Centro Internacional de la Papa y otras entidades ejecutarán proyecto de dos años para enfrentar cambio climático.
(Agraria.pe) En las regiones Huancavelica y Junín se ejecutará el proyecto “Biodiversidad y buenas prácticas de agricultura climáticamente inteligente para mejorar la resiliencia y productividad de la agricultura familiar en sistemas alimentarios Andinos basados en papa”, con la intervención de varias entidades, como el Centro Internacional de la Papa (CIP) y que beneficiará a un aproximado de 300 productores, que aprenderán a enfrentar el cambio climático.
En esta iniciativa, que se enmarca dentro del programa Euroclima auspiciado por la Unión Europea, también participa el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y se enfoca en tres puntos: la innovación en tecnologías agrícolas, innovación comercial y la gestión de conocimientos para generar el cambio.
Así lo precisó Cristina Fonseca, coordinadora del proyecto en Perú e investigadora asociada senior de ciencias sociales y salud en el CIP. “El propósito del proyecto es realizar un trabajo de investigación y desarrollo en las zonas altoandinas de las regiones de Huancavelica y Junín, donde el cultivo de papa es el más importante; sin embargo, además hay varios cultivos con los cuales también que vamos a tatar de realizar actividades”, puntualizó.
Aproximadamente, dijo, se trabajará dos años en ambas regiones, pero dicha iniciativa se desarrolla además en la zona de Ecuador y Bolivia, porque es un proyecto a nivel de la zona andina de América del Sur.
Fonseca explicó que el proyecto consiste en desarrollar actividades para lograr resiliencia al cambio climático, para que los productores puedan tener mejores capacidades en realizar las prácticas agrícolas y obtener nuevas variedades de papa - mejoradas o nativas- que resistan a las heladas, que es problema muy serio. Adicionalmente, contar con asistencia para enfrentar las plagas y enfermedades y usar adecuadamente el agua para riego.
“De esta manera, los productores lograrán mejores ingresos, porque estamos trabajando con familias que tienen un nivel alto de pobreza y hay indicadores muy fuertes en desnutrición crónica, anemia, etc. Entonces, qué mejor que darles estos elementos para que puedan salir de esta situación”, puntualizó.
La experta agregó que con el proyecto se beneficiarán alrededor de 300 productores peruanos y habrá una buena interacción con los gobiernos regionales, Dirección Regional Agraria, mesas de trabajo del cambio climático que ya existen en las zonas, de seguridad alimentaria; y con las municipalidades provinciales y distritales, para que las acciones a ejecutar puedan trascender en el país.
Por su parte, Gaby Rivera, especialista en cambio climático y recursos naturales de IICA, sostuvo que el segundo componente abarca todas las prácticas que en campo los productores adaptan para hacer frente a los impactos del cambio climático y cómo pueden tener una estrategia de diferenciación en el mercado.
Estas acciones, dijo, pueden estar acompañadas con programas desde el Estado, campañas de consumo de las papas nativas o de buenas prácticas agrícolas en respuesta al cambio climático que pueda tener una diferenciación y un consumo distinto.
Actualmente, agregó, hay esa cercanía en las ferias agropecuarias, pero los productores van y no tiene una respuesta tan organizada para hacer frente al cambio climático.
“Este proyecto apuesta por el manejo de plagas, buenas prácticas en los pastos altoandinos y prácticas en el campo para enfrentar el cambio climático, así como por la responsabilidad ambiental e inclusiva, con la participación de mujeres. Todo este tema de cómo afecta el cambio climático debe tener una vinculación con el mercado”, refirió.
Para ello – continuó- están identificando primero cuáles son las necesidades en cuanto al cultivo de las papas nativas o blancas y al sistema alimentario basado en este producto, porque el agricultor a 3,200 metros sobre el nivel del mar no solo cultiva papas, sino otros productos de panllevar y hay ganado.
“Estas prácticas de consumo y respuesta al clima pueden ser como atributos de un mercado específico”, indicó.
Rivera mencionó, igualmente, que el tema de agronegocios es también es una respuesta de cómo ser más resilientes ante eventos extremos climáticos.
Finalmente, la experta dio a conocer que se eligió a Huancavelica y Junín para ejecutar el citado proyecto, por su vulnerabilidad ante el impacto del cambio climático y por las oportunidades que brinda, ya que los gobiernos regionales cuentan con medidas de planificación y dan prioridad al cambio climático desde el sector agrario. “Se suma el trabajo previo del Centro Internacional de la Papa en ambas regiones”, anotó.