(Agraria.pe) Si la irrigación de Majes-Siguas II sale adelante contra todo pronóstico, Arequipa y el país podrían beneficiarse de unos 180,000 empleos nuevos y exportaciones de más de US$1.000 millones anuales, de acuerdo con la visión del ingeniero Rómulo Mucho, promotor de AgroMin y profundo analista de la realidad económica nacional.
Desde su perspectiva, las trabas al proyecto han sido un defecto congénito. Hoy, sin embargo, el impacto proyectado para Majes-Siguas incluiría la transformación e incorporación del agro de subsistencia a la cadena agroindustrial y el consecuente desarrollo urbano alrededor de la gran irrigación.
El experto, finalmente, insiste en la necesidad de incorporar a la gestión de Majes, integridad y profesionalismo, además.
¿Por qué Majes-Siguas II ha exhibido tantas complicaciones?
Porque creo que el proyecto nació mal y lo que mal empieza, mal acaba, dice un antiguo dicho. Es un clamor de muchos años para el desarrollo de Arequipa y del Perú, pero los peruanos no hemos aprendido mucho sobre integridad y profesionalismo. Creo desde el inicio, este proyecto estuvo salpicado de la corrupción.
¿Por qué desde el inicio del proyecto no se ha previsto usar el cambio tecnológico que vaya más allá de “entubar el agua”? ¿Por qué en el camino se habla de adicionar una adenda?
¿La disponibilidad de fondos puede ser una excusa?
No lo creo, durante la pandemia, en el año 2020 se gastó un monto cercano a los S/ 60.000 millones de soles. ¿Por qué dentro de ese gasto no se destinó también para reactivar lo que está paralizado? No solo Majes, también Chavimochic, por ejemplo, porque son proyectos similares. Claro que son partidas distintas.
¿Cómo impacta Majes Siguas II en el pequeño agricultor?
Migrando desde ya de las tareas que son del agro de subsistencia -incluidas actividades pecuarias como la pequeña ganadería- hacia cultivos rentables como palta, uvas, cualquier producto del ranking exportador, con el consiguiente impacto en el desarrollo urbano. Es decir, el agro de subsistencia se puede transformar e incorporar también a la agroindustria, aunque ya tenemos algunos ejemplos.
¿Qué cifras se esperan para Arequipa?
Serían US$ 1.000 millones anuales en exportaciones a partir del cuarto año (de puesta en marcha del proyecto) y entre 150.000 a 180.000 nuevos empleos directos e indirectos. Pero eso no es todo. Majes podría dar origen a una nueva gran ciudad y un cluster agroindustrial: quizás Ciudad Majes (hasta más grande que Olmos) si se aborda el proyecto en su real dimensión. Otro detalle importante es que se requiere un tratamiento especial para el acuífero que se generó a raíz de Majes I, pues hay una reserva de millones de metros cúbicos que se almacenó por el regadío por inundación.
¿Y si Majes Siguas II sufriera otra nueva paralización?
Sería indeseable para el Perú. Si soy inversionista y la obra no sale...resulta que ya hice movilización de equipos. Los constructores están paralizados, cansados. Por ejemplo, una tuneladora que cuesta US$20 millones, pero como no trabaja se va malogrando y oxidando, es decir perdiendo valor.
¿Hasta cuándo el normalizar adenda tras adenda va a complicar la inversión en el Perú?
Nuevamente quiero mencionar que en el Estado existe la falta de integridad y profesionalismo de quienes elaboran los proyectos, con pocas excepciones. Y entonces, se recurre a otros mecanismos -como gobierno a gobierno- en donde los peruanos seremos siempre dependientes en el aspecto profesional y tecnológico, sobre todo. ¿Es que aquí no somos capaces? ¿la ingeniería peruana va perdiendo autonomía?
Usted menciona que los ingenieros peruanos también tienen que mostrar que tienen un buen estándar de calidad en relación a los de otros países...
Existe calidad y se demuestra en el sector privado, pero en el Estado tenemos que poner las barbas en remojo.
¿En Majes y en otros proyectos no hay acaso demasiados actores? Gobierno Regional, MIDAGRI, y en tantos otros proyectos, MEF, Proinversión, direcciones de Ministerios...¿Quién debe comandar la inversión regional?
Lo debe hacer el MIDAGRI con apoyo del MEF directamente con una oficina de proyectos, existen muchos actores y no funciona. Proin-versión, por ejemplo, ya cumplió su ciclo, se ha convertido en un ente burocrático.Todo el mundo quiere algo, un beneficio, pero deben ser íntegros y trazar una visión de desarrollo para Arequipa.
Hablando de la gran infraestructura agrícola, ¿cuándo empiezan las trabas a la inversión regional?
Con el tremendo fracaso de la regionalización, porque las decisiones se dispersan y se otorga demasiado poder a las autoridades locales y estos no estuvieron preparados para tomar y ejecutar las mejores decisiones para el desarrollo de su región. Es una falla estructural de nuestro sistema.
Fuente: Revista Horizonte de AGAP
