Esta tortuga se encuentra en peligro de extinción por problemas ambientales y consumo indiscriminado de sus huevos; sin embargo no quiere decir que el bionegocio con esta especia no sea viable ni sostenible. Los huevos gozan de un alto valor nutricional, pero antes de consumir y comercializar huevos es necesario incrementar la biomasa, concentración de especies, de la tortuga.
Por Viviana Westreicher H.
Lima, 07 Marzo (Agraria.pe) La taricaya es una tortuga de la Amazonía cuyos huevos son comercializados y consumidos en estas zonas. Sin embargo, esta tortuga se encuentra en peligro de extinción por problemas ambientales y consumo indiscriminado de sus huevos.
De acuerdo con Alejandra Longa, bióloga y especialista en alimentos, los huevos de la tortuga son muy pequeños, por lo que su consumo no es de uno o dos, sino de más de cuatro por persona. Dicha situación ha agudizado su condición de peligro de extinción; sin embargo no quiere decir que el bionegocio con esta especia no sea viable ni sostenible, señaló.
Desarrollo del producto
El nicho de mercado para los huevos de taricaya está en la zona amazónica, toda vez que su consumo es común en países como Perú, Brasil, Colombia, Ecuador y Bolivia y ya aprecian su sabor característico, indicó la especialista.
Asimismo, la comercialización de este producto, basándose en la tendencia de crecimiento de la gastronomía nacional, podría incluirse en restaurantes de la selva y para exportar según requerimientos gourmet o consumo familiar, afirmó Longa.
Además, señaló que la tendencia mundial es consumir alimentos nutritivos y, justamente, la taricaya es una importante fuente nutricional ya que aporta por cada 100 gramos, 178 KCAL (valor energético), su contenido de agua es 66 gramos, excelente fuente proteica de 15.1 gramos y con un aporte de grasa total de 11.3 gramos y carbohidratos disponibles de 2,9 gramos; su gran demanda está dada por su excelente fuente proteica y bajo en calorías, afirmó.
Producción
Es importante considerar las cantidades de producción para abastecer al mercado. De acuerdo con Alejandra Longa, la etapa de desove corresponde a julio, agosto y setiembre, y lo hacen sobre las playas de arena o lodazales de la selva, llegando a poner entre 20 y 40 huevos (el promedio se registra en 33 por puesta).
Entonces, si su consumo se da entre 3 a 4 unidades por persona, en una semana una sola persona podría consumir toda la producción de una sola tortuga en una semana, así que se requieren en gran cantidad. Por ello, esto ha significado un problema en la sostenibilidad de la especie, que está considerada como una especie vulnerable, afirmó.
Al respecto, la PNUD, el ministerio de Agricultura, el Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA), la Universidad Agraria de la Amazonía, el proyecto BIODAMAZ de Finlandia y ONGs, trabajan cuidando y protegiendo reservas nacionales como el Pacaya Samiria o Allpahuayo Mishana, y buscan comprometer a la sociedad con la solución de problemas ambientales como recuperar especies en peligro, logrando una trilogía de beneficio social, económico y ambiental, señaló.
De esta manera, se pude destacar la tendencia al consumo: bueno y saludable; que es sostenible, apoya y cuida el ambiente, genera negocio comprometiendo y proporcionando empleo para la comunidad; creando negocios como turismo vivencial (invitando a foráneos a participar de la actividad de crianza de taricayas) y ecoturismo, organizando tours en las épocas de desobe o de reinserción de tortugas, indicó la bióloga.
Finalmente, es importante que quede claro que antes de consumir y comercializar huevos de taricaya es necesario incrementar la biomasa, concentración de especies de la tortuga. El desarrollo de los huevos a tortuga se da en 8 semanas, después de las cuales pueden retornar a su hábitat, madurar y seguir procreando y produciendo huevos, en excedente para el consumo, concluyó la catedrática.
Dato:
- El investigador finlandés Peka Soini, estudió una manera de repoblar esta especie, y luego de muchos años, logró "sembrar" los huevos en playas artificiales, libre de depredadores, recuperando de esta manera -poco a poco- la especie.
- Los huevos son alargados y de color blanquecino a rosado claro, su cáscara a diferencia del huevo de motelo (también comestible, pero redondos y de cáscara frágil) es muy dura, por lo que permite su manipulación, aunque con cuidado, detalló la bióloga.
