Hernani Larrea Castro
Director de la Carrera de Administración y Agronegocios, Facultad de Negocios, Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), Lima – Perú.
El sector agroalimentario viene alcanzando un desarrollo expectante en la economía del país. Este desarrollo genera en estos momentos una mayor demanda de profesionales idóneos preparados para estos tiempos de crecimiento. Hoy, el concepto de gestión de agronegocios o agribusiness management va tomando un significado especial dentro de los negocios asociados con alimentos e insumos.
En este escenario, la búsqueda de profesionales que cuenten con herramientas de gestión en el sector se ha incrementado y éstos deberían contribuir a consolidar el crecimiento experimentado en los últimos años. Las empresas buscan un perfil que incluya competencias en la administración de un negocio agroalimentario con un sólido conocimiento de la estructura y funcionamiento de un agronegocio.
En la actualidad, los agronegocios en nuestro país se han focalizado en el sistema agroalimentario. Un sector que según la Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo (PROMPERU) ha exportado el año pasado 842.000 toneladas de frutas y hortalizas frescas por un valor de US$ 1,100 millones. El objetivo es consolidar nuestra oferta exportable y para ello es importante definir al profesional que necesitamos para este propósito. Nuestro crecimiento es expectante.
Este experto debe tener en claro que la visión del negocio agroalimentario necesita generar, implementar y consolidar cuatro tareas básicas: el impulso de la investigación, el manejo de la información, el estímulo a la innovación y el uso estratégico de la inteligencia comercial. En el país aún no entendemos del todo la necesidad de promover este esquema. Debemos apostar por ello.
Hay que recordar que el concepto del agribusiness se remonta a finales de la década de los cincuenta y representaba la interconexión entre procesos productivos, industriales y comerciales. Este sistema llevó a la práctica teorías económicas que han permitido consolidar el desarrollo de países latinoamericanos como Chile, Brasil y México. Nuestra propuesta académica se basa en el modelo de la Harvard Business School donde se desarrolló el concepto que respalda esta actividad económica.
Hoy en día, los estudiantes cuentan con un fuerte respaldo tecnológico y buscan desarrollar sus habilidades en especial a partir de su creatividad. En estas condiciones un profesional debe estar entrenado para enfrentarse con éxito al trabajo en equipo (worknetting) y preparado para la resolución de problemas/casos (problem-based learning). Las experiencias de Harvard, Cornell University y otros centros de estudio nos permiten afrontar el reto con el modelo propuesto.
En base a esto, proponer un profesional al mercado laboral requiere de un equilibrio entre soft y hard skills, que tanto valoran los empleadores. Hoy todo profesional debe demostrar ser competente tanto en contenidos teóricos como en habilidades sociales, como liderazgo, autonomía, responsabilidad social, proactividad y empatía, entre otros. Es importante para nosotros marcar la diferencia.
Y nos corresponde como maestros entrenar a los estudiantes en temas que garanticen la calidad que exige la educación de estos tiempos. Además, ponerlos en contacto con el sector empresarial del país, proveerles del networking necesario para vincularlos con las empresas líderes así como procurar promover experiencias sociales y ambientales en base a un aprendizaje vivencial o experiential learning.
Por último, los tiempos demandan líderes en la gestión comercial de alimentos, que promuevan la sostenibilidad de los negocios respaldados en las demandas de los mercados. Especialistas que privilegien la gestión ambiental y tecnológica de los procesos agroproductivos así como la gestión de calidad y empresarial en el campo agrocomercial. Es una tarea difícil pero no imposible. Trabajamos para ello.