20 septiembre 2019 | 08:43 am Por: Edwin Ramos | prensa@agraria.pe

En San Martín

Café Circular: el proyecto que busca convertir más de 62 mil quintales de pulpa en 1.050 Tm de abono orgánico

Café Circular: el proyecto que busca convertir más de 62 mil quintales de pulpa en 1.050 Tm de abono orgánico
Agricultores de la asociación Cuencas del Huallaga y de OLAM Agro Perú, ingresarán, de la mano con la tecnología, en una nueva era productiva que busca no dejar un solo desecho sin usar a lo largo de toda la cadena caficultora.

(Agraria.pe) En un entorno donde es cada vez más crítico tener una conciencia ambiental, los esfuerzos por llevar las cadenas productivas de la agroindustria hacia modelos autosostenibles son encomiables. Este es el caso del proyecto “Café Circular en Perú” que, tomando el principio de la economía circular (que todos los desechos de un proceso productivo pueden reutilizarse), propone a 1600 caficultores de San Martín reducir progresivamente el nivel de desechos hasta eliminarlos completamente en este ciclo.

Ezio Varese, gerente general del programa de café y cacao de la ONG Solidaridad, entidad abocada al trabajo en commodities a nivel global, explicó que en cada eslabón de la cadena productiva y de comercialización del café se generan diversos desperdicios que pueden encontrar mejor fin. En el caso de Perú, el proyecto se trabaja con 100 productores de la asociación Cuencas del Huallaga, así como con 1500 de la transnacional OLAM Agro Perú.

La iniciativa, que durará tres años, tranferirá tecnología de Café 2.0 -caficultura climáticamente inteligente- a estos agricultores. Así, según el vocero, se espera que unos 62.450 quintales anuales de pulpa de café se conviertan en 1.050 Tm de compost o abono orgánico. Este producto se incorporará a los suelos donde se cultiva el café, lo que significará una importante reducción en el costo de fertilización y abonamiento de hasta un 15%.

Asimismo, los 174.720 m3 de aguas contaminadas que suelen generarse en estos procesos, gracias a la tecnología, se reducirán a 35.000 m3, los cuales también se convertirán en abonos líquidos para las fincas.

“Al final del proyecto, cada año, vamos a reincorporar estos desechos a manera de abono a las mismas fincas. Con eso vamos a dejar de contaminar zonas de producción y el ambiente, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero y bajaremos los costos productivos de los caficultores porque necesitarán menos fertilización”, subrayó Varese.

A esto se sumará un incremento en la producción estimado de 20%, lo que quiere decir que los 13 quintales por hectárea al año que produce un agricultor en San Martín, se convertirán en 15.20 quintales. Este impulso significará que en los tres años del proyecto se producirán 8.800 Tm de café circular de exportación en cuyo desarrollo habrán participado 3.350 Tm de compost y 105.000 m3 de abonos líquidos. Todo a partir de los propios desechos de la cadena productiva.

Agroforestería y comercialización
Para complementar este panorama, se incluirán acciones de agroforestería con madera comercial, para que el café con sombra (que solo servía para leña) pueda ahora producirse con especies comerciales como tornillo, capirona y bolaina, entre otros, que permitirán en el largo plazo abastecer al mercado local de madera. La idea es que en un ciclo productivo de 20 años, el caficultor renueve su finca y coseche estos árboles, de cuyo comercio pueda obtener hasta S/ 60 mil, lo que le permitiría resembrar sus parcelas sin acudir a entidades financieras a pedir préstamos.

Asimismo, desechos como la cascarilla de café puede convertirse en combustible para quemar ladrillos o secar el propio café con algún aditivo natural, lo que reduciría la cantidad de insumos que afectan la atmósfera.

En otro eslabón de la cadena de comercialización, el tostador, Jacobs Douwe Egberts (JDE), uno de los más importantes del mundo y con sede en Holanda, se encargará moler, empacar y distribuir a los supermercados y cafeterías, comprometiéndose además a recoger la borra (lo que conocemos como “concho”) del producto una vez que este ha sido servido y reutilizarlo en la fabricación de tableros. La venta de estos productos irán a un fondo revolvente para los pequeños productores peruanos con la administración de OLAM Agro Perú con el fin de aplicar microcréditos.

Ezio Varese remarcó además que en este proyecto es importante el acompañamiento que hará el Serfor (dependencia del Ministerio de Agricultura y Riego), quienes hace ocho años facilitaron una norma para la cesión de uso de sistemas agroforestales en la selva de territorios sin títulos de propiedad, lo que garantiza un estatus legal firme de 40 años para los productores. Esta base servirá para que sean visibles en el sistema financiero y los registros públicos, además de utilizar el título para hipotecas en caso necesiten créditos para trabajar su tierra.

En este afán, el Gobierno Holandés está invirtiendo casi 3 millones de euros. Una gran inversión que puede marcar una nueva era productiva y ecológica para toda la caficultura peruana.
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