(Agraria.pe) La apuesta por una producción agrícola diversificada y respetuosa del medio ambiente está permitiendo combatir con éxito la desnutrición en poblaciones rurales vulnerables de Apurímac, Ayacucho, Cusco, Huancavelica, Junín, La Libertad, Piura y otras regiones de la sierra peruana favorecidas con un proyecto financiado por la cooperación suiza.
El proyecto Nutrición en Agroecosistemas de Montaña, liderado por la organización Ifoam Organics International y financiado por la cooperación suiza Cosude, ha contribuido a que varios centenares de agricultores de regiones andinas de Perú adquieran conocimientos sobre una producción más diversificada y también más respetuosa con el medio ambiente. Con ello han mejorado sus condiciones de vida y se ha reducido la desnutrición.
Si en el mundo había ya 3.000 millones de personas sin un acceso regular y suficiente a alimentos sanos y de calidad, tras la crisis de la pandemia del Covid-19, las condiciones generales de vida de esos sectores de la población han sufrido una acusada degradación.
Por consiguiente, en esos contextos, la lucha contra la desnutrición se ha convertido en el caballo de batalla más eficaz para conseguir el aumento del capital económico y humano de las personas más desfavorecidas, y la adopción de un modo de producción más sostenible.
El proyecto, que empezó el 2014, se ejecutó en dos fases de cuatro años, la segunda de las cuales terminó en octubre del 2021. Esos ocho años de trabajo han permitido aumentar la calidad y la sostenibilidad de la agricultura en ocho regiones de montaña específicas de Perú, Ecuador, Nepal, Pakistán, Kirguistán, Etiopía, India y Tayikistán.
Capacitación para diversificar
Una de las primeras acciones del proyecto fue capacitar a las agricultoras y los agricultores en la aplicación de métodos de producción que tuvieran en cuenta las propiedades nutricionales de las cosechas y que fueran, a su vez, respetuosos con el medio ambiente. Es decir, se enfocó en una agricultura sensible a la nutrición.
Este enfoque se sirve de los alimentos con alto valor nutricional, las dietas diversificadas y la fortificación de los alimentos como armas principales contra la desnutrición y la deficiencia de micronutrientes.
En ese contexto, la diversificación de las especies vegetales y animales que cultivan y crían los pequeños agricultores constituye una buena estrategia para mejorar las prácticas agrícolas, y además, resulta clave para mejorar la diversidad alimentaria y la nutrición.
El proyecto posibilitó los intercambios y la difusión de conocimientos, y velaba porque esos pequeños agricultores tuvieran acceso a mercados más grandes donde vender sus productos. De esta manera, se incrementó la resiliencia de estas poblaciones y se intensificó el intercambio de habilidades entre pares.
Testimonio de éxito
Janet Durán Barrios, agricultora de la comunidad de Ollabamba, provincia de Andahuaylas, en la región Apurímac, está orgullosa de su producción. Sobre una esterilla de paja extendida en el suelo junto a su huerto, muestra las distintas variedades de choclo que ha podido cosechar en unos días.
Ella asegura ser capaz de producir más de 50 variedades de maíz, que cultiva de forma natural y con fertilizantes inocuos que respetan el medio ambiente. No hace mucho, esto le hubiese resultado imposible, pues carecía de los medios y de los conocimientos necesarios. De ahora en adelante, disfrutará de los beneficios de este cambio, tanto por la mayor calidad nutricional de su producción como por la protección medioambiental que procura la agroecología.
A sus 50 años, Janet está orgullosa de esos conocimientos que, a base de mucho trabajo, ha hecho suyos. En estos últimos años, otros agricultores le han brindado apoyo, consejo y orientación sobre los medios más eficaces para diversificar su cosecha. Al optar por una agricultura más sostenible, ha obtenido productos más saludables y mejor adaptados a la demanda del mercado.
En Perú, país natal de Janet, y en muchos otros países de ingresos medios de Sudamérica, África y Asia, el proyecto Nutrición en Agroecosistemas de Montaña ha dado resultados positivos.
Un gran número de pequeños productores que recibieron capacitación a través del proyecto tuvieron la oportunidad de participar en debates de alto nivel. En Lima, gracias a algunos de ellos, la moratoria al cultivo y producción de Organismos Vivos Modificados fue ampliada hasta 2035, lo que ha incitado a los productores locales a dedicar más recursos a los medios de producción naturales.
Esto indica que los pequeños productores, antaño olvidados, gozan hoy de un mayor reconocimiento a escala local, nacional y también regional. “Estos productores son el eje central del proyecto, afirma Alejandro Espinoza, director de proyectos de Ifoam. La adopción de medidas destinadas a promover la producción ecológica repercute directamente sobre la calidad de alimentación. No es posible actuar en uno de estos ámbitos sin interesarse por el otro”.
Por su parte, la coordinadora regional de Ifoam en Perú, Patricia Flores, destacó esta evolución positiva tras quedar gratamente sorprendida por la rápida adaptabilidad que muchos agricultores han demostrado en los últimos años.
“Los beneficiarios del proyecto son personas que no han recibido una educación superior, pero han demostrado una capacidad de análisis y una adaptabilidad a las nuevas condiciones de trabajo impresionantes. Juntos entendieron que este cambio era beneficioso para ellos, por lo que adquirieron nuevas habilidades, ampliaron sus conocimientos y, sin duda, fortalecieron su capital social. La vía del aprendizaje no tiene fin”, enfatizó.
Remarcó, además, que una de las prioridades del proyecto era ofrecer apoyo a muchas personas marginadas. Al permitir que los agricultores que trabajan la tierra, cada uno por su lado, se reúnan e intercambien sobre formas más sanas y sostenibles de tratar sus producciones, se contribuye además a romper el aislamiento.
Muchos tomaron la vía de la agroecología por emulación. “Es un riesgo cambiar el método de producción, pero ellos lo asumieron”, afirmó Marlene Heeb, responsable de programas de la cooperación suiza Cosude.
Puntualizó que las personas que viven en condiciones difíciles están acostumbradas a adaptarse rápidamente a nuevas condiciones laborales.
Objetivos de desarrollo sostenible
El proyecto Nutrición en Agroecosistemas de Montaña ha contribuido a la consecución de los objetivos 2, 3 y 12 de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, que persiguen poner fin al hambre y fomentar la agricultura sostenible; promover la vida sana y el bienestar en todas las edades; y garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles.
La experiencia de Suiza en la promoción del desarrollo sostenible la ha hecho merecedora del reconocimiento internacional, especialmente en el campo de la nutrición. Por consiguiente, goza de reconocimiento mundial y de una probada credibilidad.
Su participación en las dos fases del proyecto Nutrición en Agroecosistemas de Montaña en América Latina, en África Subsahariana y en Asia, con un gasto total de unos seis millones de francos suizos, contribuye además a subrayar la coherencia de su política exterior. El desarrollo sostenible forma parte de la Estrategia de Política Exterior de la Confederación para el periodo 2020-2023.
El conjunto de microproyectos ejecutados en el marco de la Nutrición en Agroecosistemas de Montaña en los ocho países destinatarios ha tenido un importante efecto a escala local, nacional, regional y también mundial.
“El objetivo es aplicar los ejemplos positivos y las mejores prácticas que hemos recopilado para ampliar este fenómeno en el ámbito mundial y en las instancias internacionales”, explica Marlene Heeb, responsable de programas de la cooperación suiza Cosude.
Fuente: Andina