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UPC Agronegocios

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12 octubre 2015 | 10:30 am Por: UPC Agronegocios

LA INTELIGENCIA COMERCIAL: Tendencias en base a pesquisas

LA INTELIGENCIA COMERCIAL: Tendencias en base a pesquisas
Hernani Larrea Castro
Director Académico
Carrera de Administración y Agronegocios (UPC)

Si hablamos de inteligencia comercial debemos enfocarnos en tendencias y particularmente en el análisis de indicadores. El comportamiento de los mercados se puede caracterizar en base al uso de variables como oferta, demanda, precios o volúmenes, propios de un producto o un mercado. En el sector agroalimentario es de gran utilidad cuando se estructuran estrategias comerciales a partir de un perfil de consumidor determinado. El arte del procesamiento y análisis de datos.

La inteligencia comercial une estrategia con tecnología, lo que permite ordenas, procesar y generar indicadores que sirven de insumo en la toma de decisiones en las áreas de mercadeo de productos/servicios. No intenta interpretar, más bien busca predecir a través del análisis de entornos a fin de organizar tendencias. La globalización transformo un ejercicio tecnológico en una herramienta de competitividad.

En la actualidad, la gestión comercial demanda cercanía al mercado y a los consumidores. Estos cada vez más informados y exigentes, requieren cubrir sus demandas y la innovación en los productos requiere una respuesta directa a sus necesidades. Los profesionales en agronegocios deben ser capaces de identificar oportunidades, anticipar cambios en los mercados, manejar información sobre sus clientes y tener un conocimiento real de la competencia.

En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en su informe acerca de la Agricultura Mundial 2015/2030 señala una serie de temas a tener en cuenta. Por ejemplo, en los países en desarrollo la demanda de cereales ha crecido con mucha mayor rapidez que la producción. Las importaciones netas de cereales aumentaron del 4% al 9%. En los próximos años, es probable que aumente hasta el 14% de su consumo.

Estas mismas proyecciones sugieren que los países en desarrollo pueden convertirse en exportadores netos de 25 millones de toneladas de cereales anuales en el año 2030. En el futuro, el 80% del aumento de la producción de los cultivos en los países en desarrollo tendrá que proceder de la intensificación: mayores rendimientos, incremento de cosechas múltiples y períodos de barbecho más cortos. Todos estos informes deberían dar pie a nuevas estrategias.

Otro tema a considerar es el referente al impacto ambiental de la agricultura. La FAO predice un incremento neto de las tierras de regadío de unos 45 millones de hectáreas en los países en desarrollo hasta un total de 242 millones de hectáreas en 2030. Por ello, las extracciones de agua de uso agrario aumentarán en un 14% al 2030 para satisfacer las necesidades futuras de producción de alimentos. Estos datos van a modificar el entorno de los agronegocios.