Millones de familias productoras del grano no logran cubrir costos de producción, hacer frente a deudas, sostener niveles de empleo, ni atender el cultivo con las inversiones mínimas de manejo agrícola. El Director General del IICA instó a la cadena agroindustrial del café y a los gobiernos a comprometerse en la búsqueda de soluciones consistentes.
(Agraria.pe) El Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Manuel Otero, expresó su preocupación por el derrumbe de los precios internacionales del café y alertó sobre sus negativas consecuencias económicas, sociales y productivas, particularmente en los países en los que el café es un cultivo relevante por su participación en las exportaciones y en la generación de empleo.
Señaló que la actual coyuntura de precios, que impacta en más de 80 países productores de café en el mundo y especialmente sobre las familias dedicadas a la caficultura, tiene un efecto ampliamente negativo, con una disminución considerable del uso de tecnología e insumos agrícolas, lo que a su vez deriva en una insuficiente aplicación de buenas prácticas en el manejo integrado de las plantaciones.
Indicó que en el mundo existen cerca de 25 millones de familias productores del grano que hoy no logran cubrir los costos de producción, hacer frente a las deudas, sostener los niveles de empleo, ni atender el cultivo con las inversiones mínimas de manejo agrícola, lo que provocaría que se incrementen las plagas y bajen los niveles de productividad.
En 2018 el precio promedio de una libra de café Arábica (el de mayor calidad) fue de US$ 1.01, sin embargo en abril de este año alcanzó los US$ 0.95 la libra, siendo el promedio mensual más bajo desde julio de 2006.
La persistencia de las perspectivas negativas y la limitada respuesta ante estos escenarios contribuyen a debilitar la resiliencia de las familias rurales que viven de la producción de café, indicó el Director General del IICA.
“Se trata de un escenario en el que ninguna actividad agrícola es rentable y por lo tanto no permite asegurar la producción sostenible de café. Provoca un mayor endeudamiento de productores y genera un alto flujo de migrantes desde las zonas rurales hacia los centros urbanos y hacia otros países en búsqueda de mejores oportunidades”, afirmó Otero.
En ese sentido, llamó a la cadena agroindustrial del café, el sector privado y los gobiernos a comprometerse en la búsqueda de soluciones rápidas y de largo plazo.
“El sector requiere de la activación de mecanismos que promuevan un comercio más equitativo, que garantice elevar la rentabilidad de la caficultura a partir de un mayor ingreso para los productores y se acompañe de alternativas de diversificación productiva responsables, que contribuyan a mitigar los impactos de la volatilidad de los precios del café, generen ingresos y mejoren la seguridad alimentaria y nutricional de los millones de productores de café en el mundo y muy especialmente en América Latina y el Caribe”, explicó.
Mencionó que los bajos precios internacionales se sienten particularmente en México, Centroamérica, Panamá, Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, República Dominicana y Jamaica, además de Brasil, países en los que alrededor de 14 millones de personas están relacionadas con la producción y comercialización del grano.
Agregó que el café supone más de un tercio de las exportaciones de Colombia y Honduras, por lo que el descenso del precio ha tenido gran impacto en el empleo y los ingresos, impulsando las migraciones. Ante esos efectos, dijo que productores de 35 países de África y América Latina han urgido a la industria a que incremente los precios de compra y evite así “una crisis humanitaria”, instando, además, a una acción internacional coordinada.
Más innovación
En esta dirección, contribuyendo a elevar la rentabilidad del sistema de producción de café, el IICA, a través de recursos de la Unión Europea y en apoyo a sus países miembros, trabaja conjuntamente con la institucionalidad cafetalera de varios países, invirtiendo grandes esfuerzos dirigidos a fortalecer procesos de trasformación productiva e innovación.
Dentro de estas acciones, bajo un esfuerzo coordinado con el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y el Consejo Agropecuario Centroamericano (CAC), el IICA, en el marco del Programa Centroamericano de Gestión Integral de la Roya del Café (PROCAGICA), lidera la elaboración y puesta en marcha de un plan estratégico para contribuir en la reactivación y reposicionamiento de la caficultura en Centroamérica y el Caribe.
El café es el segundo producto agrícola de mayor importancia a nivel mundial medido por su volumen de comercio, de unos US$ 15.000 millones anuales.
“La crisis de precios es apremiante y está fuera del control de los productores. Es urgente desarrollar políticas que mejoren el acceso a información, den acceso a insumos a precios competitivos, fomenten la renovación de las plantaciones con variedades más productivas, precoces y resistentes a enfermedades y plagas; estimulen el mercado local y den valor agregado basado en la calidad y diferenciación”, concluyó Otero.