Problemas estructurales impiden atender pedidos de esta magnitud. Proponen exportación de esta línea de tubérculos en congelado pues alcanza valores, en EE.UU., muy superiores a los que se pagan por la papa prefrita de Holanda.
(Agraria.pe) En el mundo de los negocios, así como en otros ámbitos, una oportunidad suele presentarse una sola vez. Y si bien hay grandes temas estructurales que explican la pérdida de opciones comerciales, lo cierto es que existe un potencial enorme de productos peruanos que no se está aprovechando, ni si quiera parcialmente, por falta de organización.
El caso lo refiere el ingeniero agroindustrial Ronald Rimari Barzola, consultor en agroexportación de congelados, quien tiene un especial interés en el desarrollo de la industria de la papa nativa peruana. Durante una conferencia sobre desarrollo agrícola semanas atrás, recordó que en nuestro país existe una instalación de procesamiento de papas nativas en el distrito de Chilca (con lavadora y túnel continuo de congelado con ingreso y salida), que entre 2015 y 2016 logró exportar papas nativas por un valor aproximado de medio millón de dólares. Pero a principios de este año tuvo una gran oportunidad, que lamentablemente tuvieron que dejar pasar.
“Vino un empresario chino semanas atrás, quería comprar 300 toneladas al año solo de papas nativas, pero conseguir esa cantidad es complejo porque todo está distribuido (producción polarizada), ahí está la importancia de la asociatividad”, cuenta.
Como bien han señalado conocedores en el tema, la papa nativa no se da de manera continua ni en grandes extensiones, por lo que es complicado atender pedidos de esta magnitud.
A pesar de esta realidad, con organización, Rimari considera que sí hay posibilidad de llevar adelante un proyecto comercial de este tipo congelando la papa nativa. Este procedimiento ayudaría a alargar la vida útil del tubérculo, mantener su contenido nutricional así como sus buenas características sensoriales.
“Una iniciativa como esta debe tener como objetivo desarrollar un nuevo concepto en base a estas papas. Las que importamos, por ejemplo, que son las prefritas congeladas de Holanda, tienen como precio promedio 80 centavos de dólar por kilo, mientras que la papa nativa que exportamos a Estados Unidos alcanza un aproximado de 2.5 dólares por kilo, hay una gran diferencia”, explica.
Para impulsar esta línea, el experto refiere que es necesario tener cuidado con el aspecto fiosanitario, ya que para el ingreso de papas nativas peruanas a EE.UU. se necesita un certificado microbiológico, un estudio con detalles de metales pesados y nivel de pesticidas. A esto se suma, si el exportador quiere ofrecer valor agregado, una certificación orgánica.
“La planta procesadora tiene que estar habilitada, contar con una calidad BPM y certificación HACCP…y lo ideal, para la papa congelada, es que se usen procesos de túnel continuo con faja transportadora, que evita que se formen escarchas y capas de hielo, con lo que mantienen una apariencia natural”, finaliza.