(Agraria.pe) Entre los años 2015 a 2018, un grupo de instituciones del sector público y privado de Piura trabajaron una agenda estratégica para el desarrollo de la región, basada en especialización inteligente. En ella se priorizaron cinco sectores y se diseñaron 11 instrumentos.
De aquel grupo, conformado por la Universidad Nacional de Piura, el Gobierno Regional de Piura, la Cámara de Comercio y Producción de Piura, la Caja Piura y la Universidad de Piura, fue esta última la que ganó posteriormente un concurso de fondos no reembolsables de dinamización de ecosistemas regionales de innovación y emprendimiento (DER), impulsado por Proinnóvate.
Fue de esta manera que surgió el proyecto DER Piura, que busca hacer de la región un territorio donde la innovación, investigación y emprendimiento se fusionen para el desarrollo productivo, económico y social. En una primera etapa, se elaboró un Plan de Desarrollo del Ecosistema de Innovación y Emprendimiento (PDE), identificando sectores y actividades claves.
El plan se desarrolla en un marco de cuatro áreas de especialización como son Piura, territorio sustentable; hub logístico y transfronterizo; Piura, región creativa, cultural y turística; e Industria agropecuaria e hidrobiológica de alto valor agregado.
Reynaldo Raygada, coordinador de la Oficina de Unidad de Proyectos de la Dirección de Innovación de la Universidad de Piura (UDEP), señala que uno de los nichos en que se está avanzando es el vinculado al sector agropecuario intentando llevar la tecnología al campo con un enfoque de industria 4.0.
“Piura es una región agroindustrial, además tenemos el segmento hidrobiológico. Hay pesca y agricultura. Pero las cadena productivas en agricultura están integradas por microproductores, como la cadena productiva del banano por ejemplo, que lidera a nivel nacional el banano orgánico. Cualquier mejora impacta en miles de familias. Igual con el cacao mango. Todo evoluciona y en cada cadena se trata de encontrar productos de alto valor agregado, y si se puede con tecnología llegar a dar mayor valor”, comenta.
Un ejemplo que tiene claro de este avance es la inteligencia artificial, que ya se está usando en la región con aplicaciones para prevenir plagas en los cultivos. De hecho, existe un convenio entre la UDEP con Fontagro y el INIA que se ha internacionalizado en Centroamérica. Se trata del uso de sensores para prever condiciones adversas en cultivos como banano, ayudando a que no aparezca el temible Fusarium Raza 4, que amenaza toda la región.
Raygada explica asimismo que otro aspecto clave que se está revisando es el de los precios sostenibles e inteligentes, lo que implica inteligencia de mercado, especialmente para un producto como el mango, por ejemplo, que debe tener claridad y rapidez en sus desiciones sobre destinos y condiciones de exportación para tener mayor utilidad. “Un tema que preocupa es la sobreoferta. Con la pandemia algunas agroindustrias de la macrorregión atendieron rápido los cambios en otros países. El mercado de frescos, orgánicos y productos saludables empezó a subir rápidamente y la agroindustria dedaicada a las conservas empezó a girar hacia el negocio de frescos”, explicó.
Todo esto va concatenado con la alimentación saludable y la agricultura orgánica, corrientes de preocupación por un ecosistema productivo sostenible. El vocero de la UDEP espera que esto permita avanzar en el uso de productos que no contaminen los campos y se establezca un uso racional de fertilizantes y el recurso hídrico, evitando además la deforestación. En esta meta puede tener mucho que ver el establecimiento de planes de bonos de carbono, cambio de matriz energética y economía circular. En la universidad, cuenta Raygada, se apoya ya con un laboratorio de biotecnología donde se trabajar con compuestos orgánicos para integrarlos a los cultivos, todo con microorganismos benéficos que reemplazan las preparaciones sintéticas y artificiales.
La región Piura espera que el esfuerzo se sostenga y ofrezca grandes frutos en el mediano y largo plazo.