Especialista del CIP cuenta los procesos de la investigación que han llegado, tras varias etapas, a la fase de campo tras la cual podría contarse con una o dos variedades que ayuden a combatir la anemia no solo en el país sino en el mundo.
(Agraria.pe) La anemia es una de las principales preocupaciones nutricionales del país y desterrarla debería ser un objetivo prioritario. Elisa Salas, ingeniera agrónoma del Centro Internacional de la Papa (CIP), nos cuenta que en zonas del interior como Huancavelica, Cajamarca, Puno y Ayacucho, los índices de anemia son altos entre la población y se deben básicamente a la falta de diversidad alimenticia, es decir al poco consumo de carnes rojas.
Y es que en general las zonas andinas del país están, lamentablemente, ligadas a altos índices de pobreza y una alimentación que se concentra mayoritariamente en papas y menestras, las cuales no están suficientemente fortificadas.
Por ello, en el marco del proyecto HarvestPlus, se identificó e inició el trabajo en diversos cultivos como arroz, trigo, maíz, papa y camote en distintas partes del mundo. En el caso de la papa el objetivo propuesto fue elevar los niveles de hierro y zinc, para lo cual se hizo estudios de carotenoides y antocianinas. “Como mejoradores debemos seleccionar materiales para el laboratorio y realizar cruzamientos. Es todo un equipo que trabaja para alcanzar un objetivo común”, dice Salas.
Esta labor se inició en el año 2000 con unas primeras indagaciones en papas nativas y ya en 2004 se empezó a nivel de cruzamientos, tras lo cual se ha pasado a mejoramiento a nivel diploide y tetraploide. La etapa actual de este esfuerzo es un estudio de biodisponibilidad para demostrar que el hierro y zinc en las papas trabajadas son realmente absorbidas por el cuerpo, lo cual sería un gran respaldo para los clones biofortificados.
Estos materiales están distribuidos también en África, Centroamérica y Asia, y alcanzarían gran impacto si se logran adaptar en esos entornos y lanzar como variedades en esas zonas para mejorar los valores nutricionales de los consumidores. “Todos los gobiernos están interesados en mejorar la anemia; aquí también. Estos clones solo necesitan un ‘empujoncito’ más para la diseminación del material no solo para fines comerciales sino de salud pública, y no solo para la región andina sino para todos los mercados, todos los niños y personas que los necesitan”, refiere la investigadora del CIP.
Tras una primera cosecha próxima, se espera contar con cada vez más parcelas y tesistas que sigan el proyecto, de tal manera que todo este esfuerzo no quede en el ámbito meramente académico.
“Luego se van a necesitar fondos para diseminación, pero no ir solo a pequeños campos experimentales, sino que cuando tengas una a dos variedades identificadas, tengas semillas suficientes para sembrar 100 hectáreas de papa o más. Ese es el real impacto, ahí está el cuello de botella fuerte para el lanzamiento de variedades con 200 toneladas de semillas para el lanzamiento de una nueva variedad y que no nos quedemos en una foto”, finaliza.