(Agraria.pe) Así como la banca aprendió a financiar a la pesca en el Perú tras años de conocer su modelo de negocio y sus contingencias, también aprenderá a poco a poco a financiar al agro moderno, señaló el especialista en finanzas corporativas y director de Reaño Asesores Financieros, Martín Reaño Azpilcueta.
Indicó que actualmente, la caída del PBI total, producto de la pandemia, hace más visible la fortaleza de la agroexportación peruana, prácticamente el único sector con una variación anual en positivo y el que ha seguido de pie en medio de la crisis sanitaria.
Indicó que la necesidad de financiamiento, sin embargo, es algo que no siempre se concreta ante la banca local sino que muchos empresarios toman líneas de crédito de la gran banca de fomento internacional, la misma que desde hace décadas ha desarrollado líneas y productos especiales para el sector agrícola.
¿Pero es el agro realmente riesgoso en este contexto general de recesión de la economía global? Martín Reaño comenta que hay sectores que aún en situaciones críticas como la que vivimos, logran mantenerse firmes. "Hay ciertas industrias que tienen una naturaleza anticíclica y eso significa que crecen más en periodos de crisis como el de la salud, los alimentos, y vinculados a ellos, el sector agroindustrial. Este sector es, sin duda uno de los sectores que no debería verse afectado".
Por esa misma razón, dice, no parece muy lógico que algunos agricultores tengan problemas para financiar su operación en Perú. "El problema no está en la industria, sino en cómo las entidades financieras perciben a la economía peruana y al sector agrícola en particular", precisó.
Sensibilidad y ruido
Para el análisis financiero, en el mix de variables pesan el advenimiento de las elecciones 2021, una depresión económica extraordinaria y una corriente populista.
“Las entidades financieras en el Perú se ponen extremadamente cautelosas porque se dirigen a sectores que han visto tradicionalmente como más seguros. A mi juicio, cometen un error quienes sigan viendo al sector agrario como aquel sector manejado por los antiguos terratenientes, porque no es así. Ahora tenemos un agro moderno, eficiente, de alta productividad, completamente integrados los mercados mundiales”, sostuvo.
Agregó que el sector financiero tradicional viene siendo manejado por gente de pensamiento tradicional. "Por eso el empresario agrícola sale a buscar el dinero a países en donde la mentalidad es más progresista y no asocia al sector agrícola a una economía de terratenientes".
Otro factor dice, es que en Perú la banca tiene el recuerdo del Banco Agrario, al que no le devolvían los préstamos, pero ahora existe otro tipo de agricultura, eficiente y responsable.
Reaño advierte que en el exterior ya no hay ese paradigma, sino que hay más disposición y un sistema organizado para impulsar el agro como ocurre con los bancos de fomento al estilo Rabobank.
Perspectiva y realidad
En la perspectiva del experto, y en un futuro cercano, las cosas también tendrán que acomodarse de modo realista.
"Asumiendo que la crisis económica en el Perú no se agrava y asumiendo que los movimientos populistas no acentúen su participación en la política, los bancos tampoco podrán dejar de prestar", señala. "Si no prestan, quiebran. Y tienen que colocar dinero. Los otros sectores de la economía, los no agrarios, van a afectarse más por esta crisis. Entonces los bancos, viendo a los menos afectados como la salud, alimentos y de hecho, el agro, van a decidir que también les prestarán. Veríamos en las entidades financieras un punto de vista más técnico y racional", manifestó
En ese sentido, estimó una mayor presencia de recursos internacionales para el agro, lo que haría reaccionar a la competencia local en el mercado financiero.
¿Nicho fintech?
Que la banca no tradicional y las fintech llenen algún espacio vacío que deje la banca local, Martín Reaño lo ve difícil, por estar esta tendencia en sus fases iniciales, sin las espaldas financieras amplias requeridas.
"El sector agrario requiere montos importantes, no son operaciones menores. Rabobank, por ejemplo, presta a partir de US$ 10 millones. Por eso, que las fintech ocupen el lugar de la banca tradicional, no lo veo posible a corto plazo", sostuvo.
“Con la confianza en que la banca local reaccionara, el mercado financiero agrícola va a crecer. Y así como a fines de los 90 prestó a los pesqueros entendiendo la regulación sobre sus cuotas de captura, también entenderán los ciclos del agro, con sus épocas de precios altos y bajos, sus problemas ambientales y otros”, finalizó.
Fuente: revista Horizonte de AGAP
