(Agraria.pe) El Perú alberga en su territorio 14 de las 17 especies de tomate que existen en el mundo (una domesticada y otras 16 silvestres, que los expertos llaman ‘parientes silvestres’). Así lo revela el estudio “Línea de base de la diversidad del tomate peruano con fines de bioseguridad" elaborado por el Ministerio del Ambiente (Minam) que comprende el período 2014-2020.
El estudio también incluye las especies silvestres Solanum huaylasense, Solanum arcanum y Solanum corneliomulleri, que son endémicas del Perú, es decir, solo ocurren en nuestro territorio. La mayor parte de los tomates modernos cultivados en el mundo contienen genes de los tomates silvestres. Un ejemplo de esto es la especie silvestre Solanum habrochaites, del que se extrajo el gen para mejorar el contenido de azúcar de ciertas variedades de tomate cultivado.
Esta diversidad es una muestra del enorme capital natural con que cuenta el Perú, y es fuente de recursos genéticos que son la base para mejorar la calidad y productividad de las cosechas, su resistencia a plagas y la adaptación al cambio climático. Este evento se enmarca en la iniciativa “Peruanos Naturalmente” que impulsa el Minam a nivel nacional para difundir y poner en valor nuestra biodiversidad.
La presentación de dicha publicación tuvo como objetivo dar a conocer la situación actual de la diversidad del tomate peruano desde un punto de vista biológico (que involucra diversidad biológica y organismos relacionados), ecosistémico, socioeconómico y cultural, así como fortalecer la conservación de la diversidad de esta especie en el país.
En dicha actividad, el ministro del Ambiente, Gabriel Quijandría, manifestó que la naturaleza es nuestra principal aliada. En esa línea indicó que “las soluciones basadas en la naturaleza deben ser potenciadas dentro de las estrategias de desarrollo de nuestro país, para generar beneficios y contribuir con la seguridad alimentaria de la población y la reactivación económica”.
Por su parte, la viceministra de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales, Luisa Guinand, destacó los esfuerzos nacionales para generar evidencia e información para mejorar nuestras capacidades en gestión de la biodiversidad. Subrayó que esa investigación es el resultado de un esfuerzo mancomunado, contando con la participación de diversos actores involucrados. “Es un insumo para poder analizar los riesgos para posibles solicitudes de liberación de OVM en el ambiente, en el marco legal de la Ley de Moratoria”, indicó.
Añadió que esta línea de base permite tener información para saber lo que existe y para tomar decisiones informadas a fin de mejorar las cosechas y que estas puedan adaptarse a los impactos del cambio climático, conservando nuestra agrobiodiversidad. “Nuestro propósito es conocer, conservar, usar sosteniblemente y distribuir los beneficios de nuestra biodiversidad de forma equitativa”, dijo.
La naturaleza está de regreso
El conocimiento del estado actual de la diversidad del tomate peruano (línea de base) permitirá tomar decisiones informadas, así como elaborar propuestas, planes, programas y proyectos de toda índole relacionados con la conservación y el uso sostenible de la agrobiodiversidad nativa en concordancia con el enfoque de soluciones basadas en la naturaleza.
En la elaboración de la “Línea de base de la diversidad del tomate peruano con fines de bioseguridad” (en cumplimiento de la Ley N.° 29811), se encontró la variedad que los científicos llaman Solanum lycopersicum variedad cerasiforme, ampliamente distribuido en los valles interandinos a lo largo del Perú, aunque también se encuentra en las Américas. Estos tomates de fruto pequeño son los más ancestrales, es decir, contienen los genes primigenios del tomate actual.
Esta variedad cerasiforme es cultivada tradicionalmente por pequeños agricultores y familias indígenas en sus jardines y huertos, constituyendo un recurso de importancia económica y alimenticia que forma parte de la diversidad agrícola nacional. En San Martín y en otras regiones amazónicas, la población local lo conoce como “tomate regional”, y en otros lugares del Perú recibe distintos nombres, como “pisco tomate” en Cuzco. Aunque falta investigar mucho, se presume que el tomate fue cultivado por los antiguos pueblos andinos y de ahí se difundió hacia Centroamérica.
Dato:
.La referida publicación ha sido elaborada por un conjunto de consultorías desarrolladas entre los años 2014 al 2020, bajo el liderazgo de la Dirección General de Diversidad Biológica de Minam. Constituye un valioso insumo para la realización de los análisis de riesgo para posibles solicitudes de liberación de OVM (transgénicos) al ambiente, en el marco de implementación de la Ley N.° 29811, Ley de Moratoria y su Reglamento, y será un instrumento valioso para implementar políticas de conservación y puesta en valor de este patrimonio genético peruano.
.El tomate se cosecha desde hace diez mil años en casi toda la zona tropical del continente americano.