(Agraria.pe) Durante los últimos años, la tendencia a la baja de las agroexportaciones chinas se veía venir, pues los envíos del gigante asiático empezaron a quedarse estancados. Desde 2019 hasta inicios de 2023, se registró un incremento de tan sólo 5%, lo cual generó preocupación dentro del territorio asiático, pero, a su vez, avivó oportunidades para el desarrollo de otros países, como Brasil y Perú.
En 2021 se registró el mayor incremento anual de las agroexportaciones de China, con 2.4%, pero este no pudo mantenerse para el siguiente año, dado que no se pudo superar el 1.8%, llegando a sumar más de US$ 30.000 millones exportados. Y en lo que va del año, los problemas climáticos han afectado negativamente algunos de los cultivos chinos, por lo que no se espera un mejor resultado. Las intensas lluvias registradas desde junio, por ejemplo, afectaron a uno de los principales productos agrícolas de China: el trigo.
Pero el clima no es el único factor que afecta a las agroexportaciones de China. La evolución de su economía también influye directamente en los envíos. La inflación y el encarecimiento del costo de la vida por la guerra en Ucrania han hecho que países como China se enfrenten a una caída de la demanda interna y de la inversión privada. Ello ha generado un menor interés en la expansión agrícola y ha contribuido a retraer el volumen exportado de muchos productos.
Productos exportados afectados
A causa de las intensas lluvias registradas en el país asiático desde el mes pasado, la cosecha de trigo del centro de China se ha visto afectada. Las constantes precipitaciones han llegado a perturbar a localidades como Luohe, Zhumadian y Xuchang, situadas en Henan, el cual es uno de los principales graneros de este país, y se esperaba que, para este año, este representase casi el 30% de toda la producción de dicho cereal, pero difícilmente logrará la meta.
Asimismo, el exceso de lluvias ha generado una disminución del peso del grano, provocado por la insuficiente luz solar, lo cual ha hecho que se lleguen a deteriorar grandes cantidades cultivadas de trigo. Y si bien el cereal dañado no podrá exportarse, podría utilizarse para el mercado interno chino, pues este podría ser aprovechado como insumo para la elaboración de otros productos, como el alcohol industrial, y con ello recuperar parte de lo invertido.
Lo que hay que resaltar es que este no sería el primer año en el que le iría mal al cereal. Desde 2019 se viene registrando una caída promedio anual de 7% en los envíos de este producto, lo cual, sumado a los problemas climáticos de este año, lleva a esperar un resultado peor al ya esperado (que de por sí ya incorporaba una caída).
Otro de los productos afectados ha sido el jengibre. Y al igual que con el trigo, es un producto que viene mal hace algunos años. En este caso, la caída en los envíos se pudo evidenciar desde 2021, cuando llegó a bajar casi 22% con respecto al año anterior. Y se agravó en 2022, con una merma de más del 40%. Este año el jengibre habría sufrido debido a problemas internos, relacionados con la economía del país. Al iniciar 2023, la oferta de este producto estuvo muy por debajo de lo previsto, lo cual sorprendió a muchos y dado que China es por mucho el líder global, su constante caída ha favorecido a distintos países, siendo posiblemente el Perú uno de los más beneficiados.
Mercado interno chino
Durante los últimos años, China ha dependido de la soya, tanto para la ganadería como para la producción del aceite para cocinar. Gran parte de este grano ha provenido de distintos países, especialmente de Brasil, el cual ha llegado a representar el 60% de todas las importaciones del producto. Una de las razones por la cual la soya ha sido uno de los productos que los agricultores chinos no se han atrevido a cultivar, a pesar de la disponibilidad de tierras, ha sido la baja rentabilidad que tiene por su bajo precio en el mercado internacional.
Sin embargo, para este año, gracias a políticas de apoyo del Gobierno chino y a distintas medidas tomadas, los agricultores han aumentado su interés por este grano. El Gobierno busca aumentar la autosuficiencia del país, dado que de este producto depende gran parte de la alimentación china, y depender de importaciones le representa un riesgo. Para este año, se estima que China aumentará en 666.600 hectáreas las tierras de cultivo de soja, lo cual pondría en alerta a Brasil, dado que estarían perdiendo participación en el mercado chino por un aumento de oferta interna.
Fuente: Fresh Fruit