Hugo Wiener, expresidente de la entidad de fomento, Clímaco Cárdenas de Conveagro y Eduardo Zegarra de Grade, coinciden en que hubo un desmanejo en la gestión a partir del gobierno de Kuczynski. Señalan además que el fondo Mi Agro que propone el Gobierno no podrá sustituirlo cabalmente.
(Agraria.pe) Se viven horas de definición. Horas que, posiblemente, marquen el fin de la historia del Agrobanco tal y como lo conocemos. Y es que a pesar de la oposición de gremios de pequeños y medianos productores y un sector de especialistas, el Ejecutivo parece haber tomado la decisión irrevocable de convertir a la institución de fomento en un fondo de nombre Mi Agro S.A., el cual recibiría un fondo de S/ 100 millones. De hecho a estas horas tanto los titulares de Economía como de Agricultura deben estar en el Congreso de la República sustentando esta metamorfosis financiera.
Pero, ¿por qué se llegó a esta situación? Los factores son varios, y muchos van hilvanados con la suspicacia de que en realidad estaríamos asistiendo al colofón de una historia que había sido premeditada políticamente desde el inicio de la gestión del expresidente Pedro Pablo Kuczynski.
Así lo ve, por ejemplo, Hugo Wiener, economista y expresidente de Agrobanco: “En el discurso de Kuczynski, cuando era candidato –y yo he votado por él- dijo que iba a darle plata al Agrobanco, y el banco no la necesitaba en ese momento, pero dijo que iba a subir el capital. Cuando entra el gabinete (Alfredo) Thorne (al MEF)…es él quien nombra al presidente de Agrobanco, no fue el ministro de Agricultura…entran al Agrobanco y se encuentran con que se ha endeudado en el exterior, que tiene créditos por aquí, que ha emitido bonos y tiene muchas colocaciones”.
Agrega que el Ejecutivo anuncia entonces públicamente a través del propio Thorne que había encontrado un desastre, adelantándose incluso al propio presidente del banco, Richard Hale, quien luego se suma a esta queja.
“Me he dado el trabajo de recoger todas las declaraciones, ver cuándo fueron dadas… si yo hubiera entrado en la posición del señor Hale y hubiera visto algo que no me cuadra con informes de la Superintendencia y auditorías, me hubiera tomado mi tiempo para ver estrategias para salir de eso, no a hacer bulla, porque la bulla afecta al sistema financiero y me hubiera traído unos ‘tigres’ de gerentes, no los que estaban ahí y eran de segundo nivel”, sostiene.
“Un fondo no sustituye a un banco”
Por su parte, Clímaco Cárdenas, presidente de Conveagro, apunta que con la desaparición de Agrobanco se está matando la posibilidad de financiamiento y desarrollo de 2.3 millones de productores peruanos, quienes quedan a merced de cajas rurales y banca de primer piso que impone tasas de interés de entre 25% a 45%.
“A nivel del mundo, en países ruralistas, los productores generan fomento con tasas de 2% a 6%; incluso aquí Agrobanco estuvo dando tasas de 20% hacia arriba y a pesar de ello vimos un revolving de dinero más intereses, pero el gran problema de Agrobanco fue que por un tema político se colocó a más de 700 millones a conocidos y grandes terratenientes en el Perú”, comenta.
En la misma línea crítica se mostró Eduardo Zegarra, investigador principal de Grade, para quien está claro que “el señor Kuczynski tomó una línea de destrucción de lo que había de Agrobanco. En sus primeras etapas de gobierno colocó en la gestión de la entidad a una persona muy ligada al Banco de Crédito y esa persona generó más desconfianza en Agrobanco, terminó así deteriorando una situación que era manejable”.
Lo más dañino, apunta, es que dicha directiva empezó a proclamar que era insolvente, con lo que las posibilidades de resolver los problemas disminuyeron. Asume que al convertir a la entidad en un fondo lo que se busca es evitar el tema y destruir el único instrumento de financiamiento de la pequeña agricultura en el Perú.
“Un fondo no sustituye a un banco, es otra cosa. Un fondo no va a poder encarar los problemas de cartera crediticia, manejo de riesgo agrario y va a limitar al Estado en su capacidad de generar instrumentos de financiamiento para la agricultura. Creo que es un error grave, se ha debido hacer un esfuerzo por relanzarlo (Agrobanco) con apoyo y compromiso político, técnico, para que funcione. Siempre los bancos agrarios reciben subsidios porque están prestando en una actividad riesgosa y dispersa en el territorio. No hay país en el mundo que haya desarrollado su agricultura sin una política de financiamiento del agro”, estima.
Finalmente, Hugo Wiener califica como “desafortunada” la decisión de terminar con la institución y que la creación de Mi Agro S.A. es solo una manera de postergar su agonía porque no podrá cumplir ningún objetivo político ni económico.
“Han dejado que se deteriore el banco, se les ha escapado de las manos, ¿qué se quiere hacer, ayudar a los productores o salir de una papa caliente? Esa es la cuestión”.