(Agraria.pe) Ante la crisis hídrica que afronta la región de Piura en el norte peruano, una de las ideas que ha surgido es la de perforar pozos y obtener de esa manera el líquido elemento que es escaso en estas horas tanto para consumo humano como para la agricultura. Y es cierto que el país tiene un enorme potencial de aguas subterráneas, sin embargo la sobrerregulación impediría avanzar en estas iniciativas rápidamente.
Abraham Levy apunta que las aguas subterráneas vienen generalmente en forma de acuíferos abiertos, que deben ser explotados, ya que si no se hace, simplemente se pierden. El problema, apunta, es que para perforar un pozo, que es un proceso que demora de uno a tres meses (según la tecnología usada) se necesita pasar por un auténtico "océano regulatorio” que puede tomar más de un año.
“La Autoridad Nacional del Agua ha avanzado un poco recientemente con la RJ 357-2024 en reducir los plazos, si es que uno quiere hacer uno o dos pozos. Si quieres hacer más de dos, te metiste en problemas. Tienes que modelar el acuífero. A alguien en el Estado se le ocurrió que solo se pueden perforar dos pozos sin hacer un modelo numérico. Además, cada pozo requiere un instrumento ambiental. Absurdo”, comentó.
Recién después de pasar por todo este proceso se podría empezar con la perforación, con el riesgo de que no se encuentre agua, con lo que la inversión se pierde. Levy explica que en otros países, “con burocracias más inteligentes” primero se perfora, y si hay éxito encontrando agua, se usa y luego se regulariza. En esa línea, señala, el Ministerio del Ambiente quiere reorganizar el SENACE (Servicio Nacional de Certificación Ambiental para inversiones sostenibles) para reducir la excesiva regulación que impide a los formales (Estado y privados) hacer obras para obtener licencias de aguas subterráneas, entre otras iniciativas.
“Si vamos a perforar en Piura por la legal no vamos a llegar a poder tener licencias hasta el 2026 en el mejor de los casos”, concluyó Abraham Levy.