Recientemente se han publicado los resultados de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar-ENDES (2023), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), donde se consignan datos alarmantes sobre la incidencia de la anemia. Las cifras indican que, en niños de 6 a 35 meses de edad, se incrementó a nivel nacional a 43.1% en comparación con el año 2022 que fue de 42.4%. Las regiones más afectadas son Puno, donde se incrementó en tres puntos porcentuales (llegando a 70.4%); Junín, más de seis puntos (49.2%); Lima regiones, casi ocho puntos (47.9%); Tumbes, cuatro puntos (45.1%); Arequipa, 5.8 (40.2%); Moquegua, más de siete puntos (35.6%); y Lima Metropolitana pasó de 33.9% a 34.7%.
Como ya es conocido, en la actualidad la anemia es una preocupante problemática de salud pública. Algunos factores que contribuyen a la alta prevalencia de anemia en el país incluyen la desnutrición, la falta de acceso a una alimentación adecuada y equilibrada, la pobreza, la falta de acceso a servicios de salud y la deficiencia de micronutrientes como hierro, ácido fólico y vitamina B12.
El gobierno peruano y organizaciones internacionales han implementado diversas estrategias para abordar este problema, como programas de suplementación de hierro y ácido fólico, educación nutricional, promoción de la lactancia materna exclusiva y fortificación de alimentos.
En enero del 2024, se publicó oficialmente el Plan Multisectorial para la Prevención y Reducción de la Anemia Materno Infantil en el Perú. Periodo 2024-2030. Se plantea como objetivo general “Reducir la prevalencia de anemia en niñas y niños, con éntasis en menores de 36 meses de edad, y gestantes”. Se encarga a su implementación a las siguientes instancias: Ministerio de Salud (MINSA), Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI), Ministerio de Educación (MINEDU), Ministerio de la Producción (PRODUCE), Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (VIVIENDA), Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC), Gobiernos Regionales y Gobiernos Locales.
El Plan cuenta con 7 objetivos específicos y 55 actividades. Cuando se analiza con más detalle la participación del sector agrario en este Plan, se encuentra que se relaciona con el Objetivo 3: “Incrementar el acceso a una alimentación saludable con disponibilidad de alimentos fuente de hierro de origen animal y proteínas de alto valor biológico, priorizando la población materno infantil con vulnerabilidad e inseguridad alimentaria”. Sin embargo, sólo 2 de las 55 actividades corresponden al sector agrario: i) Conservación y Caracterización de bancos de germoplasma para el uso sostenible de la agrobiodiversidad y resguardo de la seguridad alimentaria; ii) Asistencia técnica y capacitación a productores para la adopción de paquetes tecnológicos.
En este contexto, la agricultura puede desempeñar un papel más importante en la lucha contra la anemia en el Perú mediante diversas contribuciones que no son tomadas en cuenta en el referido Plan. Entre otras acciones se pueden considerar las siguientes: i) Promoción de la producción de alimentos ricos en hierro: priorizar el cultivo de alimentos ricos en hierro, como legumbres (lentejas, frijoles, garbanzos), cereales, verduras de hoja verde y frutas. Promover la producción y consumo de estos alimentos puede aumentar la disponibilidad de hierro en la dieta de la población; ii) Promover la biofortificación y fortificación de alimentos: la experiencia del arroz fortificado es un buen ejemplo de cómo seste tipo de acciones ayuda a mejorar la ingesta de nutrientes en la población en general. Ahora también se cuenta con evidencia que las papas biofortificadas pueden contribuir a mejorar la ingesta de hierro de poblaciones vulnerables donde este cultivo es el eje de la producción y consumo; iii) Promoción de la diversidad de cultivos: fomentar la diversificación de cultivos agrícolas (mediante programas de asistencia técnica) puede mejorar la disponibilidad de una amplia gama de nutrientes esenciales en la dieta; iv) Educación nutricional: la agricultura puede ser un vehículo para la educación nutricional, enseñando a las comunidades sobre la importancia de una alimentación balanceada y diversificada para prevenir la anemia y otras deficiencias nutricionales. Esto puede incluir capacitación sobre prácticas agrícolas sostenibles y técnicas de cocina saludable; v) Acceso a alimentos frescos: Mejorar el acceso a alimentos frescos y nutritivos a través de mercados locales, ferias agrícolas y programas de distribución puede aumentar la disponibilidad de opciones saludables, especialmente en áreas urbanas y rurales remotas donde la falta de acceso a alimentos frescos es un problema.
La agricultura debe desempeñar un papel importante en la lucha contra la anemia, pero se necesita un liderazgo claro para articular acciones más diversificadas y concretas en el Plan Multisectorial y darle la prioridad que se necesita para implementar sus intervenciones articuladas con todos los sectores involucrados.