algunas posibles alternativas a ser consideradas como soluciones a este problema sanitario. ¿Quién lo pone sobre la mesa?
Fuente: Negocios Internacionales - ComexPerú