(Agraria.pe) El dinamismo continuo de las agroexportaciones peruanas hace que cada vez se busquen más mercados a donde destinar esta oferta hortofrutícola. Esto ha provocado que se mire hacia países más lejanos, lo que genera nuevos retos para la industria, entre ellos obtener un producto con mayor vida utilitaria (alargar su vida postcosecha) para que resista los días de viaje y su permanencia en las góndolas de los supermercados sea mayor.
El jefe del Departamento Técnico y Nuevos Productos de Stoller Perú, Guillermo Sanabria, señaló que producir una fruta que tenga una vida postcosecha más extendida implica un adecuado manejo desde la concepción de la fruta en la planta (sea un frutal o una hortaliza).
“La vida postcosecha se logra en la planta vegetal (no en la planta de procesamiento), por lo tanto debemos trabajar intensamente el desarrollo de la planta, y de la fruta en particular. Esto implica entender el entorno ambiental donde se desarrolla el cultivo”, sostuvo.
“Cuando hablamos de un entorno ambiental para el desarrollo de los cultivos estamos esperando que las condiciones ambientales de temperatura, luminosidad, condiciones del suelo, labores culturales, calidad y características del agua de riego, el manejo nutricional y el sanitario se encuentran dentro de un rango para un óptimo crecimiento de la planta”, añadió.
Indicó que si bien es cierto los productores pueden manejar con mucho profesionalismo labores de fertilización, labores culturales propias en el desarrollo agrícola, hay variables que todavía no tenemos la capacidad de manejar en términos generales, ellas son básicamente la temperatura y la luminosidad. Estas dos variables van a determinar desde el hecho de tener y retener el desarrollo de la floración y la carga de la fruta y asegurar la vida postcosecha de la fruta.
“Si en el periodo de crecimiento de la fruta, las condiciones ambientales de temperatura y luminosidad cambian o tienen fluctuaciones abruptas, inmediatamente influenciarán este crecimiento. El crecimiento de la fruta en la mayoría de las especies vegetales se caracteriza por desarrollar una doble curva sigmoidea, esto es un primer periodo de crecimiento caracterizado por la intensiva división celular (un aspecto hormonal), seguido luego de un breve receso, por un segundo periodo de crecimiento caracterizado por la expansión celular (un aspecto hormonal y nutricional afectado por la capacidad de fotosíntesis de la planta). En esta etapa de expansión celular se da la acumulación de azúcares, almidones, proteínas entre otros en las células de la fruta. Cualquier condición adversa, interferirá con la división celular y con la expansión celular, limitando con ello el tamaño, calibre y peso de la fruta, así como también limitará la vida postcosecha para el transporte y vida en anaquel, reduciéndola drásticamente”, explicó.
Dentro de las estrategias que se están empleando para evitar ese panorama, se está volviendo a revisar la influencia del nutriente calcio, nutriente esencial para asegurar la calidad de la fruta (mayor firmeza), pero también el aspecto nutricional en términos de que el calcio debe ir balanceado con el nitrógeno que está recibiendo el cultivo, lo que va a determinar la eficiencia de ese calcio.
“Si la planta recibe nitrógeno tardío, particularmente nitrógeno libre, la planta tendrá un mayor estrés intentando metabolizar ese nitrógeno. El nitrógeno nítrico estimula la síntesis de ácidos orgánicos, y la planta necesita neutralizar esos ácidos orgánicos, a la vez que se induce una mayor tasa de síntesis de auxinas y giberelinas, perdurando más tiempo estas y retardando la maduración de los frutos. Esta afecta la maduración de los frutos en la planta, resultando en un retardo secuencial del proceso de maduración de la fruta. Esto no es un retardo óptimo que es lo que ´busca el productor por una oportunidad comercial, sino una alteración en el retardo (heterogeneidad en ese proceso) porque hay frutas que están madurando y otras que no lo van a hacer, eso aletarga los ciclos de producción, lo que genera una complicación logística y le encarece el costo propio de la producción”.
La firmeza no depende exclusivamente de la cantidad de calcio almacenado
“Si bien la primera estrategia para tener una mejor calidad de fruta es emplear adecuados niveles de calcio, muchos productores están evaluando el uso del doble o el triple de cantidad de calcio que usualmente empleaban, con el objetivo de obtener una fruta de mayor firmeza, y para ello el calcio ayudará mucho. Pero algo fundamental es saber sobre cuántas células está almacenado ese calcio. No es lo mismo almacenar 50 o 100 unidades de calcio en una fruta que tiene 20 millones de células que una fruta que tiene 30 millones de células”.
“La firmeza de la fruta no está determinada únicamente por la cantidad de calcio en la fruta. Un factor importante que determina la firmeza de la fruta es el número de células que se producen en el periodo de crecimiento de esta, en un proceso que se da poco después de la fecundación hasta que ésta alcance aproximadamente un 45% a 65% del calibre a cosechar, según el cultivo. Este proceso de crecimiento es establecido por la tasa de división celular, la cual es determinada por la provisión de citoquininas desde las raíces y que actúa en balance con las auxinas producidas en la fruta. Y estas citoquinas no solo tienen implicancia en el crecimiento de la fruta, sino también en la producción y transporte de azúcares, además de determinar la vida postcosecha de la fruta”, manifestó.
Agregó que las citoquininas naturales de la raíz no afectan el proceso de maduración de la fruta, sino que el proceso de maduración de la fruta está relacionado a un balance muy dinámico de las auxinas, giberelinas, ácido abscísico y etileno, en donde las primeras van dejando de actuar para permitir la actividad de las segundas. “Lo que hace la citoquinina es retardar el efecto del etileno que se produce en mayor intensidad en la fruta una vez que es retirada de la planta (se corta el cordón umbilical) y al no tener ya ese contacto pasa a una siguiente etapa que es el proceso de maduración y este es el proceso natural de senescencia y deterioro celular del tejido vegetal”.
En ese proceso de maduración la planta va a producir etileno y se tiene 3 estrategias para manejarlo: I) Altos niveles de citoquinina en la fruta que van a inhibir el efecto de etileno sobre el deterioro de los azúcares y las proteínas, porque lo que hacen las citoquininas es mantener activo un conjunto enzimático que retarda la producción de etileno. II) Mantener adecuados niveles de calcio, de ahí la importancia de suministrar constantemente calcio. III) Mantener adecuados niveles de dos micronutrientes esenciales.
La interacción de estos micronutrientes y un balance hormonal permiten mantener una vida postcosecha más extendida de la fruta. En ese sentido, Stoller ofrece a través de BIOHOLD y de la Terapia Radicular Stoller vía ROOT FEED SP esa interacción y balance hormonal. “Con el uso de estas tecnologías, iniciando con ROOT FEED SP, logramos mantener una continua dinámica radicular para la síntesis de citoquininas naturales destinadas a mantener la tasa de crecimiento de la fruta a través de mantener una continua división celular además de asegurar la conformación de la semilla, y del embrión en la semilla, de los frutos tales como palto, mango, uva de mesa Red Globe entre otros cultivos de agroexportación. Por otro lado, y en el mismo sentido, al regular la producción intrínseca del etileno en la floración, en una de las primeras etapas en donde se está configurando la calidad de esa fruta, cuidamos el proceso que comprende la polinización y la fecundación del polen sobre el óvulo”. Asimismo, añade: “El etileno que se produce en ese momento estimulado por las auxinas en la flor, está diseñado para retener a estas auxinas y prevenir que salgan del ovario, fuera de la flor, y así queden retenidas permitiendo de esta manera que el polen pueda fecundar un óvulo viable”, explicó el especialista. Complementa indicando que “la viabilidad del polen viene dada por el control de la interferencia del etileno sobre la capacidad germinativa del polen y su viabilidad para lograr desarrollar en forma eficiente el tubo polínico para asegurar la correcta fecundación del óvulo por parte del grano de polen. Por ello, la Terapia Radicular Stoller fortalece la viabilidad del polen, asegurando así una mayor oportunidad de cuajar y retener la carga de fruta”. Sin embargo, el problema en frutales de floración intensiva y extendida es que el etileno se produce en tal cantidad que interfiere con el de fecundación y eso limitará la división celular posterior y por lo tanto limita el tamaño de la fruta y si la fruta se queda pequeña va a tender a ser abortada con mucha facilidad. Cuando la floración se encuentra avanzada entre un 70% y 80% de flor abierta, se hace la aplicación de BIOHOLD para mitigar el efecto del etileno en la floración y asegurar la retención de la carga de la fruta, y de esa manera los nutrientes que están contenidos en BIOHOLD quedan en esa fruta, eso ayudará también con el proceso de regulación del etileno en el proceso de maduración. En cultivos de floración y cuajado de fruta extendidos, se repite la aplicación 3 semanas más tarde.
El objetivo es que ese etileno no se produzca en altas tasas porque inducirá un conjunto enzimático que causará el deterioro de las membranas celulares. “Entonces lo que buscamos es mantener un balance nutricional y hormonal que permita mitigar el impacto de ese etileno. El problema con el etileno es que, una vez iniciado su síntesis, este es autocatalítico, esto es, el etileno inducirá una enzima que estimulará la síntesis del precursor inmediato del etileno, el ACC (ácido carboxílico 1–amino–ciclo–propano) dentro del ciclo del aminoácido metionina, en un ciclo continuamente revolvente. Esto afecta la retención de la carga de fruta, y de allí que la efectividad de BIOHOLD se ve manifiesta. Complementariamente, con el uso de ROOT FEED SP, se logra dos objetivos fundamentales: provisión continua de citoquininas naturales desde la raíz de la planta para mantener la tasa de división celular de la fruta y una provisión de calcio disponible para fortalecer las células producto de la continua división celular en los frutos” puntualizó.