Por: José Carlos León Carrasco
(Agraria.pe) Los fenómenos climáticos registrados este año en nuestro país han afectado el comportamiento de los cultivos, señala el encargado de la jefatura del Departamento Técnico en Stoller Perú, Guillermo Sanabria.
Indicó que en marzo tuvimos el fenómeno Yaku que generó incrementos en la temperatura en toda la costa peruana, así como precipitaciones en exceso que dañaron muchos cultivos agrícolas, entre ellos de uva, palto, arándanos, entre otros, que fueron inundados. Para prevenir los daños por anegamiento en campo, básicamente la muerte radicular, lo que se busca es que la planta produzca raíces en forma constante.
Al ciclón Yaku le siguió la presencia del Niño Costero, al mismo tiempo se pronosticó la presencia del fenómeno El Niño en los próximos meses. Detalló que el Niño Costero significó un incremento de entre 2 y 4 grados de temperatura frente a la temperatura que debió registrarse en esos meses. Sobre el fenómeno El Niño -que se está presentando a nivel global y con más incidencia en la costa sudamericana- dijo que se está acoplando al calentamiento global, por lo que se registra una temperatura entre 1.5 y 1.7 grados por encima de la registrada en los últimos 100 años, lo que está afectando el comportamiento de las plantas.
Guillermo Sanabria señaló que, para hacer frente a esas condiciones, el productor no debe descuidar la fertilización, por lo que es necesario mantener el programa de fertilización completo y balanceado. Asimismo, deberá prevenir que toda condición adversa le genere estrés a la planta, porque el estrés es el principal factor que afecta el crecimiento vegetativo y reproductivo.
“El estrés hará que la planta produzca mucho etileno fuera de las condiciones regulares y eso dañará el crecimiento de raíces, dañará la diferenciación del primordio reproductivo y causará o bien retardos en los procesos de floración o la anulación de este proceso de floración resultando al final en una campaña perdida en la producción de fruta”, sostuvo.
En ese sentido, indicó que se debe trabajar maduración de los brotes e inducción y diferenciación de las yemas reproductivas, para ello se debe regular la producción de giberelinas y auxinas y madurar el brote. Al respecto, dijo que tecnologías como “NBX” o “Nitrate Balancer” con adicionales de “Keylate Molibdeno” o de citoquininas ayudarán a madurar el brote, reafirmar la diferenciación del primordio reproductivo, lo que va a generar la floración y asegurar la polinización para garantizar el cuajado de la fruta.
Destacó que estas condiciones adversas están generando estrés en las plantas, para ello Stoller provee una tecnología ampliamente probada llamada “Bio-FORGE” que elimina el estrés de la planta. Explicó que cuando una planta se estresa, la primera respuesta es generar estrés oxidativo que las propias plantas pueden eliminar, pero de persistir esta condición, se le hace a la planta cada vez más difícil eliminarla.
“Lo que hemos podido demostrar con trabajos realizados a nivel molecular es que las aplicaciones de Bio-FORGE incrementan la capacidad de la planta para producir un complejo enzimático que ayuda a eliminar el estrés oxidativo y ayudan a eliminar las toxinas que se presentan como resultado de ese estrés oxidativo”, manifestó.
Además, dijo que el estrés oxidativo genera etileno, que interfiere con el balance hormonal de la planta dañando la diferenciación del primordio reproductivo, por lo que se debe eliminar y justamente “Bio-FORGE” trabajada dos cosas fundamentales: Purga el etileno que se produce en el estrés y gatilla la síntesis de un complejo enzimático que elimina a las especies reactivas de oxígeno, de esta manera “Bio-FORGE” actúa como un antiestresante, antioxidante, liberando a la planta del estrés.
Balance nutricional
Destacó que una vez que se tiene a la planta libre del estrés, se sigue trabajando el balance nutricional, para ello es fundamental metabolizar el nitrógeno que puede tener la planta para convertirlo rápidamente en proteína, de esa manera ese nitrógeno ya convertido en proteínas y distribuido en la fruta y principalmente en las raíces, va a permitir asegurar el crecimiento de los frutos controlándose el vigor vegetativo que es el que normalmente compite en forma severa y adversa al llenado de la fruta, causando retardo en la maduración, retardo en la ganancia de materia seca, retardo en reducir la acidez de la fruta; de esa manera los climas adversos terminan dañando la producción.
Indicó que cuando se trabaja esa metabolización de nitrógeno rápidamente con “Nitrate Balancer” o con “Sugar Mover”, lo que se hace es que todo ese nitrógeno pase rápidamente a convertirse en aminoácidos, proteínas en formas estables que van a asegurar la maduración del brote.
Por otro lado, dijo que cuando al trabajo de “Nitrate Balancer” o de “Sugar Mover” se incorpora “Keylate Molibdeno”, se asegura una mayor acumulación de materia seca en la fruta, asegurar un contenido alto de materia seca y ácido graso en el caso de palto; y un mayor contenido de almidones y fructuosas que se alamcenará en la fruta en el caso de uva de mesa y arándanos, pero también ayudará a que la fruta gane color; mientras que en lo que concierne al proceso de maduración de la fruta, favorecerá a que el proceso de maduración se desarrolle de forma natural previniendo una producción prematura de etileno que es el que va a afectar la vida poscosecha de la fruta.
Guillermo Sanabria señaló que trabajar una tecnología en base a “Bio Forge o “Bio HOLD” para regular el etileno de la maduración favorece la ganancia de azúcares de sólidos solubles totales, asegurando la ganancia de materias secas controlando el etileno que normalmente sí se desarrolla en el proceso de maduración, pero al controlarlo, se asegura que esa fruta cosechada tenga una vida poscosecha más extendida y no se deteriore prematuramente.
“Cuando trabajamos tecnologías que ayudan a la bioestimulación, a la regeneración hormonal, al restablecimiento del balance hormonal, controlar los efectos de las variables adversas, lo que estamos asegurando es la productividad de la planta al margen de que las condiciones climáticas estén en un rango de lo que consideramos condiciones adversas, de esa manera maximizamos los kilos por hectáreas, maximizamos la homogeneidad de la maduración y de los calibres de la fruta, pero por sobre todo aseguramos la rentabilidad de la operación agrícola”, finalizó.