(Agraria.pe) En la provincia de Melgar (Puno), un total de 10 mil ganaderos se ven afectados por el agua contaminada de la cuenca Llallimayo, daño que sería causado por la empresa minera Aruntani. El agua color beige que recorre cientos de kilómetros riega los pastizales, y las consecuencias son una menor producción de pastos y la muerte de las vacas cada cierto tiempo.
El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) y la Autoridad Nacional del Agua (ANA), confirmaron que la calidad del agua en los ríos en la cuenca de LLallimayo no es apta para el consumo humano ni la ganadería. Los metales pesados superan los niveles permitidos.
El daño lo sufren los distritos de Llalli, Cupi, Umachiri y Ayaviri. De la contaminación se acusa a la empresa minera Aruntani y a su operación llamada Arasi. La empresa explotaba oro en la zona alta de Ocuviri, provincia de Lampa. En su mensaje presidencial de julio de 2019, el presidente Vizcarra confirmó el cierre de las operaciones de esta mina, pero continúan los problemas ambientales. Para los pobladores, la mina continúa operando. Y a eso atribuye la contaminación. Aunque sus funcionarios ratificaron que realizan el proceso de cierre.
“No sé qué vamos a hacer. Mi vaca morirá, por comer pasto contaminado, ha enflaquecido. Qué les hemos hecho a los de la mina para que nos hagan tanto daño. Los sembríos de alfalfa no crecen, en otras zonas se marchita sin opción de rebrote”, cuestionó Florencio Pacuri Ancasi.
Reyna Choquehuayta Bejar, dirigente del comité de lucha de Llalimayo, sostiene que no solo está en riesgo el ganado, también la población está expuesta a los metales pesados. En la zona carecen de agua potable.
El gobierno sabe de los daños de Aruntani. El ministro de Agricultura Jorge Montenegro, indicó que está en marcha un estudio para determinar el nivel de contaminación del suelo ocasionado por metales pesados. Estimó que la posible afectación alcanza a 3.400 hectáreas. Aunque los pobladores estiman que el daño alcanza a 20.000 hectáreas.
Fuente: La República