(Agraria.pe) Si bien la situación varía en las diferentes zonas y persisten focos con distintos niveles de sequía, las condiciones climáticas para la producción agropecuaria han estado mejorando en el Cono Sur y hoy ofrecen perspectivas positivas en buena parte de los territorios, señala un informe elaborado por especialistas de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
El estudio, solicitado al Programa Cooperativo para el Desarrollo Tecnológico Agroalimentario y AgroIndustrial del Cono Sur (PROCISUR), fue presentado a los ministros y altas autoridades del área de Agricultura de los países que integran el Consejo Agropecuario del Sur (CAS), durante una reunión en París. El encuentro de trabajo se realizó en la capital francesa porque allí tiene lugar esta semana la Asamblea General de la Salud Animal (OMSA), institución clave para los sistemas productivos y el comercio alimentario de la región.
El CAS, cuya secretaria técnica está a cargo del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), es el foro de consulta y coordinación de acciones regionales integrado por los ministros de Agricultura de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
En la reunión participaron Fernando Vilella, Secretario de Bioeconomía de Argentina y presidente pro tempore del CAS; Fernando Mattos, ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay; Esteban Valenzuela, ministro de Agricultura de Chile; Carlos Goulart, Secretario de Defensa Agrícola de Brasil; José Carlos Martin, Presidente del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (SENACSA) de Paraguay; y Manuel Otero, Director General del IICA.
Mayor disponibilidad de agua
Luego de las condiciones de extrema sequía que afectaron a la región centro y sur de América del Sur con severos impactos económicos y sociales, durante el verano y el otoño se han revertido estas condiciones, en diferente grado en las diferentes zonas, dice el informe preparado por Pablo Mercuri (INTA de Argentina), Giampaolo Pellegrino (EMPRABA de Brasil), Gustavo Chacón (INIA de Chile), Edgar Mayeregger (MAG de Paraguay) y Guadalupe Tiscornia (INIA de Uruguay).
Así, en muchas regiones, a partir de enero a marzo comenzaron a registrarse lluvias significativas que regularizaron la disponibilidad de agua en el suelo y en las diferentes cuencas y reservorios naturales.
El informe advierte, sin embargo, que persisten focos con distintos niveles de sequía en áreas de Chile y Argentina lindantes con la Cordillera de los Andes, norte de la región cuyana, áreas del Gran Chaco y el Mato Grosso de Brasil.
El texto se refiere también a la catástrofe del estado brasileño de Río Grande do Sul, donde las inundaciones han provocado pérdidas humanas y dejaron a cientos de miles de personas sin hogar.
Los especialistas indican que la recuperación de este inmenso impacto llevará varios meses y se necesitarán planes de recuperación, prevención y preparación para reducir el impacto de futuros desastres.
En la Gran Cuenca del Plata, que abarca el norte y centro este de Argentina, Uruguay, Paraguay y el sur de Brasil, el estudio explica que se viene produciendo un aumento de los contenidos de agua en el suelo y también recarga de cursos de agua y tajamares. Sin embargo, las intensas lluvias e inundaciones en el sur de Brasil provocaron importantes pérdidas en la producción agropecuaria.
En el Gran Chaco, incluido el Pantanal brasileño, como se espera que la temperatura proyectada sea ligeramente superior a lo normal y las precipitaciones puedan estar por debajo del promedio, se espera un aumento en la probabilidad de sequías leves a moderadas.
El informe revela, además, que en la zona altiplánica, que abarca el norte cordillerano de Chile, este de Bolivia y sur de Perú, el fenómeno de El Niño se está debilitando, y podría haber precipitaciones más importantes durante el verano.