15 agosto 2018 | 09:50 am Por: Edwin Ramos | prensa@agraria.pe

Informó Humberto Reyes, director de inocuidad agroalimentaria de la institución

En 2014, Senasa registró un pico de contaminación en alimentos que ha ido en disminución

En 2014, Senasa registró un pico de contaminación en  alimentos que ha ido en disminución

Productos como páprika, tomate, uva y mandarina alcanzaron valores de contaminación por agroquímicos de hasta 70%. Hoy ya existe un parámetro para evitar estos casos tanto en alimentos producidos en el país como en los importados. Se puede consultar en la web los monitoreos al respecto de la institución. 

(Agraria.pe) El reciente caso de la Empresa Agrícola Natucultura, ubicada en Morropón (Piura), donde 76 trabajadores se intoxicaron al inhalar veneno que se usa para combatir las plagas del tomate, encendió nuevamente las alarmas: ¿Cómo se está trabajando para garantizar la seguridad de los trabajadores del campo en Perú en el manejo de agroquímicos y, además, salvaguardar la inocuidad de los alimentos que se consumen en el mercado interno?

Humberto Reyes, director del área de inocuidad agroalimentaria del Servicio Nacional de Sanidad Agraria –Senasa, aclaró que en el caso particular de Natucultura se trata de elementos que se utilizan tanto de forma industrial como doméstica, productos cuyo registro corresponde a Digesa. “Senasa autoriza solo los productos llamados plaguicidas para uso en campo y que los agricultores usan en las enfermedades y plagas que hacen daño a los cultivos”. 

Agregó que si bien a nivel internacional no se puede dar una garantía absoluta de inocuidad para un producto, su institución sí cumple con su labor de supervisión y fiscalización para que los alimentos que se expenden en el mercado interno provengan de buenas prácticas de manipulación, manufactura y los productos que se usan en ellos cuenten con los registros correspondientes. “Se fiscaliza por ejemplo la venta de productos que son extremadamente tóxicos y tienen que ser vendidos con receta por un ingeniero agrónomo, prescrito como una receta de un doctor”. 

El funcionario dijo también que se hacen monitoreos sobre los alimentos a la venta desde el año 2011 hasta la actualidad y que de hecho si se ha conocido de casos con altos niveles de contaminación es gracias a este trabajo. 

“Cuando nos piden información indicamos en qué parte de la página web del Senasa están los monitoreos por todos los años. Entonces, es cierto lo que dicen las informaciones sobre que de 2011 a 2015 hubo altos niveles de contaminantes, es cierto, esa información la ha dado el propio Senasa, pero también hay que indicar que desde el 2014, donde se observó un pico con algunos productos contaminados, a través de las capacitaciones que se han dado a agricultores y personas involucradas en la cadena se han bajado drásticamente esos niveles”, refirió. 

Consultado sobre los alimentos en los que encontraron esos altos niveles de contaminación –alcanzando hasta un rango de 70%-, Reyes mencionó a la páprika, el tomate, la uva y la mandarina. En la actualidad, el índice se encuentra en un rango de 12% a 17% dependiendo del alimento estudiado, lo que revelaría una importante mejoría, estimó. Esto ha sido posible con capacitaciones no solo a los agricultores directamente sino en escuelas secundarias para que los hijos indiquen a sus padres en zonas rurales cómo se debe usar de forma correcta un plaguicida.  

Con respecto a los alimentos importados, el director de inocuidad agroalimentaria sostuvo que cada país tiene la potestad de señalar los límites máximos de residuos de plaguicidas (LMR) y que en Perú desde el 2016 ya existe dicho parámetro. “Desde el 2016 hasta ahora ya tenemos con qué comparar los límites y eso nos ayuda a saber qué es lo que estamos consumiendo, por eso también bajan los niveles de contaminantes paulatinamente… debemos estar para cualquier lado del monitoreo que hacemos, ya sea de campo, mercado, plantas, sitios donde se expenden estos productos”, observó. El alimento importado al que más atención le han prestado, dijo,  ha sido al maíz, seguido por algunos cereales. 

Finalmente, el funcionario pidió el compromiso de todos los actores de la cadena alimentaria, empezando por los “primeros responsables”: los comercializadores de plaguicidas y los agricultores. 

“En segundo lugar somos responsables las autoridades que debemos fiscalizar el manejo que le dan (a los productos), verificar que en la etiqueta diga lo que debe decir; y en tercer lugar quienes consumimos los alimentos, pues hay que lavar y guardar en lugares adecuados para que no hagan daño a la salud”. 

Dato:

Puede revisar los informes disponibles del Senasa sobre este tema en el siguiente vínculo:

Etiquetas: pesticidas
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