(Agraria.pe) Cooperativas de Cajamarca y Junín implementan sistemas agroforestales inteligentes. Frente al uso intensivo de recursos de los monocultivos, estos sistemas ofrecen diversos beneficios como el uso sostenible de los recursos y la creación de microclimas.
La agricultura latinoamericana pasa por un período crítico. La pérdida de productividad de los suelos, el aumento de costos de producción y las precipitaciones severas debido al cambio climático, entre otros factores, ponen presión sobre los agricultores.
Pese a este contexto, en la última década el Perú está en ascenso respecto a la producción agrícola, con productos tradicionales como el café orgánico y el cacao fino de aroma, con un perfil de exportación.
De acuerdo con el Midagri, al 2017 el café generaba empleo para más de 2 millones de peruanos. Y la cadena de cacao permitía 10 millones de jornales y US$ 266 millones en valor de exportaciones. La meta país es consolidar a estos sectores. Y la gran base para ello son los “sistemas agroforestales” (SAF).
Uso del suelo agrícola
Los SAF proponen mejorar el uso de los suelos agrícolas, produciendo de manera muy similar a como lo haría un bosque natural: se pueden asociar en ellos diversos cultivos, especies frutales, maderables y otras. Esto los vuelve sistemas multifuncionales con variedad de beneficios: desde los económicos, socioeconómicos e incluso ambientales.
“Las ventajas de los sistemas agroforestales frente al monocultivo son múltiples. El monocultivo se basa en el uso intensivo de los recursos (suelo, agua, bosque, etcétera); muchas veces haciendo uso indiscriminado de fertilizantes sintéticos y pesticidas, impactando negativamente sobre el medioambiente. En cambio, los sistemas agroforestales proponen un uso racional y sostenible de los recursos, una mayor biodiversidad con mitigación y adaptación al cambio climático, y aseguran alimentos sanos para las familias productoras”, dice Teófilo Beingolea, coordinador de proyectos en la oenegé Rikolto.
Diversificación del negocio
En cooperativas exportadoras como Aprocassi (de San Ignacio, región Cajamarca) los beneficios de un SAF inteligente incluyen la diversificación productiva de las fincas cafetaleras y la mejora de los ingresos de las familias productoras.
Aquí, un sistema de monocultivo tiene altos costos de producción (S/ 4.76 por kilogramo de café), mientras que un sistema diversificado puede reducirlos a S/ 3.6 por kilogramo.
Los “diseños agroforestales” crean microclimas perfectos para insectos como las abejas, que ayudan a polinizar mejor las plantas de café y otros cultivos. A la vez, hacen posible el negocio de la miel, un producto para el mercado interno y fuente de ingresos extra para 50 mujeres de esta cooperativa.
Una de estas caficultoras y productoras de miel de abeja es Dalinda Castillo (48 años). Está segura que, además, este trabajo motiva y empodera a las mujeres. “Hemos recibido una capacitación especial; adquirimos el certificado, marca y registro sanitario. No es solo para sacar un ingreso económico, sino también para un beneficio integral”, dice.
Diversidad genética
En la cooperativa Pangoa, en Satipo, región Junín, la implementación de los SAF está permitiendo que los cultivos desarrollen una mayor tolerancia a las plagas, que pueden afectar hasta el 40% de la producción. A la vez, ayudan a que el cacao fino de aroma se adapte a los requerimientos del mercado, conservando su diversidad genética.
Para garantizar la calidad del producto y asegurarse el ingreso a mercados de alto valor, la cooperativa efectúa la clonación de sus mejores árboles de cacao fino de aroma –nativo de la zona–, garantizando la menor incidencia de plagas y enfermedades. Con ello se busca que la mayor cantidad de familias tenga acceso a su material genético para reforestar y rehabilitar parcelas a bajo costo, y en el SAF que maximicen sus beneficios.
Beneficio maderable
“La diversificación de parcelas de cacao con frutales o especies maderables tiene una influencia. Al diversificar, se incide en un sabor más amplio, más variado y complejo”, explica Virgilio García (50 años), responsable del área de industrias de esta cooperativa. Además, hoy los clientes “preguntan cómo es el sistema de cultivo, si es ecoamigable y piden que no deforestes el suelo”.
La cooperativa pasó de generar anualmente 420 kg/ha en el 2017 a 650 kg/ha en el 2019, gracias a la aplicación de buenas prácticas agrícolas en sistemas agroforestales, así como al manejo integrado de plagas y la nutrición orgánica del cacao. Este cambio significó un aumento de 54% en sus ingresos y una mejora en las condiciones de vida de las familias socias de Pangoa.
Reducción de la huella
La captura de emisiones de carbono en parcelas de café por los árboles sombra –gracias a los sistemas agroforestales– fue demostrada en un estudio del 2019 sobre la huella ambiental, en que participaron las cooperativas mencionadas, en alianza con la PUCP y Rikolto.
Estos resultados alientan la producción sostenible con el SAF y apoyan la política del Gobierno para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, producidas por la deforestación y la degradación de los bosques.
Con planes agroforestales, estas cooperativas saben cuáles especies de plantas y árboles incluir en sus fincas para obtener múltiples beneficios: ingresos extra, mejores cultivos, ingreso a mercados diferenciados, entre otros. “Todo esto convierte a los sistemas agroforestales en la solución para cultivos competitivos, rentables y resilientes”, asegura Teófilo Beingolea.
Fuente: El Peruano