Próximo informe del IPCC advertiría que la producción agrícola mundial podría reducirse hasta un 2% cada 10 años, mientras que la demanda de alimentos aumentará un 14%.
Por: Redacción
Lima, 25 de marzo 2014 (Agraria.pe) Oxfam advirtió que el cambio climático podría causar un retroceso de décadas en la lucha contra el hambre el mundo por lo que está insuficientemente preparado para hacer frente a semejante reto.
La advertencia coincide con la reunión del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), que se celebra esta semana en Japón y en la que se acordará un nuevo informe científico que pone de manifiesto que el impacto del cambio climático sobre la producción de alimentos será mucho más grave de lo que se pensaba.
América Latina y el Caribe es una de las regiones más vulnerables al cambio climático y por tanto más propensa a sufrir los efectos de sequías, inundaciones y otros riesgos relacionados con este fenómeno. En particular, los pequeños agricultores, que producen en promedio el 70% de los alimentos consumidos en la región, están más expuestos a los efectos del cambio climático, que traerían graves consecuencias económicas y sociales para su sustento y el abastecimiento agrícola.
Al respecto, el representante de Oxfam en Perú, Frank Boeren señala que el cambio climático es la mayor amenaza para la lucha contra el hambre, hoy Perú enfrenta un año considerado como seco y que está poniendo en riesgo cultivos de algodón, arroz y maíz, especialmente en el norte.
Se espera que, en su quinto informe de evaluación sobre impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático que publicará el próximo 31 de marzo, el IPCC advierta que el cambio climático puede provocar una disminución en la producción agrícola mundial de hasta un 2% cada 10 años, mientras que la demanda de alimentos aumentará un 14%.
Oxfam estima que los precios de los cereales a nivel internacional se duplicarán para el año 2030. La mitad de dicho incremento será por los efectos del cambio climático. Aunque, se sabe que un aumento de la temperatura global de tan sólo 1.5 °C puede tener graves consecuencias para nuestro sistema alimentario, el IPCC establecerá en su informe un umbral de tres o cuatro grados, más allá del cual experimentaremos crisis alimentarias globales galopantes.
En ese sentido, hace un llamamiento a los Gobiernos y a las empresas para que actúen ahora desarrollando la resiliencia de las comunidades, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero y alcanzando acuerdos internacionales para hacer frente al cambio climático y, así, evitar que este sume a más personas en el hambre. El llamado es especial para los Estados que participarán de la COP20, reunión de las partes del panel sobre cambio climático, que se celebrará en Lima, Perú, en diciembre próximo.
El informe de Oxfam “Hambre y calentamiento global: cómo impedir que el cambio climático haga fracasar la lucha contra el hambre” analiza 10 ámbitos que, a medida que las condiciones climatológicas cambien, influirán cada vez más en la capacidad de los países para alimentar a su población. Estos ambitos son:
Financiación para la adaptación al cambio climático: Los países ricos se comprometieron a ayudar a los países pobres a adaptarse a los efectos del cambio climático. Sin embargo, apenas se ha proporcionado un 2% de los fondos que los países pobres precisan.
Riego de los cultivos: En California, los terrenos irrigados representan más del 80% de la tierra cultivable. En Níger, Burkina Faso y Chad, donde se producen sequías cíclicas, los sistemas de riego están presentes en apenas un 1% de la tierra cultivable.
Seguros de cosechas: Tan solo un 1% –o menos– de los agricultores en países pobres, como Malawi, cuentan con seguros agrícolas, en comparación con el 91% de los agricultores en Estados Unidos. Esto dificulta su recuperación ante la pérdida de sus cosechas debido a fenómenos climáticos.
Investigación y desarrollo en la agricultura: La diversidad genética de las semillas a nivel global ha disminuido un 75% en los últimos cien años, privando a las familias campesinas de variedades mejor preparadas para afrontar los cambios en los patrones meteorológicos.
Protección social: En todo el mundo, sólo el 20% de las personas tiene acceso a iniciativas de protección social adecuadas, como alimentación escolar gratuita o acceso a ayudas económicas cuando la disponibilidad de alimentos es reducida o su precio es demasiado alto.
Vigilancia meteorológica: La información suministrada por las estaciones meteorológicas permite a las familias agricultoras evitar la pérdida de cosechas. En California hay una estación meteorológica por cada 2.000 kilómetros cuadrados. En Chad hay sólo una por cada 80.000 kilómetros cuadrados.
Género: En los países en desarrollo, las mujeres representan el 43% de la mano de obra agrícola. Sin embargo, la discriminación dificulta su adaptación a los efectos del cambio climático.
Reservas de alimentos: Las reservas mundiales de grano están en niveles mínimos históricos. Si, debido a fenómenos meteorológicos extremos o a un clima errático, se perdiesen las cosechas de países productores clave, los precios de los alimentos podrían dispararse y provocar una importante crisis alimentaria.
Inversión en agricultura: Tan sólo cuatro de los 20 países africanos que Oxfam ha analizado en su informe han cumplido su compromiso de destinar un 10% de sus presupuestos nacionales a la agricultura.
Ayuda humanitaria en crisis alimentarias: El cambio climático podría provocar más crisis alimentarias y, sin embargo, la ayuda oficial al desarrollo ya tiene dificultades para hacer frente a las necesidades actuales. La diferencia entre la ayuda necesaria y la disponible realmente se ha triplicado desde 2001.
Dato
• El informe de Oxfam “Hambre y calentamiento global: cómo impedir que el cambio climático haga fracasar la lucha contra el hambre” está disponible en www.oxfam.org/justiciaclimatica