Latinoamérica es la principal región proveedora de café arábica para este país europeo. Perú ha mantenido despachos a este destino con un crecimiento promedio de 3.8% entre 2014 y 2018. Hay espacio para más exportadores, pero se debe considerar sus altas exigencias.
(Agraria.pe) Bélgica obtuvo el 98% de sus importaciones de café en 2018 directamente de los países productores. Hoy son tres los grandes proveedores en dicho mercado: Brasil, Vietnam y Honduras, que, en conjunto, representan alrededor del 58% del total de colocaciones de café verde.
En el país europeo, el creciente interés por el café certificado de alta calidad observa con especial interés su origen, trazabilidad y el impacto social de la cadena de producción y comercialización. Es una característica que debe tener en cuenta todo exportador interesado en alcanzar este mercado.
Según refiere el Centro para la Promoción de Importaciones de Países en Desarrollo -CBI, es fundamental cumplir los requisitos estrictos que establece la Unión Europea para ingresar a la plaza belga, los cuales pueden incluir requerimientos legales y no legales, solicitudes adicionales relevantes al mercado y específicaciones según los nichos específicos a los que se dirija el producto.
“Estas reglas (de la Unión Europea) estriban principalmente en la seguridad alimentaria, donde la trazabilidad y la higiene son los temas más importantes. Se debe prestar atención especial a las fuentes específicas de contaminación como son pesticidas, micotoxinas y salmonela (aunque el café es considerado de bajo riesgo)”, apunta la institución.
El café verde se clasifica según su calidad en diferentes grados y si bien no hay un sistema específico para aplicar, se suele usar el estándar de la Specialty Coffee Association como punto de referencia. En esta clasificación se consideran variantes como altitud y región, variedad, preparación, tamaño del grano, número de defectos, calidad en taza y densidad.
El café especial es clasificado de acuerdo a su perfil de taza, por lo que su fragancia, sabor, regusto, balance, acidez, dulzor, uniformidad y limpieza son importantes en este proceso. “Si usted vende cafés especiales, es importante que los compradores conozcan la puntuación de taza de su café. Aunque no es obligatorio, podría ser relevante incluir esta información a la documentación del café que está exportando”, apunta el documento.
Cabe resaltar que el importador belga puede tener como objetivo re-exportar el café que adquiere, por lo que los compradores posteriores en la cadena pueden agregar diversos requerimientos en cuanto a certificaciones o características que impactarán en el vendedor original.
¿Cómo ingresar a este mercado?
El CBI señala que los exportadores tienen diferentes canales para llevar su café al mercado de Bélgica, lo que dependerá de la calidad y capacidad de provisión. Se debe tener en cuenta que cadenas de suministro cortas son la tendencia en Europa, lo que significa que los retailers y las empresas tostadoras de café están comprando su café verde de manera más directa.
En Bélgica, aproximadamente el 94% de consumo en mercado final consistió de café tostado, en tanto que el 6% restante fue para café instantáneo y extractos. Los despachos de café verde ingresan principalmente por los puertos de Amberes y Brujas, por lo que la mayoría de comercializadores del producto están localizados cerca de estos. En general, los importadores venden los granos verdes a empresas tostadoras o re-exportan a otros compradores europeos.
“Si usted es un exportador de café verde en grano y puede ofrecer grandes volúmenes (10 containers o más), debe buscar ingresar al mercado belga a través de grandes empresas improtadoras. Estas usualmente tienen agentes u oficinas de representantes en los países productores, los que pueden ser su primer punto de contacto”, recomienda.
Los comercializadores especializados estarán interesandos en puntajes de taza altos (80 puntos o más), además de certificación de sostenibilidad como la orgánica o de comercio justo o de origen único. Muchos importadores de este tipo prefieren trabajar directamente con los productores o cooperativas.
En el caso de los tostadores, estos compran generalmente los granos en los países de origen, aunque eventualmente acudan a importadores.
Competencia en el mercado y posición peruana
El reporte apunta que la competencia es alta para el café común con poco valor agregado, un segmento que está dominado por grandes proveedores y cooperativas que pueden proveer grandes cantidades, lo que les permite competir en precio. Competir en este segmento es muy difícil para empresas medianas y pequeñas.
En cambio, el nivel de competencia es generalmente menor en el mercado de cafés especiales, donde los volúmenes son más pequeños y el foco está en la calidad, origen y sostenibilidad. Sin embargo, el punto de ingreso a este segmento es mucho más alto y puede exigir más inversión.
Para Bélgica, Latinoamérica es la región que más le provee café Arábica. De hecho, Brasil es su mayor proveedor y logró colocaciones en dicho mercado por 69 mil toneladas en 2018. Otros proveedores son Honduras, que exportó 28 mil toneladas en 2018, y Perú, que colocó 22 mil toneladas.
“Los despachos de Perú a Bélgica se han incrementado en un promedio de 3.8% entre 2014 y 2018. Un gran segmento del café peruano es producido orgánicamente; Perú es el tercer mayor productor de café orgánico. El país andino se ubica en la cuarta posición entre los productores con certificación de sostenibilidad, lo que le da a Perú una ventaja competitiva para promocionar sus cafés especiales. Perú promueve activamente su café de origen único y alta calidad, presentando recientemente su marca nacional ‘Cafés del Perú’ al mercado internacional”, destaca el CBI.
Otro jugador relevante es Colombia, aunque sus despachos a Bélgica son menores: 14 mil toneladas en 2018 . Sin embago, destaca la marca Café de Colombia pues está registrada como procedencia geográfica protegida en Europa, lo que es una característica única entre los países productores.
Dato
Perú representa el 8% de las importaciones de café verde en el mercado belga.
