Hoy, un 40% del total de hectáreas dedicadas a la uva de mesa en el país correspondería a nuevas variedades, desplazando a la tradicional Red Globe. Sin embargo, en Ica se ha presentado un caso de Mildiu en este contexto que causó sorpresa.
(Agraria.pe) El mercado de alimentos está viendo una evolución acorde a los gustos de los consumidores, a tal punto que casi se puede hablar de diseñar frutos. Esta es la razón del recambio varietal en cultivos como la uva, la cual en casi un 85% según estimaciones de BASF correspondía al tipo Red Globe en Perú. Pero esa es una realidad que ha ido cambiando.
Jorge Soriano, gerente de ventas de la Unidad de Soluciones para Agricultura de BASF Perú, recuerda que por muchos años la Red Globe reinó por su tolerancia a las condiciones climáticas y por su manejo de poca complicación en comparación a otras uvas; a esto se sumaba la buena aceptación que tenía en los principales mercados.
Sin embargo, desde hace unos cinco años aproximadamente se empieza a ver un cambio en el perfil de consumo: “Los genetistas identificaron necesidades y gustos del consumidor por tener algo diferente y han ido apareciendo variedades, primero de diferentes colores, sin semillas, y otras que tengan una sensación crujiente, que sean más largas, más redondas, color cherry, amarillas. Así como nosotros queremos ropa de distintos colores y diseños, el consumidor de hoy también quiere fruta de diferentes diseños, sabores y texturas; eso ha generado un nuevo movimiento a nivel global de desarrollo e investigación de variedades. Y Perú no se quedó atrás”, comenta.
Según su estimado, hoy un 40% de la producción peruana de uvas corresponde ya a variedades distintas a la Red Globe, muchas de ellas con patente por la que se paga un royalty a sus creadores, algo que se está convirtiendo en pieza clave para mantenerse vigente como exportador relevante de uva en el comercio global. Esto se da en un contexto en que no necesariamente se están incrementando las hectáreas de uva, sino que se está retirando la Red Globe para probar otras con mejor potencial.
Soriano explica que entre las nuevas variedades no hay una que destaque claramente porque el desarrollador siempre teine en mente un límite a la producción, sin liberarlas, de tal forma que el mercado esté controlado y no se den casos de sobreoferta que termine afectando negativamente los precios. “Creo que debe haber más de 20 variedades de uva en producción en todo el área del país”, agrega.
Retos sanitarios para el cultivo
Este escenario plantea retos desde la perspectiva del cuidado que se debe tener con los cultivos, ya que no todas las variedades se adaptan de igual manera al entorno geográfico donde se desarrollan, ya sea Ica o Piura en el caso peruano. El ejecutivo de BASF apunta que las sensibilidades que estas nuevas variedades pueden tener a algunas enfermedades puede ser impredecible, lo que quedó demostrado con un caso reciente.
“Algunas variedades nuevas que tienen protección de patente han evidenciado problemas de una enfermedad llamada Mildiu en Ica, donde tradicionalmente no considerábamos que ese fuera un problema para el productor; sin embargo el año pasado se hicieron aplicaciones regulares para esta enfermedad, lo que genera retos al productor que necesita las herramientas, productos y un sistema de alerta para manejar buenas prácticas agronómicas”, explica.
Esto se enmarca en un contexto en que los compradores son cada vez más exigentes con respecto a las moléculas en los productos y las cantidades límites de tolerancia, por lo que es necesario que el agricultor esté informado y actualizado, una labor que BASF ha tomado con congresos (realizó uno reciente en paralelo tanto Chiclayo como en Ica), charlas y lanzamientos que les permiten estar en contacto con técnicos especializados y la actualidad sobre los productos que pueden usar como alternativas (no solo para enfermedades como el Mildiu, sino plagas como el chanchito blanco, temas de fisiología y demás). Es por esta razón que la empresa ha estado en un ritmo de lanzamiento de dos a tres nuevos productos por año, los cuales ya muestran resultados en campo tanto en Ica, como Piura y Chiclayo. Además, participa de los productos biológicos, que también son tendencia importante.
Finalmente, resalta que para la empresa, el sector agroindustrial es el más importante como negocio. Y dentro de este ámbito, el protagonismo está tomado por la uva de mesa, frutales, palto, cítricos, arándanos, así como hortalizas de exportación (espárragos, pimientos, alcachofas).
“Tenemos un portafolio robusto con más de 12 productos que participan de forma activa y estable en el mercado; con participaciones que superan el 20% en áreas de ventas, lo que es un logro bastante bueno. Estimamos que el mercado, en general, esté creciendo de 3% a 5% este año; pero lo más importante es que agroindustria irá de 6% a 8%, lo que compensa las limitaciones que tenemos en cultivos como el arroz por precios, importación, que hacen que no crezca un poco más; pero el mercado sigue siendo atractivo y cada vez más empresas vienen a Perú, tanto competidores nuestros como cadenas de distribución”, concluye.