(Agraria.pe) Durante la Tercera Reunión del Grupo de Trabajo de Agricultura del G20, realizada este mes en Brasilia, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) e Insper Agro Global organizaron una sesión plenaria en la que representantes del sector privado y delegados de 19 países debatieron sobre cómo el comercio internacional de alimentos es fundamental para la seguridad alimentaria y nutricional en el mundo.
La sesión, moderada por Joaquín Arias, coordinador del Observatorio de Políticas Públicas para los Sistemas Agroalimentarios (OPSAa) del IICA, incluyó la ponencia “Comercio Internacional y Seguridad Alimentaria Global”, presentada por Marcos Jank, profesor senior de agronegocio de INSPER, una de las principales escuelas de negocios de Brasil. Lo ponencia fue realizada en conjunto entre INSPER y el IICA.
Además, contó con la participación de Gilberto Tomazoni, CEO global de JBS -la empresa procesadora de carne más grande del mundo-, quien presentó recomendaciones de política emanadas del B20, la fuerza de trabajo sobre Sistemas Alimentarios Sostenibles y Agricultura.
En el foro se expuso que en el mundo hay una creciente prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o severa en varias regiones, y que la proporción de personas subalimentadas ha aumentado, alcanzando los 735 millones de personas en 2022, con Asia y África siendo las más afectadas.
Además, aproximadamente 3 mil millones de habitantes a nivel global no acceden a dietas saludables.
Los choques económicos, las inestabilidades políticas y los extremos climáticos fueron identificados como los principales impulsores de la inseguridad alimentaria, y se concluyó que los bajos ingresos, la inflación alimentaria y los altos costos también limitan el acceso a alimentos y a dietas saludables, afectando desproporcionadamente a las poblaciones de bajos ingresos.
“Sesenta países en 2023 se encontraban en situación de inseguridad alimentaria, afectados por condiciones de inestabilidad política, económica y ambiental”, indicó Jank.
Jank puso énfasis en la capacidad exportadora de América Latina, resaltando el papel de la región como mayor exportadora neta, incluso por encima de Norteamérica, gracias a la posibilidad de hacer dos cosechas anuales, su amplia adopción de Siembra Directa y de integraciones agrícolas-ganaderas que producen mucho más por hectárea de commodities que Europa.
La sesión del Grupo de Trabajo sobre Agricultura del G20 contó con participación de representantes de países desarrollados y en desarrollo, así como con delegados de organizaciones internacionales.
Funciones fundamentales del comercio internacional
Ante esta situación, los participantes del panel expresaron que el comercio internacional desempeña un papel crucial en la mejora de la seguridad alimentaria global, enlazando los sistemas agroalimentarios, redistribuyendo la producción de alimentos y neutralizando los impactos negativos de los choques económicos, climáticos y de enfermedades.
Además, promueve la diversificación dietética, estabiliza los precios y mejora las normas de seguridad y salud alimentaria.
Sin embargo, se observó una dependencia creciente de las importaciones de alimentos en varias regiones, destacando la necesidad de políticas comerciales eficientes para garantizar la disponibilidad y accesibilidad de alimentos nutritivos.
La presentación incluyó datos del observatorio OPSAa, una de las iniciativas del IICA puesta en marcha por el Director General, Manuel Otero, según los cuales entre 2020 y 2022 los países con déficit neto en el comercio de alimentos alcanzaron niveles de hasta USD 5 000 per cápita, mientras que aquellos con superávit neto en el comercio alimentario llegaron a tener excedentes de hasta USD 10 000 por persona, evidenciando el papel fundamental del comercio internacional en promover el movimiento de los alimentos desde regiones excedentarias a regiones en déficit.
Insper y el IICA, con contribuciones del B20 y del T20, presentaron recomendaciones de políticas públicas al Grupo de Trabajo de Agricultura del G20 para impulsar el comercio y aumentar la seguridad alimentaria global, que incluyeron fortalecer el papel central de la Organización Mundial de Comercio (OMC), completar las negociaciones agrícolas y desarrollar un sistema global de etiquetado de alimentos.
También destacaron la importancia de la digitalización, la convergencia regulatoria y el apoyo a los acuerdos comerciales preferenciales para mejorar la integración de los mercados y la sostenibilidad ambiental.
“Es importante que las políticas reconozcan tres niveles de acción: acuerdos multilaterales y regionales, políticas comerciales nacionales y políticas macroeconómicas y sectoriales. Esto permite generar las condiciones necesarias y suficientes para que el comercio internacional cumpla su rol estratégico en el desarrollo y la seguridad alimentaria”, expresó Joaquín Arias, del IICA.
Agregó que, de esta manera, se puede complementar y lograr coherencia entre las políticas que surgen de los acuerdos multilaterales y regionales con políticas que reduzcan barreras comerciales, promuevan estándares ambientales sostenibles y aprovechen los acuerdos firmados.
“También es esencial implementar políticas fiscales y monetarias adecuadas, así como optimizar el uso de los recursos nacionales”, dijo Arias.
Las recomendaciones de políticas emanadas de esta sesión se presentan al Grupo de Trabajo de Agricultura del G20 como insumo para las próximas reuniones de Ministros de Agricultura y de Jefes de Estado del G20, que se llevarán a cabo en setiembre y noviembre de este año.
Datos
. Para acceder a la agenda y las presentaciones de los panelistas, visite los siguientes enlaces:
. 3ª Reunión del Grupo de Trabajo de Agricultura del G20, Brasilia: Click aquí
. Observatorio de Políticas Públicas para los Sistemas Agroalimentarios (OPSAa): Click aquí