(Agraria.pe) La dinámica de los mercados de abastos revela datos preocupantes sobre la realidad económica de los alimentos que comercializan los productores de la agricultura familiar. El especialista en agronegocios Ángel Manero, señaló que, por ejemplo, el precio de la papa sigue cayendo y llegó a un sol por kilo el 25 de abril, lo que hace que el valor en chacra sea de 50 céntimos para la papa blanca (el 70% de toda la papa del Perú).
“Mientras que los precios internacionales de los productos que importamos siguen altos, nuestros pequeños productores siguen recibiendo los bajos precios de siempre, y ahora con mayor costo de producción. Los fertilizantes no son el elemento principal del problema”, advirtió Manero.
Ya a mediados de marzo, durante un foro agrario organizado por el Colegio de Ingenieros del Perú, el especialista había advertido que si bien en ese momento los precios del tubérculo habían mejorado un poco por el distanciamientre entre cosechas de la costa y la sierra, la caída se iba a dar en abril. Escenario similar se da con la quinua, con un precio de chacra de 4 soles, cuando tiene potencial para darle al productor al menos 6 soles.
Manero explica que parte de este escenario se dio a raíz de la desaparición de un cultivo industrial grande como era el algodón de la costa, el cual no pudo competir en productividad ni genética con las ofertas del extranjero, por lo que sus áreas empezaron a derivar en producción de alimentos. Es ahí que sucede la saturación de los mercados con papa, camote, cebolla, zapallo, entre otros.
Asimismo, ya en el ámbito de agroexportación, refirió que la vocación del Perú es ir por las frutas y hortalizas, pero que se trata de un mercado relativamente pequeño que se realiza en unas 220 mil a 230 mil hectáreas de un total de 3 millones de hectáreas que existen bajo riego. La diferencia es la que se dedica a abastecer el mercado nacional (razón además por la que estima que no se puede pensar en una agroexportación que llegue a 1 millón de hectáreas).
“O sea que cuando hablamos de agroexportación hablamos de 200 mil hectáreas y 4 mil empresas; mientras que en el otro lado hay 3 millones de hectáreas y 2 millones de familias de pequeños productores. La agroexportación está muy bien que avance, devolvámosle el marco promotor que tenía para mejorar, pero no olvidemos la discusión de cómo mejoramos la pequeña agricultura”, agregó.
Ángel Manero reiteró por ello que una vía de solución es la promoción de demanda industrial de productos del campo. De hecho, en 2020 elaboró un proyecto de ley que busca el desarrollo del mercado industrial para la quinua y otros granos andinos, utilizando la capacidad instalada de la industria de harina de trigo y el alto consumo de sus derivados. Es una inicitiva en la que se plantea también ayudar a sustituir parte del exceso de siembra de papa, lo que, como se ha visto, provoca su constante caída de precios.
Puede revisar esa propuesta en el siguiente link:
https://drive.google.com/file/d/1mYMElrqJuxVz5aH7KjCR294XYhkKn-oe/view