(agraria.pe) Contra el tiempo, el gobierno de Pedro Castillo se ha comprometido a traer fertilizantes al Perú antes de agosto, cuando inicia la campaña grande de siembras. La escasez del insumo y su alto costo desde el 2020, hacen prever una grave crisis alimentaria, aunque el mandatario se muestra incrédulo sobre ello. No obstante, ha anunciado que triplicará el presupuesto inicial para la adquisición de urea y otros nitrogenados.
Pero no es la única promesa que ha hecho a los millones de agricultores peruanos en lo que va de la emergencia del sector agrario -vigente desde el 19 de marzo pasado- y que aún falta concretarse. Castillo y los ministros que han pasado por el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) afirmaron que en junio estaría listo el estudio de viabilidad económica para la construcción de una planta de fertilizantes en Bayóvar, Piura.
Sin embargo, la fecha estimada se aplazó. En una comunicación por escrito, la oficina en Perú de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) -que asesora junto con el IICA al Midagri en este proyecto- informó que el estudio inició en mayo y tiene prevista una duración de 70 días.
“Para la primera quincena de julio esperamos tener los resultados para ser presentados al Midagri”, mencionaron, evitando responder si los cambios al interior del sector (cuatro ministros en lo que va de la gestión de Castillo) afectó los avances del estudio.
“La FAO y el IICA en atención al requerimiento del Midagri, venimos apoyando con la realización de un estudio exploratorio sobre la viabilidad económica de instalar una planta de fertilizantes a base de los fosfatos de Bayóvar en la provincia de Sechura. Si los resultados son favorables se podrán hacer estudios más detallados a nivel de prefactibilidad o factibilidad, según corresponda, para gestionar los recursos para su implementación”, puntualizaron.
A detalle, el objetivo principal “es evaluar la viabilidad económica de una planta de producción de fertilizantes a base de fosfatos. Para ello, se prevé recabar información que permita explicar el funcionamiento del mercado nacional e internacional de fertilizantes fosfatados; estimar la capacidad productiva de roca fosfórica y el horizonte de vida útil del yacimiento de fosfatos de Bayóvar, de acuerdo a los niveles de explotación actuales y proyectados; estimar el retorno económico y la inversión necesaria para la instalación de una planta de producción de fertilizantes, y detectar los posibles riesgos ambientales”.
Pero el yacimiento se encuentra en manos de Miski Mayo (cuyas acciones pertenecen a The Mosaic Company y Mitsui) desde hace 17 años, cuando fue concesionada a través de ProInversión, iniciando la exportación de la roca fosfórica en el 2010. Su destino principal es Brasil, lugar donde se procesa la materia prima para convertirla en fosfato diamónico, producto que luego el Perú importa.
Justamente, la FAO en Perú menciona que este proceso podría realizarse localmente para obtener fertilizantes fosfatados a menores costos. ¿Solicitarán opinión de Miski Mayo? La FAO respondió que si bien los comentarios de la empresa y la comunidad son importantes, no serán pertinentes -aún- en esta primera etapa.
Asimismo, opina que no sería descabellado pensar en la construcción de otras plantas de fertilizantes para urea (gas natural), como una solución de mediano o largo plazo, de manera que el país no sea altamente dependiente de la importación. “Por supuesto, esto implica estudios técnicos apropiados para tomar las decisiones correctas”.
Demanda nacional
Los fertilizantes a base de fósforo (fosfato) como el fosfato diamónico, es el tercer insumo más demandado por la agricultura peruana luego de la urea y el potasio. Entre enero y abril del 2021, se importaron cerca de 51.000 toneladas (el nitrato y urea alcanzaron las 300.000 toneladas). Este año, en ese mismo período, solo llegaron al Perú 17.000 toneladas.
La razón fue el alto precio del producto en plena crisis de fertilizantes. En mayo del 2020, el precio del fosfato diamónico se ubicaba en US$ 300 la tonelada en puerto del Callao; en el 2021, subió a US$ 600 y hasta hace menos de un mes, llegó a los US$ 800. “Se ha duplicado respecto al 2020 porque la crisis de los fertilizantes comenzó ese año”, dijo Anthony Caballero, analista en temas de fertilizantes de la organización Asociatividad.
Según recomendó, la construcción debería realizarse en sociedad con una empresa privada y asignar la distribución de su producción principalmente a través de operadores, tal y como en su momento lo aplicó TogliattiAzot, el principal fabricante ruso de urea (y principal proveedor de urea de Perú en 2021). “No es sólo un tema de tamaño e inversión, sino de especialidad, en la gestión de la inversión, fabricación y distribución”, añadió.
Precios a la baja
El pico de precios de los fertilizantes parece haber alcanzado su máximo, hasta el momento. En la última semana, los precios futuros de dichos insumos pasaron de US$ 900 a US$ 700 en los mercados de oriente.
Pero la razón de esta tendencia no sería una buena noticia. Caballero indicó que la explicación detrás del descenso del precio es que “se destruyó la demanda”. “Tuvimos por varios meses incrementos consecutivos del precio de los fertilizantes que ha llevado a que las empresas y agricultores reemplacen el insumo por abonos naturales o simplemente reduzcan su aplicación, entonces, ha comenzado a bajar el precio”, señaló.
Fuente: Gestión