(Agraria.pe) El sector agrario en nuestro país continúa creciendo debido básicamente a la agroexportación, sin embargo, no sucede lo mismo con la agricultura tradicional, conformada mayormente pequeños y medianos productores que se dedican al cultivo de papa, arroz, legumbres y maíz, quienes debido a sus bajos recursos económicos y menos acceso a la banca, siguen tratando de defenderse frente a la crisis actual. Rubén Carrasco, presidente del Gremio para la Protección de Cultivos (Protec) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), habla sobre los retos que tiene el sector.
¿El sector agrario logrará resultados favorables al cierre del año?
El sector agrario tiene un ritmo ascendente debido básicamente a las agroexportaciones. En los ocho primeros meses del 2022, hemos experimentado un crecimiento en nuestras agroexportaciones, debido principalmente a la mayor venta de café (+204.7%), beneficiada por su mayor cotización en el mercado internacional (+45.9%). Adicionalmente, la exportación de fruta aumentó 8.4% en el mismo periodo, debido a las mayores ventas de arándano (+70.3%), uva (+13.5%) y limón Tahití (+78.8%).
Sin embargo, no sucede lo mismo con nuestra agricultura tradicional, conformada mayormente por agricultores pequeños y medianos que abastecen los mercados mayoristas de Lima y provincias. Nos referimos a los productores de papa, arroz, legumbres y maíz, quienes debido a sus bajos recursos económicos y menos acceso a la banca, siguen tratando de defenderse frente a la crisis actual, causada por los altos costos de los fertilizantes, del combustible y de la mano de obra. Se prevé que esta tendencia se mantendrá hasta el próximo año 2023.
Con la problemática en la agricultura tradicional ¿qué reformas se necesitan para alcanzar una mayor competitividad?
Lo primero es potenciar al Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), dotándolo de un mayor presupuesto, tanto para profesionales como para campos experimentales, en aras de apostar por el mejoramiento genético y los planes pilotos de semilleros para las regiones potenciales de producción de alimentos estratégicos, basada en la alta demanda alimentaria, como es el caso de arroz, papa y maíz.
Por otro lado, también es importante destrabar todos los proyectos de irrigación, tales como la tercera etapa del Proyecto Especial Chavimochic (PECH), el Proyecto de Majes - Siguas en Arequipa, Chinecas en el norte medio de Áncash y el Proyecto Especial Binacional Puyango Tumbes.
No olvidemos que anteriormente han salido varios proyectos en regiones que ahora son todo un éxito, como es el caso de Olmos y Chavimochic; sin embargo, hay regiones que aún no se suben al tren del desarrollo agroexportador.
¿Y para la agroexportación cuáles deben ser esas reformas?
Deben estar enfocados en que se generen condiciones propicias para la agricultura de exportación, ya que, frente a la crisis global alimentaria, el país se presenta como una gran despensa de alimentos, con oportunidad de crecimiento económico y de generar más empleo, principalmente en las regiones del interior del país.
En ese sentido, el país debería activar la Ley de Promoción Agraria, con el compromiso de potenciarla sobre otras regiones del país a través de la cooperación y la promoción de la asociatividad en regiones de agricultura familiar.
Asimismo, se debe potenciar los planes por tipo de cultivo, reforzando la base de la información alimentaria de los mercados mayoristas, campañas y áreas de cultivo, especialmente los estratégicos o más críticos por tratarse de la mayor demanda alimentaria, como es el caso de arroz y la papa.
En relación a la compra de fertilizantes ¿el gobierno debería seguir insistiendo en estos procesos?
Creo que el gobierno en vez de agotar esfuerzos en procesos fallidos, como la anunciada cuarta convocatoria para la compra de fertilizantes, debería enfocarse en reformas puntuales que favorezcan al agro, tales como los mencionados anteriormente.
Estos procesos de compra -que carecen de análisis técnico- solo generan incertidumbre, pues si bien todos quisiéramos que este cuarto proceso sea exitoso, existe un alto riesgo que no se dé debido a muchos factores; entre ellos el tema de fletes, el tipo de postor, los tiempos y la logística.
La seguridad alimentaria es responsabilidad de todos y en ese sentido, instamos desde la CCL, que el gobierno debería ser más dialogante porque se está dejando de lado la participación de profesionales destacados. Por tanto, es pertinente que prontamente el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) implemente una mesa de trabajo en el que se aborde la problemática del sector y se ofrezcan soluciones en el corto plazo.
Por otro lado, ¿se han logrado avances en tecnificación agraria de regiones?
Entre las innovaciones, una de las más relevantes es el riego tecnificado, el mismo que se ha implementado en aproximadamente 200.000 hectáreas en los últimos 15 años.
Nuestra agricultura tecnificada se encuentra más en la costa que en la sierra, desarrollándose sobre los desiertos, gracias a las inversiones que vienen ejecutando los agroindustriales, ubicados en gran parte sobre la costa, como por ejemplo La Libertad, Ica, Lambayeque, Piura y Arequipa.
Por el triple beneficio que esta genera, como la mayor productividad de los cultivos; los mayores ingresos netos de los productores; y el ahorro de agua; es que el gobierno debería propiciar y fomentar el uso sobre otras regiones del país como por ejemplo Tumbes, Áncash, Tacna, Junín; entre otras. Se necesita de la cooperación del Estado y el gremio de agroexportadores para trasladar los modelos de éxito hacia otras regiones, a través de la asociatividad.
¿Cuáles son los desafíos del sector agrícola para el próximo año?
Uno de los grandes desafíos es sin duda la seguridad alimentaria. En el mundo se vienen presentando grandes trasformaciones que van en detrimento de los campos de cultivo, como por ejemplo los efectos del cambio climático, sequías e inundaciones tanto de Asia como en Europa. Por otro lado, los conflictos y guerras siguen amenazando la seguridad alimentaria en toda su dimensión. En el Perú, a diferencia de otros países, tenemos una gran diversidad de cultivos y alimentos que nos podrían ayudar a mitigar la crisis alimentaria. Solo es cuestión de activar un Plan Alimentario donde participen todos los eslabones de la cadena agroalimentaria.
Los alimentos básicos del día a día son nuevamente la papa, el arroz, el trigo, el maíz, legumbres y frutas, por lo tanto, el gobierno debería robustecer los planes por cultivo, con un enfoque desde la base del mercado, semillas, tecnología y oferta.
Fuente: LaCámara