El ex ministro de Economía defendió la prórroga de la Ley de Promoción Agraria pues otorga predictividad para actividades clave en la diversificación de nuestra estructura productiva y el empleo formal.
(Agraria.pe) Sumó su voz al debate. A través de su cuenta de Twitter, el ex ministro de Economía y Finanzas del gobierno de Ollanta Humala, Alonso Segura, se expresó a favor de la reciente promulgación de la prórroga de la Ley de Promoción Agraria hasta el año 2031.
En un primer comentario, dijo que “la prórroga y mejoras en la Régimen Agrario permiten darle predictividad a actividades clave en la diversificación de nuestra estructura productiva y la generación de empleo formal, que están aún lejos de alcanzar su potencial. El país necesita más motores de desarrollo”.
A continuación, esgrimió los datos que, a su juicio, dan peso a la desición del Ejecutivo de otorgar la extensión que solicitaban los agroindustriales: las exportaciones del sector se multiplicaron por 10, alcanzando los US$ 6.500 millones, convirtiéndose en el segundo sector exportador después de la minería; los más de 400 mil empleos formales y 2 mil empresas beneficiadas. Asimismo, dijo que los ingresos de los trabajadores formales agrarios duplican el de los informales, y que Perú ya cuenta con siete productos entre los Top 5 del mundo.
Cabe resaltar que esta aseveración fue observada por el economista Kurt Burneo, quien respondió a Segura a través de la misma red social preguntando si tras 20 años de vigencia de la ley se podía estar claro sobre cuánto de dichos resultados derivaban de la competitividad de las propias empresas y cuánto de los subsidios otorgados. “¿Qué evaluación previa a extensión del régimen se hizo? Habría predictibilidad, pero de resultados no sostenibles sin subsidios, ¿por qué no subsidios sujetos a resultados?”, inquirió.
Finalmente, Alonso Segura subrayó que la agroindustria peruana “es una clave historia de éxito, de las pocas que tenemos como país, particularmente en diversificación productiva”. Sin embargo, reconoció que aún existe mucho potencial no desarrollo y que los beneficios en este caso, sumados a otras variables, han funcionado. Por ello, concluyó con una pregunta: “¿Tendría sentido arriesgarlo?”.