(Agraria.pe) El Servicio para el Desarrollo Integral Rural (Sedir) y pequeños productores del distrito ancashino de Pamparomás, están implementando un campo semillero de papas nativas a 3100 metros de altura en el caserío de Carachuco. En total, están sembrando 210 accesiones (variedades).
“La labor empieza en la parte más alta con el surcado del terreno y terminará en el lado más bajo ya con todas las semillas bajo tierra. Un trabajo que demanda bastante esfuerzo físico y el suficiente conocimiento técnico para lograr un buen rendimiento en calidad y cantidad”, refiere el Sedir.
La entidad explica que el objetivo de esta actividad es evitar la extinción de las papas nativas, preservando así muchas de ellas con formas y colores llamativos (como puño de gato, lengua de vaca). Varias de estas papas todavía no tienen un nombre específico, y sólo se les conoce por códigos, por lo que se requiere un estudio de mayor profundidad.
“El año pasado sembramos 198 variedades y ahora hemos incrementado a 210 y eso significa un buen avance en nuestro objetivo de conservar las papas nativas. Tenemos la obligación de conservar algo que nos dejaron nuestros antepasados”, explicó Wilmer Alegre, técnico del Sedir.
En años anteriores también se hizo lo mismo en los caseríos de Nununga, Pucará, Ocshapampa y Huarac Hurán también del distrito de Pamparomás en Áncash.
Tecnificación
Los productores aprendieron, por ejemplo, que las semillas deben tener una distancia entre 30 y 40 cm., mientras que la separación entre surcos debe tener unos 80 cm. en promedio. Aquellos criterios básicos permitirán que la planta y el tubérculo tengan un óptimo desarrollo.
“Siempre necesitamos tener nuevos conocimientos para mejorar nuestros cultivos. Las papas que nosotros producimos son bien ricas y arenosas”, comentó Martín Barahona, quien está acompañado de su hijo de 4 años y de algunos primos.
La siembra se realiza en noviembre porque se aprovecha las lluvias que llegarán en los próximos días. El cultivo sólo se riega con agua de lluvia y luego vienen otras fases como el aporque y la floración. La cosecha se realizará aproximadamente en mayo de 2024.
“El campo de conservación de papas nativas literalmente está en la cima del cerro y en donde el calor y el viento compiten por mostrar quien es más fuerte ante la presencia humana. En esas condiciones trabajan nuestros hermanos, un puñado de peruanos, para preservar nuestra cultura”, destaca la institución.