(Agraria.pe) El sector agroexportador pide una nueva ley agraria, que en parte al menos, recupere el espíritu impulsor de la industria que, a su juicio, se perdió con la derogación de la original Ley de Promoción Agraria y que rigió al sector durante 20 años.
Sin embargo, para Eduardo Zegarra, investigador principal de Grade, el periodo de crecimiento de la agroindustria en base a exoneraciones tributarias y otros beneficios especiales ya debe darse por concluido pues no se trata de una industria naciente, sino de una ya madura que en la última década ha tenido además un crecimiento exponencial.
“Esa medida (las exoneraciones en la Ley de Promoción Agraria original) ya había sido planteada por el MEF como innecesaria porque ese sector ya había recibido por muy largo tiempo estas exoneraciones y era tiempo de terminar con eso. Entonces la norma actual (que sucedió a la ley derogada) lo que hace es generar plazos, un horizonte donde esas exoneraciones van a terminar. Los agroexportadores deberían asumir que ya terminó el periodo de promoción, eso se hace en un periodo corto de no más de cinco años para impulsar un sector, 20 años es un exceso”, comentó en entrevista con Agraria.pe.
De hecho, Eduardo Zegarra es más enfático sobre el tema y asegura: “Ya no se necesita una ley de promoción agraria”. Y considera que habría que girar hacia una norma más amplia y profunda que permita establecer mejores condiciones para distribuir los beneficios del crecimiento agroexportador, especialmente en cuanto a la protección de los trabajadores. Y es que si bien la norma vigente incluyó un ‘Bono Beta’ para los trabajadores agrícolas, que en un principio fue positivo porque incrementó porcentualmente el salario mínimo vital, con el paso de los años se ha visto que el salario nominal y real del trabajador del sector ha caído. “La nueva norma no ha tenido mayor efecto de mejorar la situación de los trabajadores que han visto que su situación empeora por la inflación que en los últimos años ha sido significativa”, complementa.
Para el investigador de Grade lo que debe suceder es que la norma actual llegue a su fin y que se cumpla el plazo de término de las exoneraciones para el sector en 2026, aunque en el actual gobierno se ampliaron plazos y se redujo nuevamente el aporte a EsSalud. Zegarra cree que necesario que las empresas agroexportadoras paguen el 9% de aporte a EsSalud y el 29% de impuesto a la renta, como hacen todas las otras empresas que operan en el país. La clave está en “no ganar competitividad en base a exoneraciones, sino en base a capacidad tecnológica, innovación, ir a otros procesos que la ley actual no promueve”.
Lo ideal, agrega, sería que se implemente la propuesta ya lanzada otras veces de que las empresas del sector que deseen acceder a algún beneficio especial, tengan como condición la generación de contratos operativos y sostenibles con la agricultura familiar, de tal forma que se integren a la actividad exportadora. Sería el único caso en que algún tipo de subsidio debería contemplarse, comenta, y no como sucede ahora afectando la caja fiscal y el funcionamiento del sistema tributario.
Con respecto al impulso que le quiere dar a la generación de una nueva ley agraria el ministro Ángel Manero (Midagri), el especialista considera que se trata de una prioridad equivocada, que va en la línea con el intento de eliminar la moratoria a las semillas transgénicas. “Creo que su obsesión con una nueva ley agraria, que no es necesaria, lo ha alejado de las verdaderas prioridades del sector, que es impulsar la agricultura familiar, donde hay más de dos millones doscientos mil agricultores prácticamente abandonados en una severa crisis en los últimos años que no se encara”, concluyó.
Sobre la labor de Agromercado
Consultado por la labor de Agromercado (antes Sierra y Selva Exportadora) en el fomento de la capacidad exportadora de la pequeña agricultura, Eduardo Zegarra consideró que tiene casos de trabajo interesantes pero carece de instrumentos realmente potentes para lograr su objetivo. Esto se revela con el pequeño presupuesto de 10 millones de soles que recibe al año. “Creo que se debe trabajar en una estrategia mucho más amplia. Ya hay 300 mil pequeños productores agrarios que exportan, sobre todo café, banano, cacao. Hay que trabajar mucho con las cooperativas que son las que permiten exportar a la pequeña agricultura. También los instrumentos financieros y económicos que permitan que la agricultura familiar tenga más capacidad de exportar y llegar con mejores precios también al mercado nacional”, apuntó.