(Agraria.pe) La estrategia peruana de convertirse en un proveedor permanente de alimentos para el mundo está cobrando forma. Fuera de los condicionamientos que esta temporada tendrá por el trastorno climático, lo cierto es que se está viendo ya la expansión en el tiempo de las campañas.
Así, Julio Vivas, director de la Subdirección de Cuarentana Vegetal del Senasa, resaltó que una característica que marca la evolución y diferenciación del calendario agrícola peruano es que en varios cultivos está pasando a tener capacidad de proveer todo el año.
“Por nuestra condición natural y clima, así como diferentes tipos de suelo, ahora podemos tener campañas que no están marcadas por un periodo definido, sino que son campañas anuales. Así sucede con el arándano, cuya campaña iniciaba en mayo y se extendía hasta febrero, pero ahora lo tenemos todo el año”, explicó.
En ese mismo camino está la palta, que ha sumado a la producción de la costa, la de zonas altoandinas, lo que permite hablar de un abastecimiento continuo. Por esa vía se acerca el mango, cuya cosecha empieza en septiembre y va hasta febrero, pero, gracias a la producción de regiones como Áncash, ahora alcanza hasta mayo. Casos similares son los espárragos y el jengibre.
Para Julio Vivas, la diversidad de suelos y climas, que crean, especialmente en la costa, una especie de invernadero natural, son los que permiten al país contar con una diversidad climas que favorece el desarrollo de múltiples cultivos, ampliando así el potencial de diversificación de la canasta agroexportadora.
