Por: Hernán García y Karina Aricoché
(Agraria.pe) Cuando los peruanos preparamos ricos potajes esperamos que nuestras familias o comensales terminen satisfechos y felices, para ello consideramos además recetas cuyos ingredientes provienen de nuestra cultura milenaria, que no causen daño a quienes los consumen.
En ese momento, estamos considerando la inocuidad de los alimentos, es decir, evitamos la existencia de peligros asociados a su preparación y consumo. Al respecto, existen mitos bastante populares que forman parte de nuestra vida diaria que no ayudan a mantener la seguridad en nuestras comidas y pueden causarnos serias enfermedades.
A propósito del Día de la Inocuidad Alimentaria, que se celebra el 7 de junio, apuntamos seis mitos que debemos reconocer para diferenciarlos de la realidad y proteger la salud de nuestras familias.
Por ejemplo, se encuentra extendido que no debemos depositar comida caliente en el refrigerador, esto es falso. Sí se puede guardar alimentos que aún se encuentran en alta temperatura, es más, debe hacerse antes de que transcurran dos horas de su preparación para evitar que desarrollen bacterias. Si se trata de una olla de sopa por ejemplo, se recomienda distribuir en varios envases para que enfríe pronto.
El segundo mito se suele presentar cuando de un momento a otro empezamos a sentir dolor en el estómago, regularmente solemos culpar a la última comida que ingerimos, esto no es verdad necesariamente. Ocurre que puede durar semanas la incubación de algunos gérmenes que causan este tipo de malestar.
El siguiente mito se basa en que solemos confiarnos en que no enfermaremos si solo consumimos alimentos naturales o que preparamos en casa. Igual podemos correr riesgos si no guardamos todas las medidas necesarias en la manipulación y cocción de los alimentos para mantener su inocuidad.
Otro mito tiene relación con las propiedades curativas atribuidas al limón y a la sal, las mismas que se han trasladado a la limpieza y se cree que con estos dos elementos se puede desinfectar la tabla de picar. La realidad es que no es eficiente, es mejor usar productos desinfectantes.
Se presentan ocasiones en que hemos tenido un plato apetitoso sin refrigerar o ha estado expuesto al sol. Como se ve y huele bien, decidimos darle una probadita, creyendo que estamos seguros por la poca cantidad que consumimos. Igual nuestra salud está en peligro, la comida descompuesta no huele ni sabe mal necesariamente, debemos evitar confundir comida infectada con podrida.
El sexto mito es el más extendido. Son muchas las familias que mantienen sin refrigerar durante el día las pastas y el arroz cocido. Preocúpese, puesto que después de dos horas de preparado o servido, corren el mismo peligro de contaminarse que cualquier otra comida.
Es necesario desterrar estos mitos, que permiten que microorganismos patógenos estén presentes en nuestros alimentos. No hacen que huelan mal ni que se pongan feos, pero son muy peligrosos y es necesario tener cuidado con ellos, pueden provocar enfermedades graves como dolores de barriga, vómitos, diarrea, fiebre e incluso la muerte.
