Con una cartera total de casi US$ 60 millones para los próximos cinco años, la instituciòn trabaja en desarrollar procesos más expeditivos que faciliten el acceso a estos recursos de manera directa.
(Agraria.pe) El café es uno de los principales productos de agroexportación del país y requiere de mucha inversión en investigación y desarrollo especializados para que se consolide en los mercados del mundo. Por ello, entidades como el Programa Nacional de Innovación Agraria (PNIA) ha dispuesto diversos fondos destinados a reforzar áreas clave para este cultivo.
Benjamín Quijandría, director ejecutivo del PNIA, comentó para Agraria.pe que entre los fondos disponibles que su institución ofrece se encuentran el de Investigación Básica o Priorizada, que está relacionado a la genómica, selección de variedades y resistencia a las enfermedades. “Es el grupo de investigaciones más finas, más caras y más lentas que hay”, apunta.
Un segundo grupo está conformado por las Investigaciones Adaptativas, que implican el testeo de una variedad con pruebas de rendimiento en diferentes campos. “Lo llevas de Chanchamayo a Cusco y haces la evaluación de cómo funciona el cultivo”, explica el funcionario.
Luego, señaló que existen fondos de Extensión Agropecuaria, que son los más solicitados hoy en día. En este caso se trata de hacer trabajo pedagógico con tecnologías ya existentes para transmitir estos conocimientos a un grupo determinado de productores durante un periodo de hasta un año y medio. De acuerdo a Quijandría, hay actualmente 18 proyectos de este tipo operando.
Un último fondo es el denominado de Capacitación por Competencias, que busca capacitar y certificar a los productores en áreas específicas, como preparación de viveros, de tal forma que los participantes luego certifiquen sus conocimientos ante el Ministerio de Educación y tengan reconocimiento válido y oficial de lo aprendido. “Así vamos formando grupos de gente, núcleos por regiones con habilidades específicas”, señala el representante del PNIA.
Procedimiento
Benjamín Quijandría agregó que en total su institución cuenta con US$ 60 millones destinados a estos fondos que se canalizan directamente a los productores luego de cumplir con los requerimientos de ley. “Se abre un concurso y los que requieran fondos para investigación básica se dirigen al Concytec, que está asociado con nosotros, y los de investigación adaptativa, extensión, semillaristas, etc., encuentran todo lo necesario en nuestra web. Una vez que cumplen con todos los requisitos se organiza una reunión de negociación y se analiza el proyecto junto a expertos, quienes deben otorgar una calificación aprobatoria tras lo cual se procederá a firmar un contrato y hacer el desembolso del dinero”.
Según el vocero todo este proceso dura un promedio de mes y medio. De hecho, el año pasado empezaron en septiembre y ya para diciembre estaban entregando los fondos a los ganadores. El PNIA se encuentra revisando actualmente sus bases para hacer todo este procedimiento aún más expeditivo.
Finalmente, Quijandría comentó que la entidad tiene tres grandes objetivos a largo plazo. El primero es organizar la demanda de innovación para que productores, asociaciones y cooperativas tengan una demanda unificada y concreta sobre temas que deben investigarse. Luego, está el desarrollo de la capacidad organizativa para que los productores se sientan representados y puedan plantear a organizaciones como el propio PNIA y Concytec sus demandas de manera organizada.
“En tercer lugar buscamos impulsar un ánimo de innovación entre los productores, para que sepan que a través de su trabajo pueden alcanzar condiciones particularmente buenas para producción e introducir cambios rentables que les aseguren un mercado en el largo plazo”.
