(Agraria.pe) En la actualidad, el mayor competidor que tiene el Perú en la región es su vecino del sur, Chile. Esto es debido a que muchos productos clave de la canasta agroexportadora peruana rivalizan directamente con la producción chilena. Sin embargo, en lo que va del año, diversos fenómenos naturales han estado afectado la agroexportación en la región y, al parecer, en mayor magnitud al vecino del sur.
Para inicios del año, los efectos del cambio climático se hicieron presentes con temperaturas por encima del promedio. Esto generó cierta vulnerabilidad ante los incendios forestales al país vecino. Las zonas más afectadas fueron Maule, Ñuble, Bío-Bío, La Araucanía y Los Ríos, entre los meses de enero y abril. Se estima que estos incendios forestales afectaron más de 5.900 hectáreas de cultivo agrícola y perjudicaron a más de 11.656 agricultores.
A pesar de que los incendios en su mayoría no quemaron las plantaciones frutales, sí generaron daños considerables en el suelo, debido a la merma de su calidad y nutrientes. Esto traerá consecuencias considerables en la producción general. También se reportaron pérdidas de unos cuantos lotes de cereza para exportación y de limón para mercado interno. Además, existen pérdidas de más de 200 toneladas de arándano destinadas para la venta como fresco debido a esta catástrofe. Es importante mencionar que la mayoría de estos incendios se dan a causa de negligencias en la manipulación del calor y por motivos delincuenciales. Sin embargo, el fuerte cambio climático permitió que estos incendios se propagaran de forma más rápida.
Escasez de agua
Otro gran problema climático que esta padeciendo Chile es la escasez de agua a lo largo del país. Esta gran crisis hídrica se lleva arrastrando desde 2017. Sin embargo, la situación parece agravarse cada vez más. Las precipitaciones son cada vez más reducidas en frecuencia, provocando que la regeneración de las fuentes de agua sea escasa. Las consecuencias de este problema son bastante claras, la ausencia de agua genera una menor productividad de los campos y altera fuertemente los ciclos de cultivo, repercutiendo directamente en la ventana comercial. Además, esto provoca que la producción de los frutos con mayor demanda de agua tenga que trasladarse cada vez más al sur, reduciéndose la cantidad de terrenos disponibles para agricultura, por lo que los productores se ven obligados a priorizar cada vez más los cultivos de mayor rentabilidad. Y eso sin contar los problemas sociales que se van incrementando por el uso del agua.
En las últimas semanas, con la llegada del invierno, fuertes lluvias se están presentando en Chile. A pesar de que alivian en cierto modo las sequías en algunas zonas, las torrenciales lluvias se están presentando como otro gran problema por lidiar. Se reporta que estas precipitaciones son las más fuertes de los últimos 30 años, por lo que están causando daños directos en los cultivos. Además, está desbordando ríos y dañando la infraestructura hidráulica tan necesaria para la agricultura. Esto puede generar complicaciones para mantener los cultivos en fase de crecimiento. Además, están generando que muchas regiones queden incomunicadas, complicando tanto la llegada del personal de las agrícolas para la producción, como la salida del producto hacia los puertos, debido a los diversos caminos interrumpidos y pasos fronterizos cerrados.
¿Qué productos se están viendo afectados por estos fenómenos climáticos?
En la actualidad, el producto estrella de la agroexportación chilena es la cereza. Este fruto continuó su crecimiento vertiginoso en las despensas de todo el mundo. Sin embargo, los envíos de cereza se están viendo ralentizados por diversos factores climáticos. Los despachos de los últimos meses no han crecido en los rangos estimados debido a las fuertes lluvias y granizadas producidas en octubre y noviembre del año pasado. A pesar de ello, durante el primer semestre de 2023, las remesas siguen firmes con un total de 361.352 toneladas por un valor de US$ 1.756 millones. Esto representa un aumento de 6% en volumen y un incremento en valor del 17%. Con respecto al precio, este subió en más de 10%, alcanzando los US$ 4.86 por kilogramo. Este crecimiento positivo en el coste se debe a los problemas en la producción de la cereza en el hemisferio norte, lo cual ha retrasado bastante el inicio de su campaña. Con las lluvias de grandes dimensiones que se están produciendo en la actualidad, es esperable que el aumento en el volumen vuelva a ser ralentizado, aunque compensado por mejores precios.
El segundo mayor producto de la canasta frutícola chilena es la uva. Este producto ha tenido problemas diversos en los últimos años, por lo que perdió su liderazgo mundial a favor del Perú. En el primer semestre del año, las exportaciones de uva de Chile sumaron cerca de 593.044 toneladas por un valor de US$ 859 millones, 16% menos en volumen y 6% menos en valor. Con respeto al precio, este fue 12% mayor al mismo periodo del año anterior, cotizándose en US$ 1.45 por kilogramo.
La caída de la producción se debió principalmente a la falta de agua en el norte del país. Esto ha generado que los volúmenes se reduzcan cada vez más. Además, ha existido un fuerte problema de liquidez por parte de los productores debido a los malos resultados comerciales de la campaña anterior y a la dificultad de la liquidación de lotes en las temporadas de lluvia. Con ello, se estima que para la próxima campaña el problema se agrave aún más, pues las hectáreas destinadas a este producto se verán reducidas de 43 mil a tan solo 35 mil. Esta situación podría favorecer a la uva peruana.
La caída de los volúmenes con origen en el hemisferio sur podría hacer mejorar los precios, especialmente el de origen peruano. Además, este proceso podría aliviar parcialmente la congestión actual que existe en el mercado estadounidense, principal destino tanto de Chile como del Perú. Sin embargo, para que esta situación sea favorable a los peruanos, deben estar atentos a las oportunidades que se vayan abriendo.
El arándano era otro producto muy representativo de la canasta agroexportadora. Sin embargo, ha sufrido un destino parecido a la uva, nuevamente siendo desplazado por el Perú como máximo exportador. Las similitudes con la uva también van en los problemas que está atravesando. El arándano suele ser cultivado en regiones, como por ejemplo Bío-Bío, que han sido afectadas por los desastres naturales. Sin embargo, a diferencia de la uva, los productores chilenos de arándano tuvieron una mejor previsión de los factores internos y de la férrea competencia en los mercados internacionales por lo que buscaron mejores estrategias. Una de ellas fue aumentar los volúmenes destinados al procesamiento como congelados y derivados, además de apostar por ya no aumentar las áreas de producción, sino en generar mayores volúmenes por hectárea.
En el último semestre, las exportaciones de arándano sumaron 106.774 toneladas por un valor de US$ 383 millones, es decir 24% menor en volumen y 32% menor en valor. Los exportadores chilenos recibieron en promedio US$ 3.59 por kilogramo, 11% menos que el periodo anterior. Esta situación podría ser una oportunidad de oro para el arándano peruano. Sin embargo, estos espacios comerciales generados por el retroceso del arándano chileno aún tienen que ser competidos contra la producción mexicana que, año con año, viene creciendo. Además, el arándano mexicano cuenta con la ventaja de tener fletes menores al mayor consumidor, los Estados Unidos. Por ello, es probable que los espacios generados por los productores chilenos no sean realmente del todo aprovechados por el arándano peruano.
Fuente: Fresh Fruit