(Agraria.pe) La principal clave productiva para el cerezo es contar con las suficientes horas de frío, un factor que en el Perú es escaso, ya que los puntos que podrían cumplir esa función no están bien conectados. Esto obliga a buscar una variedad genética que requiera menos horas y que además permita competir en octubre, ya que es imposible tentar a diciembre.
Así lo entiende Ricardo Aguilera, director ejecutivo de Trumao Cherries (Chile), para quien la principal preocupación es que si Perú logra producir cerezas no entre a competir en el úlitmo mes del año, ya que ese periodo está sobrepasado con la producción de alta calidad de Chile; de hecho, la competencia entre los productores de las diferentes regiones de dicho país es feroz con cada vez mejor fruto y puja por packing, mano de obra y containers. “Sería un suicidio que los peruanos buscaran entrar en diciembre, no cabe una cereza más en el mercado”, sentencia.
Y la situación no mejora en enero, puesto que la fruta acumulada del mes anterior se sigue distribuyendo y perjudica a los productores que apuestan al primer mes del año para colocar su fruta. Y similar panorama se empieza a ver con noviembre. “Si Perú sale en octubre se gana el cielo, pero ahí empezamos con problemas técnicos para ver cómo producimos cereza en un periodo corto. No hay tiempo de acumular frío. No hay la suficiente cantidad de días, pero octubre es una buena oportunidad y habría que ver si se puede”.
La dificultad de ingresar material genético
Igual diagnóstivo tiene Samuel Escalante, director de Viveros El Tambo, para quien está claro que la fruta temprana es la que tiene buen resultado y hay poca. Refiere que una mirada realista al mercado revela que Chile tiene buen clima, buenas prácticas y mejoras continuas de volúmenes. En el caso peruano, plantea que quizá pase mucho tiempo antes de que la genética consiga una variedad de cereza que requiera pocas horas de frío, por lo que en Perú aún no ha escuchado “alguna voz de éxito, de alguien que me diga que cuajó el cerezo”.
Apuntó sin embargo a dos áreas que cumplen condiciones de conectividad y algunas horas de frío para tentar la producción del cherry: una es Pampa Baja en Arequipa, y otra, que no tiene frío pero sí una humedad relativa muy alta, es Nazca en Ica. Pidió asimismo que los procesos para el ingreso de material genético sean menos complicados. “Chile es un país ‘fregado’ para ingresar material de variedades de Estados Unidos, Italia… todos se quejan. Perú es peor… tienen un listado de virus que no tiene ningún país en el mundo”.
Ya en junio pasado, Escalante había señalado que trabaja en varios programas genéticos, uno de los cuales es Unibo, de la Universidad de Bolonia, de la cual están intentanto internar variedades de clima templado a Perú desde Chile, pero que no habían logrado superar la barreras fitosanitarias que impone nuestro país. Otro esfuerzo se hizo con IFG, que logró desarrollar una varidad de cerezo bajo reposo.
Finalmente, Javier Amaro, director ejecutivo de AGAP, resaltó el marco de tratados de libre comercio con que cuenta el país y que esta industria puede aprovechar para expandirse rápidamente en el mundo, especialmente si se considera que los principales mercados de consumo están en el Hemisferio Norte. “El clima, agua, las condiciones de territorio, nos hacen tener una proyección de crecimiento impresionante”, sostuvo, agregando que se puede trabajar con programas de irrigación y comprometiendo a la pequeña agricultura de la sierra.
Dato
Ricardo Aguilera, Samuel Escalante y Gabriel Amaro dieron estas declaraciones durante su participación en el Agrotrade Perú 2022.