10 octubre 2011 | 10:33 am Por: Redacción

“Trabajo infantil en los andes” – valoración, conflictos y contradicciones

69% DE NIÑOS Y ADOLESCENTES DE HUANCAVELICA APRUEBAN TRABAJAR

69% DE NIÑOS Y ADOLESCENTES DE HUANCAVELICA APRUEBAN TRABAJAR

Asimismo, el 40% de los adolescentes opinó que el trabajo enseña, el 17,8% asumen que están en plena capacidad de trabajar, un 15,6% que deben laborar porque el dinero no alcanza en la familia, la misma cantidad resaltó que el trabajo enseña responsabilidad y el 11,1% que simplemente se debe trabajar

Por Raúl Yaipén Carranza

Lima, 10 Octubre (Agraria.pe) Sin cambios. En el Perú las cifras del trabajo infantil siguen creciendo, según la encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) de 2008, de todos los niños y niñas entre 6 y 13 años que trabajan, el 83% vive en aéreas rurales y en su mayoría dedicados a la chacra familiar (labores agrícolas) o al pastoreo de animales.

Y con el objetivo de profundizar el análisis de esta problemática, Fundación Telefónica en colaboración con el Instituto de Estudios Peruanos (IEP) y el proyecto Solidaridad por la Infancia, han editado el libro “Trabajo Infantil en los andes” del sociólogo Walter Alarcón Glasinovich, que analiza el trabajo infantil indígena en los niños y adolescentes del departamento de Huancavelica.

En la publicación, el autor contextualiza y ubica a Huancavelica como la zona con mayor índice de pobreza en el Perú, con el 66,1% de la población en estado de pobreza y entre el 23,9% al 28,6% en pobreza extrema (ENAHO, INEI, 2010).

La investigación se centra específicamente en las comunidades de: Chopccapampa, Chuñunapampa, Huachhua, Tinquerccasa, Putacca y Ñuñungayoc, presentando la problemática del trabajo infantil en las zonas rurales, desde la perspectiva cultural de los propios actores.

Para Mario Coronado Barriga, director de Fundación Telefónica en Perú, esta investigación servirá como herramientas en la elaboración de políticas eficaces sobre el trabajo infantil, ratificando el compromiso de la institución para proponer nuevas aproximaciones de solución a la problemática de explotación laboral infantil en el país.

Heterogeneidad y estructura productiva agraria en el Perú

Del mismo modo, Walter Alarcón sostuvo que el estudio ha permitido establecer un consenso, en admitir que, en el Perú, el escenario rural del campo es una realidad heterogénea.

“Para entender las especificidades del trabajo infantil en las economías campesinas familiares, exige describir la heterogeneidad de la estructura productiva rural en el entendimiento de que las características, dinámicas y consecuencias del trabajo en los niños y niñas es diferente según el entorno económico y social donde se inserte”, señaló Alarcón.

Siendo que en el departamento de Huancavelica, el porcentaje de la propiedad agrícola empresarial es de solo el 4% (más de 25 Has, asalariada adecuadamente), la considerada no empresarial es de 41% (entre1 y 2 Has, familiar y asalariada eventual) y el 55% de las Has restantes le pertenecen a campesinos de nivel medio o pobres (menos de 1 Ha).

Trabajo o ayuda

Tras un arduo trabajo, de entrevista, evaluaciones personales y grupales, se concluyó que los familiares (padres), denominan al trabajo que realizan los niños y adolescentes como “ayuda a trabajar”.

Además, el 80% de los niños y niñas aprueban mayoritariamente el ayudar en el trabajo de campo a sus padres y el 69% de los niños toma de manera positiva el trabajo adolescente fuera del entorno familiar. Existiendo una línea de continuidad para su participación laboral, asumiéndola como parte de su desarrollo normal.

Contradicciones y conflictos entre el ciclo agrícola y escolar

Asimismo, es importante destacar una contradicción que aparece en todos los estudios sobre trabajo infantil urbano, entre el trabajo y el estudio, sobre todo cuando los ciclos agrícolas y escolares se mezclan, en las épocas de siembra y cosecha (épocas en que la ausencia escolar es evidente).

Al respecto, el estudio resolvió que el 31,2% de los adolescentes cree que el trabajo de los adolescentes en el campo afecta sus estudios, el 17,9% opinó que los hace fuertes, el 15% que no deben trabajar, el 13,2% que afecta su desarrollo físico y el 23% simplemente no respondió.

Además, los mismos encuestados opinaron que el trabajo enseña (40%), que los adolescentes están en capacidad de trabajar (17,8%), que lo hacen porque el dinero no alcanza en la familia (15,6%), que el trabajo enseña responsabilidad (15,6%) y que, simplemente, se debe trabajar (11,1%).

En base a los resultados, el autor concluye que desde la visión de los niños, adolescentes y adultos comuneros, el problema no sería el trabajo infantil en economías de subsistencia, sino que parecería que la mentalidad colectiva, el concepto tendría carácter ambivalente siendo un espacio de formación, sociabilización y reconocimiento que deben ser aminorados o eliminados.

“El tema de fondo es la profunda pobreza, resultado de la escasez absoluta de tierras, tecnologías, dificultad de acceso al crédito, falta de infraestructura vial, insuficiente articulación con el mercado nacional e internacional, creo que la discusión debe girar en cómo se pueden modernizarse la comunidades campesinas y solo en ese contexto incluir el tema especifico del trabajo infantil y sus riesgos reales”, concluyó Walter Alarcón Glasinovich.

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