Son 58 productores de la Cooperativa de Servicios Múltiples Jequetepeque de los caseríos Capellanía, Chiapón y Tallapampa, en la provincia San Pablo, quienes cultivan 15 hectáreas de palta Hass.
(Agraria.pe) Pequeños productores de palta del valle Alto Jequetepeque (Cajamarca) apuestan por exportar su producción al mercado europeo, informó el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa).
Son 58 productores que pertenecen a la Cooperativa de Servicios Múltiples Jequetepeque de los caseríos Capellanía, Chiapón y Tallapampa, en la provincia San Pablo, quienes cultivan 15 hectáreas de palta Hass. Además, cuentan con 60 hectáreas de palpa fuerte, cuya producción la comercializan en el mercado nacional, entre Trujillo, Chimbote y Lima
La autoridad fito y zoosanitaria desarrolló una exposición para ilustrarlos respecto a los trámites y requisitos para la certificación fitosanitaria de exportación. El control integrado de plagas de moscas de la fruta es el cimiento. El Senasa mantiene una red de monitoreo del nivel poblacional de estos insectos, pues es obligatorio para la exportación.
En ese sentido, los productores de palta también fueron informados sobre el control integrado de moscas de la fruta, de las especies Ceratitis capitata y Anastrepha spp, la primera oriunda de África y la segunda nativa del continente americano.
La plaga es cuarentenaria y presenta alta capacidad de adaptación a diferentes ambientes. Es de rápida difusión y es una de las más dañinas en los frutos, lo que la convierte en una barrera para las exportaciones.
Los servidores de campo del Senasa enfatizaron en que los lugareños deben ejecutar permanentemente el control integrado, el mismo que engloba métodos efectivos para reducir a cifras mínimas la densidad poblacional de la plaga.
Los principales métodos que recomiendan los servidores de campo son los controles cultural-mecánico, etológico y el control químico. Este último, mediante la aplicación de cebos tóxicos.
El control cultural-mecánico comprende el reojo y entierro de frutos caídos, rastrillado de suelos, limpieza de predios y podas sanitarias. El control etológico consiste en la elaboración e instalación de trampas caseras.
Finalmente, el químico, demanda la elaboración de cebos tóxicos, que son la mezcla de insecticida, atrayente alimenticio (proteína hidrolizada) y agua, que es asperjado en pequeñas áreas del follaje de las plantas frutales o en plantas trampa.