Los algodones orgánicos y que cuenten con un sello son un nicho muy especial para el mercado y al que nuestro país puede apostar. También podríamos enfocarnos en las variedades nativas y de colores que son muy atractivas.
(Agraria.pe) En 2011 nuestro país estableció una moratoria prohibiendo el ingreso y producción de Organismos Vivos Modificados (OVM, también llamados transgénicos) con fines de cultivo o crianza al Territorio Nacional por un Período de 10 años; medida que ha sido cuestionada por varios sectores, principalmente la industria textil, aduciendo que resta competitividad a la producción nacional
Agraria.pe conversó con la coordinadora regional del Proyecto Más Algodón para América Latina y el Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Adriana Gregolín, quien señala que la moratoria impuesta por Perú es una oportunidad para desarrollar el sector algodonero nacional.
“La moratoria le da a Perú una gran oportunidad de proyectar un algodón diferenciado, un producto con identidad, que tiene sus valores, eso es lo que se ve en los países desarrollados que buscan este tipo de productos”, sostuvo.
Como ejemplo dijo que los algodones orgánicos y que cuenten con un sello son un nicho muy especial para el mercado y al que nuestro país puede apostar. También podríamos enfocarnos en las variedades nativas y de colores que son muy atractivas.
“Nosotros vemos a Perú como un país de referencia en el sector algodonero en términos de la calidad del tipo del algodón y reconocemos también la diversidad de variedades que hay y amplia especialidad en el sector”, comentó.
En otro momento, agregó que se deben sumar los esfuerzos del gobierno, el sector privado y gremio de productores para establecer cuáles son las ventajas de tener un producto nacional.
“El algodón peruano debe ser utilizado por las industrias nacionales, darle el debido valor y ofrecerlo como un producto diferente al mercado externo, ese es el camino”, sostuvo.
Además, la especialista señaló que el Estado debe avanzar en dar más soporte (investigación, innovación y extensión agraria) al productor para fortalecer esa identidad del algodón peruano.
Proyecto Más algodón
Adriana Gregolín destacó que el algodón es uno de los productos más importantes del mundo, a pesar de ello su producción, precio y demanda se han estancado afectando directa e indirectamente una parte significativa de la población.
Los países algodoneros sudamericanos han tenido serias dificultades para alcanzar y/o mantener niveles de productividad y competividad en el sector, enfrentando desafios en los mercados internacionales como fluctuaciones de precios, subsidios practicados por los países industrializados, mercados nacionales con escasez de tecnologias, inadecuación de cultivo, escasez de semillas, entre otros.
Dichas carencias se reflejan en la desorganización o desaparición de las cadenas de producción, transformación y comercialización del algodón, así como en la pérdida de empleos y deterioro de condiciones de trabajo en el sector, lo que se combina muchas veces con debilidades institucionales para ofrecer servicios efectivos como crédito, investigación y asistencia técnica, o en asegurar el trabajo decente.
Para hacer frente a esta problemática, se viene coordinando acciones conjuntas entre actores nacionales e internacionales (cooperación Sur-Sur Trilateral), como es el proyecto regional “Más Algodón” (ejecutado por el Gobierno de Brasil, a través de la Agencia Brasileña de Cooperación y la FAO)
El proyecto busca desarrollar capacidades tecnológicas sostenibles de producción, la creación de alianzas estratégicas público-privadas, el fortalecimiento de la asociatividad y la generación de oportunidades de acceso a mercados inclusivos, y de esa manera reducir la pobreza en los países donde se implementa como son Perú, Paraguay, Bolivia, Ecuador. Argentina y Haití.
“Los principales desafíos que enfrenta el sector algodonero son la falta de apoyo y soporte de políticas públicas en los últimos 20 años y eso impactó en todos los eslabones de la cadena de valor del algodón, desde la producción hasta el mercado”, explicó Gregolín.
Agregó que la tecnología y capacitación (investigación, asistencia técnica, extensión rural) son desafíos centrales en este sector y que el proyecto viene promoviendo un sector más sostenible para los productores en cuanto a términos de políticas públicas y de representatividad.
“En los últimos 5 años con este proyecto de cooperación Sur-Sur Trilateral lo que se percibe es que nuevamente los gobiernos vuelven a mirar el sector algodonero como un sector estratégico para el enfrentamiento de la superación de la pobreza rural y para garantizar y mejorar la seguridad alimentaria de las familias”, manifestó.
En el caso del Perú, destacó que nuevamente el algodón está en la agenda del gobierno, ya que el Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) nuevamente está impulsando, y está preocupado en tener políticas, acciones y programas que puedan consolidar mejor el sector.
En ese sentido, dijo que en antiguas áreas donde se había dejado de producir algodón se está volviendo a producir dicho cultivo y lo que se busca ahora es tener bases más sostenibles y con capacidad de tecnología, asistencia técnica y capacitación de las familias para tener un cultivo más rentable y que sea menos dañino al ambiente.
Datos
. Otro proyecto que se viene implementando es “Algodón con Trabajo Decente” (también ejecutado por la Agencia Brasileña de Cooperación y la Organización Internacional del Trabajo) y cuyo objetivo es promover el trabajo decente con énfasis en los Derechos y Principios Fundamentales del Trabajo y la mejora de las condiciones de trabajo en cinco países en desarrollo productores de algodón (Paraguay, Perú, Mali, Mozambique y Tanzania).
. Con este programa se busca erradicar el trabajo infantil, el trabajo forzoso e incentivar la formalización del trabajo, promoción del empleo de jóvenes, combatir la discriminación y promover la igualdad de género, raza y etnia, y el diálogo social.
