(Agraria.pe) No se aprecia el valor del agua hasta que se seca el pozo… O quizá el reservorio. Piura, la principal región productora de limón en el Perú, alberga entre sus valles y desiertos los reservorios de San Lorenzo y de Poechos, los cuales cubren la cuota hídrica que exigen las más de 18.000 hectáreas de este cultivo permanente. Sin embargo, tras la grave sequía en la zona costera —con niveles históricos— , la expectativa de producción del fruto verde para el 2025 se asoma con algunos riesgos.
La falta de lluvias que alimentan la cuenca de Catamyo-Chira (entre Ecuador y Perú) encendieron las alarmas al punto de que el Gobierno Regional de Piura busca que el Gobierno Central declare como emergencia la situación y abra una puerta para la implementación de planes de contingencia en favor de los agricultores. Incluso, El Consejo de Recursos Hídricos de la Cuenca Chira-Piura (CRHC CHP) reveló que los registros del 2024 superan a los de aquellos años catalogados como extremadamente secos.
Eduardo Castillo, presidente de la Comisión Agraria del Congreso de la República del Perú, se adhirió y pidió tanto la intervención de Contraloría como el Ministerio de Desarrollo Agraria y Riego (Midagri). “Quiero exhortar al ministro de Agricultura a de una vez declarar la emergencia […] Además estoy solicitando una auditoría hídrica, pero que no la haga el ANA (Autoridad Nacional del Agua), sino un organismo internacional, […] porque las comisiones esetán bien fastidiadas con estos datos que no calzan con la realidad”, declaró recientemente a RPP.
Y si las raíces en un suelo reseco sufren, los frutos también. El tamaño y la concentración de líquido del limón son aspectos que determinarán el curso económico de su exportación en el 2025: es alta la posibilidad de que las condiciones de la cosecha impacten en su próximo ingreso a los mercados de Estados Unidos, Ecuador, Chile, Bolivia, Asia y Unión Europea.
Panorama de la exportación
Napoleón Puño, gerente de la Junta de Usuarios de Riego del Chira, reunió a las apariciones de la comisión de ingenieros del subsector Cieneguillo: el consenso es que el limón pequeño se desprende del tallo. Las hectáreas del cítrico que se ubican en este territorio enfrentan la caída de la floración -de la shaquira; es decir, del limón que ya está formando-. Esto significa que la gestación incompleta no satisface los patrones del producto valorizado en la exportación.
Pedro Pasiche, ingeniero jefe y propietario de parcelas en esta zona, profundizó sobre la calidad que está perdiendo este producto para su envío al exterior.
“Ante la sequía, la floración cae y el fruto más tierno también. El limón que ya está próximo a salir pierde calidad porque pierde el brillo y eso hace que la fruta se desnaturalice. […] Si no hay limón de calidad, no se puede exportar, ya quedaría para el mercado local. Habrá pérdidas para todos los usuarios que nos dedicamos a este cultivo”, detalló.
El 70% de total ya estaría siendo afectado, aseguró el comisionado, y añadió que se están perdiendo cultivos transitorios de yuca, maíz, papaya, tomate y pimientos porque requieren de un regado continuo.
La variedad Tahití, por ejemplo, protagoniza los envíos internacionales. Sin embargo, para que esta comercialización sea viable, el gruto requiere de ciertos estándares de calidad: el Súper debe presentar de 60 milímetros a más y el Extra, de 57 a 59 milímetros, explicó Diego Rentería, especialista agroindustrial.
Gabriel Amaro, presidente de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), hizo un balance con respecto a los años anteriores: del 2022 al 2023, subió 20% la producción de toneladas del limón en Piura. En el mercado internacional, se pasó de 31,000 toneladas en el 2022 a 35,000 toneladas en el 2023.
En el panorama del 2024, en cambio, no figura un crecimiento. Hasta agosto del 2024, se registró más bien una caída de 8% en las toneladas de agroexportación. Por ello, Gabriel Amaro estimó un cierre de año hostil.
“Es muy probable que, por la sequía, el limón de acá a diciembre no se recupere de este porcentaje negativo. El informe que tenemos es que está llegando a niveles mínimos la cantidad de agua para valles productivos y exportadores”, puntualizó.
Y, para el 2025, continuaría la crisis. Es más, se advirtió desde AGAP efectos sobre el precio. “La tendencia es que la exportación en general, y más en frutas y hortalizas, sea negativa en toneladas. Es muy difícil que estando a puertas de fin de año, y con el riesgo que tenemos de la poca agua, se pueda remontar o ser más positivo. […] Sí va a haber una afectación probable respecto a la calidad y a la cantidad, con lo cual puede subir el precio, como el año pasado”, anotó.
En este contexto, destacó el aviso que la Asociación de Productores Agroindustriales de Piura (APAG) compartió, recientemente, en sus redes sociales con el fin de masificar ante la opinión pública las consecuencias del estrés hídrico.
El precio habitual de la bolsa de limón -50 kilos- oscila entre los S/50 y S/70. No obstante, los antecedentes sin el líquido base dejaron valores hasta de S/850, de acuerdo con Pasiche, quien remarca que eso solo ocurriría “en caso extremo”.
Además de menoscabar la economía nacional, esta alteración engrosa la inseguridad ciudadana en estas zonas: “Ante la escasez, los delincuentes se meten a las parcelas para saquear el limón”, precisó.
A su turno, Juan Carlos Odar, director de Phase Consultores, evaluó la afectación de tener un limón pequeño y, progresivamente, escaso en la canasta básica familiar. “El peso del limón en la canasta de consumo es medio punto porcentual, lo que quiere decir que un incremento de 10% en el precio del limón significa un incremento de los precios promedio en 0.05%”, detalló.
Deslinda de esta proporción que puede haber alguna presión al alza para el 2025: “Pareciera que el incremento va a ser notorio, va a ser de dos dígitos. […] La escasez de agua no se está dando justo en la mayor producción; por eso, no es que esté condicionando una producción menor que haga subir tan rápido los precios como en el 2017 o septiembre de 2023. Sin embargo, si continúa la sequía, sí estaríamos hablando de un problema mayor, no solo del limón, sino de otros cultivos”, comentó.
Limitada recepción de agua
La gestión del agua tampoco ha sido la adecuada. El reservorio de Poechos, el cual abastece los valles y campos del Chira, Sechura, Medio y Bajo Piura, presenta problemas de sedimentación que reducen su capacidad de almacenamiento.
A inicios del 2024, de acuerdo con un informe del Proyecto Especial Chira Piura (Pechp), el nivel de residuos en el fondo del reservorio se estimó entre el 60% y 61%. Esto significó que la fuente de acopio solo podía retener alrededor de 445 millones de metros cúbicos (MMC) de agua, en comparación con su capacidad inicial: 885 MMC. La minería ilegal en el río Catamayo, en Ecuador, también influyó en la sedimentación del reservorio, ya que Perú comparte con el país vecino la prolongación del cauce (río Chira).
“Lo más urgente, para nosotros los agricultores, es que se hagan los reservorios satélites que se están gestionando a través de los entes representativos. Necesitamos acumular agua y cumplir con las necesidades de los cultivos. (Necesitamos) que el Gobierno se preocupe”, comentó Pasiche. “El río está seco y recuperación de agua no hay. La esperanza es encomendarse a Dios y pedirle que nos mande agüita”, apuntó.
Por su parte, Amaro se mostró más sincero con sus perspectivas: “Las medidas que se tomen no resuelven el problema de este año. Hay que hacer mejoras en la estructura actual de Poechos, pero la solución no va a ser inmediata, porque para todo ello hay expedientes técnicos. .] Y no es que tengamos que esperar de brazos cruzados, las administraciones públicas tienen que hacer su trabajo”, comentó.
En resumen, el sector agrícola en Piura, clave en la distribución alimentaria y comercial del país, subsiste a los reveses climáticos y a una agenda nacional que aún no asume compromisos de asistencia acuciante en la zona.
Fuente: Gestión