(Agraria.pe) Por cuarto año consecutivo Perú se posicionó como el primer exportador mundial de arándanos, con U$1.362 millones 740.000, superando a Estados Unidos, España, Canadá, Países Bajos y Marruecos.
Pero, ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta ahora la industria del arándano en el Perú? ¿Todo esto tiene que ver con un crecimiento desmedido de hectáreas y de volumen? ¿No hay peligro de que se inunde el mercado y bajen más los precios para este fruto?
Carlos Gereda, presidente ejecutivo de Inka's Berries, uno de los precursores del arándano en el Perú, responde estas y otras interrogantes.
¿Cómo así el Perú sigue siendo el primer exportador de arándanos?
Son varios factores que han hecho esto posible, pero primero habría que decir que Perú sigue plantando áreas; el último año se plantaron unas 1.000 hectáreas adicionales; pero hay que tener en cuenta de que el país venía de un ritmo de 2.500 hectáreas anuales. Las 20.000 hectáreas, aproximadamente, que hay ahora en el Perú, se reflejarán en estos 300 millones de kilos que se van a producir este año en el país. Pero hoy podemos decir que ya se empiezan a estacionar las plantaciones, dada la madurez de los campos y el recambio varietal.
¿Entonces no hay peligro de que se inunde el mercado y bajen los precios?
Los precios van para abajo desde hace seis o siete años. El Perú venía incrementando sus volúmenes a razón de un 30% anual, un crecimiento muy vertiginoso; por supuesto, eso caló en los precios; el año pasado el cierre FOB de toda la temporada de promedio país, estuvo bordeando los U$ 4.50 el kilo, cuando antes podíamos hablar de U$ 6 o U$ 7.
Entonces podemos decir que ya hemos tocado piso. Pero en esta campaña que viene el incremento de los volúmenes será a razón de un 10% anual, y la idea es que ese incremento se sostenga, que no sea mayor a la demanda; antes la demanda crecía en 13% mientras que la oferta de Perú, como dije, crecía en 30%, en algún momento iba a haber una baja de precios.
Pero ahora deberían ordenarse nuevamente los precios; el Perú ya está estacionado en las 20.000 hectáreas, lo que sí está sucediendo es el recambio varietal en muchas empresas.
¿Qué otras medidas están tomando las empresas?
Un trabajo que están haciendo los productores es ordenar la oferta. Todos los años ocurre que hay una concentración entre la semana 35 y la 45; la idea es no llegar a esos picos; hay que trabajar la poda en algunas localidades del país para abrir la oferta y tener una campaña lo más estable posible, sin grandes peaks.
En Inka's Berries estamos apuntando, este año, a exportar siete meses, de julio a febrero; y el año que le sigue queremos tener ocho meses de fruta, con la menor cantidad de picos posibles durante la campaña.
Cada compañía debe de seguir sus propias estrategias, dependiendo de su ubicación, y calcular sus tiempos, en busca de un mercado más estable. A veces es mejor vender menos, pero a un mejor precio, que vender mucha fruta, pero a precios malos; los precios malos repercuten muchas semanas y volver a levantarse cuesta.
¿Pasó algo similar con la palta?
Sí, hubo una sobreproducción, se sembró demasiado, y ahora hay que ordenar la oferta. Como país, en arándanos, hemos crecido muy rápido, y eso también obedece a que algunas compañías no han tenido una buena planificación.
Hay momentos para crecer, no podemos crecer a lo loco, porque ahí sí que se inunda el mercado. Además, sin planificación también se puede llegar a una mala productividad, a una mala calidad, eso también lo castiga el mercado, eso también tira el precio para abajo; es una suma de variables.
¿El arándano sigue el camino de la uva por sus acelerados recambios varietales?
Está viviendo lo mismo que la uva sólo que más rápido. Es momento de hablar de genética en arándanos, de mercados que valoren la genética; las variedades que no tienen propiedad intelectual dejaron de ser atractivas, y la mitad de las variedades en el Perú no tienen propiedad intelectual, son antiguas; esto deja un espacio grande para la nueva genética, que conlleve a lo que todos apuntamos: una mejor vida poscosecha, un mejor sabor, tamaño, bloom, y una mejor productividad en el campo que se traduzca en menores costos de cosecha, mejor rusticidad de las plantas frente a las plagas y mejor calidad en el mercado.
El mercado asiático, particularmente China, paga bien por fruta diferenciada, por la genética top; los precios pueden llegar a U$7.50 el kilo FOB. Nosotros, como empresa, vamos a ir aumentando nuestra presencia en Asia, en China; la fruta de Perú será bien recibida ahí mientras se cumplan los estándares de calidad y sabor que demandan.
Fuente: Portal Frutícola