(Agraria.pe) Uno de los principales efectos de la pandemia del Covid-19 ha sido la escasez de mano de obra en todos los sectores, en especial el hortofrutícola, siendo uno de los cultivos más impactados en Chile la uva de mesa.
Carolina Cruz, presidenta de UVANOVA indicó que “otro factor que nos afecta hasta hoy es la disminución de la mano de obra disponible. Recordemos que al menos en fruticultura, las mujeres participan de manera importante en ciertas labores como son los arreglos de racimos y el embalaje de la fruta. Muchas de ellas se quedaron en casa cuidando a adultos mayores y a sus hijos”.
“Los bonos aportados por el Estado para mitigar los períodos de cuarentena han desincentivado el volver con normalidad a las actividades agrícolas, sobre todo durante el otoño/ invierno”, sostuvo.
Lo anterior generó diversas problemáticas, así lo confirmó Carolina Cruz: “Hemos tenido que sortear dificultades por el atraso en las labores y un aumento considerable en el costo de estas. Hay una alta rotación de personal en los campos, los contratistas no cuentan con la cantidad de personas a las que estaban acostumbrados, ya que principalmente ha bajado el número de inmigrantes que apoyaban en diferentes etapas, pero principalmente en las cosechas”.
“En uva de mesa, llegar en el momento oportuno a realizar ciertos trabajos como ajuste de carga y arreglo de racimos es clave para el resultado final, por lo tanto, en el afán de terminar a tiempo hemos sacrificado la calidad del trabajo y eso trae repercusiones posteriormente. Ejemplo de esto fue la lluvia de enero pasado donde cuarteles que no habían logrado racimos sueltos y parrones ventilados se vieron más afectados que otros”, afirmó.
En cuanto a las nuevas estrategias que han implementado desde UVANOVA, Cruz detalló: “Creemos que es el momento de aproximarnos cada vez más a intentar mecanizar algunas labores, tema que en uvas es bastante difícil ya que es una especie donde la mayoría de las labores son manuales, pero hay que ir proyectándose sobre todo con el uso de sistemas de conducción diferentes al tradicional parrón español, que permiten ingresar con maquinaria con implementos. Por ejemplo, para cortar follaje al centro de las hileras. Viraje a formas de conducción tipo Open Gable”.
“También estamos realizando podas cortas de cargadores de no más de 3 yemas, de manera de evitar amarrar y que el ajuste de carga y brotes sea más liviano en primavera”.
Temporada 2021
Chile se sitúa como uno de los mayores proveedores de uva de mesa del mundo. En la temporada 2021 Estados Unidos y China fueron los principales destinos de exportación.
De acuerdo con la presidente de UVANOVA “las variedades más exportadas siguieron siendo las tradicionales Red Globe, Crimson y Thompson S con 33.705.466 cajas equivalentes 8.2 Kg entre las tres. De las nuevas variedades ya cuentan con volumen importante: Timco, Sweet Celebration, Allison, Arra 15”.
La temporada en Chile abre normalmente con volumen en diciembre. Respecto a la finalización de la temporada, Carolina Cruz explicó “que fue muy complicado, por la falta de gente, que impidió cosechar fruta en el momento oportuno, por efectos de la lluvia había que limpiar y revisar exhaustivamente los racimos, los tránsitos estaban lentos, así que fue una temporada muy difícil de cerrar”.
Consultada sobre las proyecciones de volúmenes de exportación de uva de mesa, Cruz enfatizó: “Es temprano para dar un número oficial, pero debemos esperar volúmenes superiores a la pasada, si es que no hay eventos climáticos de importancia que alteren las producciones esperadas. Para la temporada pasada se esperaban más de 80 millones de cajas y se terminó exportando cerca de los 64.7 millones”.
“El crecimiento va a estar dado por la entrada en producción de huertos nuevos”, señaló Cruz, “pero la verdad es que la sequía, la falta de mano de obra y el alto costo de replantar parrones han desincentivado plantar uvas de mesa y hemos observado incluso una pérdida de la superficie plantada en los últimos 10 años. Por lo tanto, el crecimiento debiera ser más bien discreto”, sostuvo.
Sobre los cambios que tendrá está temporada de uvas respecto a la anterior, comentó que “los mayores desafíos estarán en la forma en que enfrentemos la falta de mano de obra y la competencia por esta, sobre todo en la RM y VI región con otras especies como cerezas que compiten con oportunidad en las labores. La sequía nos seguirá exigiendo un buen uso en la administración de este recurso”.
Debido a las incertidumbres que provoca el actual escenario, Cruz dijo que “no es muy seguro hablar de crecimiento para los próximos años, dado los resultados económicos de las últimas temporadas, las incertezas en materia social y política que enfrenta Chile hoy”.
“La pandemia no es un factor que se esté considerando como elemento de decisión, ya que todos esperamos que estemos en un proceso de evolución positiva. Hemos ido considerando los resguardos necesarios para seguir trabajando. De hecho, la actividad agrícola fue una de las pocas que se mantuvo activa durante la pandemia”.
“Por lo tanto, más que crecimiento lo que observaremos será el reemplazo de variedades tradicionales por las nuevas que se caracterizan por ser altamente productivas. Por lo tanto, aunque disminuya en algo la superficie, los volúmenes debieran al menos mantenerse. La competencia internacional marcará la pauta, así como la oferta de fruta mes a mes”, declaró.
Análisis de la industria: Desafíos y cambios
Carolina Cruz sostuvo que “a nuestro juicio los desafíos principales están enfocados a mejorar la eficiencia de la mano de obra y bajar los costos de producción. En países como Estados Unidos y España se utilizan alrededor de 130 a 150 JH, mientras que en Chile aún estamos en 280 a 300 JH”.
“A lo anterior se suman estrategias para mitigar efectos del cambio climático; mejorar la vida poscosecha de nuestras uvas, principalmente en calidad de raquis”.
Consultada con relación a los principales temas que la preocupan afirmó: “En lo inmediato la disponibilidad y costo de la mano de obra. Lograr la aprobación de System Approach para evitar fumigación en destino de las uvas chilenas. Este es un tratamiento que claramente deteriora la calidad de las uvas y nos hace menos competitivos respecto a industrias vecinas”.
“Y a futuro consolidar mercados y formas de comercializar las uvas”.
Sobe los aspectos que deberían cambiar en la industria hortofrutícola, Carolina Cruz dijo que “el aumento en el uso de tecnologías y el big data en todos sus procesos. Mejorar el apoyo y colaboración de toda la cadena productiva. Al unir esfuerzos se avanza más rápido. La relación exportadora / productor, programas genéticos/ productor a modo de alinear intereses y desarrollos”.
Fuente: Portal Frutícola