(Agraria.pe) En materia de beneficios tributarios, se impuso el punto de vista de las empresas agroexportadoras y se les ha otorgado todavía una gradualidad bastante benévola, opinó Laureano del Castillo, director ejecutivo del Centro Peruano de Estudios Sociales (Cepes).
Fue al comentar la decisión del Pleno del Congreso de aprobar con 58 votos a favor, 32 en contra y 29 abstenciones, la nueva ley agraria que dispone la entrega de un bono para el trabajador agrario del 30% de la RMV (S/ 279) con carácter no remunerativo, y que, además, establece gradualidades en torno al impuesto a la renta (IR) que deben pagar las empresas de acuerdo a sus ingresos netos.
“El otro aspecto tiene que ver con los beneficios tributarios, y creo que finalmente se impuso el punto de vista de las empresas agroexportadoras que, como hemos escuchado siempre, amenazan con el riesgo de que las inversiones se vayan, pero se mantiene un régimen bastante favorable por varios años a ella”, dijo.
El representante de Cepes recordó que estos incentivos tributarios han estado vigentes por 24 años desde 1996, en que se emitió el Decreto Legislativo 885, Ley de promoción del sector agrario. Consideró que mantener estos beneficios es una actitud bastante benévola.
“Esos beneficios se han prolongado por varios años y entonces hay algunos economistas que señalan con justeza que no es sostenible por tantos años beneficios para un sector económico. A pesar de ello, el Gobierno ha reconocido la importancia de la agroexportación y le ha otorgado todavía una gradualidad a mi juicio bastante benévola”, manifestó.
Habrá que ver
En otro momento, consideró que habrá que ver cuál es la respuesta del sector de los trabajadores agrarios respecto a la parte laboral. Consideró que, tras el dictamen aprobado en el Pleno del Parlamento, si bien hay una mejora en la remuneración de los trabajadores, esta no alcanza a ser la que, por los menos, sus voceros estaban reclamando.
“Habrá que ver la reacción de los trabajadores. Buena parte de la forma cómo se ha presentado este conflicto que creo que sorprendió a todos es, de alguna manera, la virulencia y la falta de una representación adecuada para llevar adelante el diálogo, lo que hizo que la paralización se prolongara por cinco o seis días. Entonces, habrá que ver la reacción de los trabajadores toda vez que por falta de sindicatos y una representación mayor es posible que muchos trabajadores sientan que han sido defraudados con el resultado que salió de esta ley”, apuntó.
“Hay que decirlo con todas sus letras. Hay una mejora. ¿Corresponde eso a lo que esperaba la mayor parte de los trabajadores? Es una pregunta que habrá que responderse en estos días”, señaló.
Fuente: Ideele