(Agraria.pe) Al ser los países de la región la primera opción de los exportadores peruanos, en especial de las pequeñas empresas, preocupan las medidas no arancelarias y la falta de consensos entre los integrantes de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) que limitan la libre circulación de mercancías y el desarrollo del comercio intrarregional, señaló el director del Centro de Investigación de Economía y Negocios Globales de la Asociación de Exportadores (CIEN-ADEX), Edgar Vásquez Vela.
“Se debe lograr una mayor apertura, reducir los costos y aumentar la eficiencia de las exportaciones e importaciones; sin embargo, el aprovechamiento está condicionado a la simplificación de los procesos administrativos”, manifestó.
Indicó que en 2022 las exportaciones peruanas a ese bloque –compuesto también por Bolivia, Colombia y Ecuador–, alcanzaron los US$ 3.185 millones. El principal destino fue Ecuador al concentrar el 41% del total, seguido por Colombia (33%) y Bolivia (26%).
“El 81% de los despachos fueron no tradicionales, resaltando los sectores químico, agroindustria y siderometalurgia. Los resultados, en términos de cifras, muestran un comportamiento positivo y destacan el potencial con esos tres países”, comentó.
Limitaciones
El director de ADEX, Doryan Zea, lamentó que ese potencial se vea afectado por algunas limitaciones. Mencionó la demora en la homologación de registros sanitarios en los países miembros, las diferencias en el etiquetado y la carencia de un mecanismo de registro de marca comunitaria.
“La homologación brinda la oportunidad de comercializar diversos productos en la región. Se presenta una copia certificada del registro expedido por alguna autoridad sanitaria nacional y luego la autoridad sanitaria receptora emite una constancia de reconocimiento del registro sanitario, permitiendo así su ingreso”, explicó.
Luego de indicar que por ahora sólo existen registros de la homologación en los productos de higiene doméstica, absorbentes de higiene personal y cosméticos, añadió que no existe un consenso sobre la creación de un reglamento común para los registros sanitarios en otros sectores, en particular el de alimentos. “Hay que tomar en cuenta las diferencias en las condiciones por tipos de productos o en las excepciones registradas”, sostuvo.
Respecto al etiquetado, la CAN avanzó hacia la armonización de requisitos técnicos en varias categorías como confecciones, calzado y marroquinería, y cosméticos. En el caso de las confecciones y calzado las etiquetas incluyen información de los materiales usados, fabricante o importador, talla (si fuera calzado) y el país de origen o fabricación con textos como ‘Hecho en…’ o ‘Fabricado en…’.
Los cosméticos, por su parte, deben presentar etiquetas con caracteres indelebles, legibles y visibles que presenten información como el nombre del producto, la denominación genérica, el grupo cosmético, el número de lote, la fecha de vencimiento y otros aspectos.
Armonización
De acuerdo a Zea, la CAN se caracteriza por su gran interés en productos de consumo, pero el etiquetado representa una de las más importantes restricciones al libre comercio. “En el 2013 hubo un acercamiento para armonizarlo, pero aún no se retoman las conversaciones. Ante esta situación cada país regula sus requerimientos de etiquetado y aplica sus propias regulaciones sujeto a su propio marco legal, tipo de producto y tendencias de consumo”, dijo.
Según la jefa de Asuntos Regulatorios-Alimentos del Grupo Food Solutions, Tania Ramírez, el verdadero reto está en la industria alimentaria debido a la existencia de 2 tipos de etiquetados que generan grandes dificultades: el etiquetado frontal nutricional y el etiquetado de la tabla de valores nutricionales.
En Ecuador se adopta un sistema semáforo, mientras que en Perú, Colombia y Bolivia se estableció el uso de etiquetas en forma de octógonos que indican el alto contenido de componentes como azúcares, sodio, grasas saturadas o trans; no obstante, a pesar de ser la misma figura, hay diferencias significativas en términos de regulación.
“Los límites fijados en los ingredientes o componentes o la forma de medición son diversos al momento de definir el uso o no de un octógono, lo cual determina su ingreso o no a otro país de la CAN. En ese sentido, este tipo de diferencias constituye una barrera a los empresarios quienes deben producir diversos tipos de etiquetas de acuerdo a sus destinos” precisó.
Otro aspecto que afecta las exportaciones al bloque andino es la falta del registro de marca comunitaria, lo cual incrementa los costos para registrar derechos y asegurar una mayor protección en todos los países miembros, pues se hace de forma individual en cada uno de ellos. En la actualidad el régimen de propiedad intelectual de la CAN sólo ofrece la exclusividad de la marca en donde fue registrada.
A fin de superar esa situación, tal y como ya lo hizo la Unión Europea, el bloque andino deberá crear un organismo supranacional de registro de marcas comunitarias que reduzcan los costos asociados a los trámites burocráticos, e informar y concientizar a los empresarios de la región sobre los beneficios que generaría una marca comunitaria.
“Los problemas y desafíos ya están identificados. Ahora es imperativo avanzar en la agenda pendiente con las autoridades peruanas y supranacionales (como la CAN), transmitir las dificultades en el desempeño comercial y generar iniciativas que nos lleven a resultados tangibles en el corto plazo”, concluyó Doryan Zea.