09 septiembre 2024 | 10:30 am Por: Redacción

El problema está en Brasil

El precio del café en Europa no va a parar de subir

El precio del café en Europa no va a parar de subir
El cambio climático afecta gravemente a las principales zonas de producción de café del mundo, pero no es la única amenaza del comercio de este producto.

(Agraria.pe) El café no se ha escapado de la escalada de precios que ha disparado el coste de la alimentación en todo el mundo en los últimos años. Es, después del agua, la bebida más consumida a nivel global que genera ingresos millonarios, pero también es uno de la de las materias primas básicas cuya producción está amenazada por el cambio climático, como ya sucede con el cacao. Y, también como le sucede al ingrediente del chocolate, el precio del café amenaza con volver a subir.

Aunque la inflación global se ha moderado este año, las perspectivas con el café no son buenas. Los expertos del sector llevan ya avisando en los últimos meses que no se espera una bajada de precios próxima, y las predicciones a medio o incluso corto plazo son aún menos halagüeñas. El principal culpable es la sequía.

Una sequía que está afectando gravemente a Brasil, el primer productor y exportador de granos de café del mundo y proveedor principal de la Unión Europea, que importa más de 980.000 toneladas de café brasileño al año, según datos de la Federación Europea del Café.

Ahora mismo las zonas productoras brasileñas están en plena estación seca, pero el invierno ha sido inusualmente seco y con temperaturas mucho más altas de lo normal en el país. El calor extremo y la falta de lluvias ha dejado suelos con una falta de humedad crítica para la planta del cafeto, que necesita unas condiciones muy específicas para poder crecer y desarrollarse con normalidad.

Además de la falta de agua y el calor, los cambios bruscos de temperaturas, los fenómenos extremos cada vez más frecuentes en todo el planeta, también afectan a los cultivos, especialmente las heladas, con efectos devastadores en el rendimiento productivo de las plantas.

"Brasil se ha visto afectado por estos eventos climáticos extremos más que la mayoría de las otras áreas debido a una combinación de tendencias climáticas recientes, eventos climáticos más extremos y frecuentes en las áreas cafetaleras del país, así como el impacto cíclico de la oscilación de El Niño en el Océano Pacífico, que amplifica aún más estos eventos", ha señalado a Food Navigator, Jon Davis, meteorólogo de la firma de gestión de riesgos de la cadena de suministro Everstream Analytics.

El fenómeno de El Niño, además, afecta de una manera muy concreta a las zonas productoras de Brasil, y tiene también efectos negativos en otros países productores, como la India o, especialmente, Vietnam, donde la sequía también está causando estragos precisamente en la fase de formación de las cerezas del cafeto.

No solo problemas climáticos
Los expertos recuerdan que el aumento de precios del café de los últimos tiempos no se explica únicamente por motivos climáticos. Según Paul Rooke, de la Asociación Británica del Café, "La energía global y la disponibilidad de personal son factores adicionales. El tostado del café es un proceso de alto consumo energético". Y la coyuntura económica internacional no va a ayudar a reducir esos costes.

En Europa, la crisis en el Mar Rojo también afecta al aumento de los precios, pues dificulta enormemente el comercio en las rutas de suministro entre Europa y Asia. Los problemas que se están viviendo en el Canal de Suez, con ataques de rebeldes hutíes, ha llevado a muchos buques a buscar rutas alternativas que aumentan considerablemente el coste del transporte, afectando al precio final.

A todo esto se suman las consecuencias derivadas de la legislación europea, que, en opinión de Giuseppe Lavazza, al frente de la compañía italiana Lavazza, solo pone más trabas en el camino. La nuevas normativas en materia de deforestación, cuyo objetivo es preservar la los bosques y reducir la deforestación global, podrían llevar a rechazar las exportaciones de café de muchos productores, por considerarse que proceden de zonas deforestadas.

Según Lavazza, muchos agricultores de países como Vietnam, Colombia, Indonesia o Brasil no disponen de los medios necesarios para mapear digitalmente sus fincas y poder demostrar que su café cumple con la legislación europea. Además, señala, es posible que muchas compañías tengan que invertir más en controles y auditorías, aumentando de nuevo los costes.

Las esperanzas del futuro
Contra los problemas políticos poco se puede hacer, pero sí son numerosas las iniciativas que se están desarrollando en todo el mundo para lograr un cultivo del café más sostenible, justo y resiliente, adaptado al cambio climático y a los nuevos desafíos que se plantean en materia agraria en los próximos años.

Organismos como World Coffee Research o Global Coffee Platform trabajan para identificar y desarrollar nuevos granos más resistentes y métodos de cultivo alternativos que sean además respetuosos con la tierra y los propios agricultores. Es un camino lento, pero que ya está dando sus frutos.

Precisamente la World Coffee Research acaba de anunciar el paso a una fase inicial de prueba precomercial para sus cuatro plantas híbridas de café, desarrolladas a partir de las líneas Geisha y Sarchimor de alto rendimiento, las cuales muestran resultados prometedores.

En 2022, la organización lanzó la Red Global de Mejoramiento de Arábica Innovea con la colaboración de nueve países para acelerar la mejora genética en café arábica. Esta red busca "impulsar la innovación, la modernización y la cooperación para satisfacer las necesidades de los agricultores y las demandas de la industria del café", y tiene previsto entregar 100 nuevas variedades de arábica en el año 2030, esperando que el primero de estos cafés llegue a los agricultores en 2036.

Fuente: Directo al Paladar

 

 

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