Al momento en que se aprobó la Ley 27360 (año 2,000) nuestro país no superaba los USD 700 millones en agroexportaciones. Para el 2011, nuestro país debe superar los USD 4,300 millones en agroexportaciones
Redacción
Lima, 09 Diciembre (Agraria.pe) El 10 de noviembre, la Comisión de Trabajo del Congreso de la República aprobó modificar la Ley 27360 en lo que compete al capítulo laboral, lo que en la práctica elimina la flexibilidad de contratación del Régimen Agrario. Esta propuesta de Ley (Proyecto 2545/2011) aún debe ser aprobada por el pleno del Congreso y promulgada por el Ejecutivo.
Al respecto Agraria.pe conversó con el Ing. Ángel Manero Campos, Administrador del Grupo Agronegocios a fin de conocer el impacto que pueda tener esta medida en la región andina de nuestro país.
¿Ing. Manero, cuál es su opinión acerca de la propuesta de Ley que modifica la Ley 27360?
Primero debo decir que La Ley de Promoción Agraria (27360) y cuya vigencia terminaba el 31/12/2011 fue extendida en sus beneficios -mediante la Ley 28810- hasta el 31/12/2021. Es decir el sector agrario y la agroindustria ya tenía un marco regulatorio promotor definido hasta el año 2021 y todo cambio a las reglas de juego debería hacerse por consenso.
Al momento en que se aprobó la Ley 27360 (año 2,000) nuestro país no superaba los USD 700 millones en agroexportaciones. Para el 2011, nuestro país debe superar los USD 4,300 millones en agroexportaciones, es decir hemos multiplicado por seis nuestra oferta exportadora agrícola, actividad que se desarrolla en el sector rural y como bien se ha reconocido en la última CADE: la actividad agroexportadora se debe seguir fortaleciendo pues constituye un sector competitivo que diversifica nuestra economía.
Del mismo modo, este año los contratos laborales deben bordear los 300,000 registros, es decir casi veinte veces el número de empleos formales que tenía el sector agrícola en el año 2,000. Esta formalización del empleo ha bancarizado a un nuevo segmento de la población haciéndolos sujetos de crédito y con acceso a la seguridad social.
Pero, si el sector agroexportador ha crecido entonces debe estar más solvente como para pagar los beneficios laborales.
Allí hay errores de concepto. Primero, la Ley 27360 no les baja el sueldo a las personas, puesto que las dos gratificaciones y la CTS se incluyen en el jornal diario, por este motivo el sector agrario tiene un jornal nominal mayor que el de otras industrias.
La flexibilidad laboral no va por el tema del sueldo, va por el tema de la contratación a plazo determinado. Por ejemplo si vamos a necesitar personal adicional por cuatro meses, bajo el régimen general tengo que contratar a plazo indeterminado y luego de los cuatro meses despedir a estas personas. Pero cómo se puede llamar despido a esto si ya se sabía que “la chamba” se acababa en cuatro meses.
Además, hay que decir que no solo el sector agroexportador se ha beneficiado de esta medida pues también parte del agro orientado al mercado interno como los productores de azúcar, de leche y arroz se han beneficiado. Aunque probablemente no se ha aprovechado mejor este mecanismo porque no se ha permitido que las asociaciones y cooperativas puedan acogerse. Del mismo modo la falta de titulación ha impedido que los pequeños productores puedan afiliarse a ESSALUD.
Es necesario masificar el acceso de la seguridad social al campo. Hay que hacer más inclusivos los beneficios de la Ley 27360 y no pensar en recortarlos, incluso debería extenderse a la actividad forestal y su industria.
Adicionalmente, se debe criticar que medidas administrativas pueden hacer perder el beneficio de acogerse al régimen agrario. Por ejemplo el retraso en el pago de ESSALUD puede hacer que la empresa o agricultor pierda el beneficio e inclusive SUNAT pueda multar y obligar a las empresas a rehacer sus Estados Financieros como si estas estuvieran en el régimen general, cuando la medida sancionadora pertinente solo debe ser cobrar la deuda con moras e intereses.
¿Qué efecto en las utilidades de las empresas representa eliminar esta flexibilidad laboral?
Hay que tener en cuenta que el Perú es competitivo a nivel mundial con su oferta agroexportadora, pero ser competitivo no necesariamente es sinónimo de ganar mucho dinero. En nuestro caso tenemos una infraestructura de carreteras por mejorar, ausencia de transporte ferroviario, puertos y fletes marítimos con cierta ineficiencia; todo esto impacta en los márgenes de utilidad sobre ventas.
¿Qué impacto puede tener en la sierra mantener los beneficios de la Ley 27360?
Muchas veces cometemos el error de ver a las regiones como compartimientos desconectados. El Perú se encuentra en crecimiento sostenido desde hace 20 años, lo cual está permitiendo un proceso de capitalización de las familias y empresas. Cuando las familias se capitalizan se fortalecen los mercados internos, hay mayor demanda y mejoran los precios para nuestros productos; adicionalmente se masifica el turismo interno y con ello mejoran las economías regionales. Cuando las empresas se capitalizan a un nivel importante empiezan a explotar oportunidades de inversión más allá de las ciudades costeras.
En el desarrollo de la Sierra se necesita la participación de las empresas agroexportadoras afincadas en la costa -y también de la selva- necesitamos de capital financiero, humano y articulación comercial para dinamizar polos de desarrollo en el ande.
Este es un proceso que ya se está dando, cuando vemos empresas que se instalan en Ayacucho para obtener una palta cosechada en contra-estación a la costa, cuando la alcachofa se desplazó de la costa norte a Arequipa, cuando se empieza a cultivar nuevas hortalizas en el valle del Mantaro y alrededores, cuando en la sierra de Lima de cultivan los berries o duraznos y la lista continúa.
¿Solo las agroexportadoras costeñas podrán desarrollar la sierra?
No. Todo crecimiento orgánico debe partir de adentro hacia afuera. La transferencia de capital o tecnológica que pueda aportar la costa a la sierra ayuda a dinamizar y poder acortar distancias, lo cual debe complementarse con desarrollar capacidades y emprendimientos locales.
Paralelamente se da un proceso de “retorno” es decir migrantes del ande que han hecho empresa en la costa y regresan a su región como inversionistas. El amor por la tierra es una característica de nuestras sociedades y aquí también se abre la oportunidad para desarrollar “mercados de nostalgia”.